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Una casa con plantas es una casa feliz, alegre, en la que se respira frescor y naturalidad. Incorporar plantas de interior a la decoración de tus ambientes es un recurso infalible para conseguir espacios interesantes y con personalidad. Y esto no se limita al salón o las zonas de estar. La cocina, por ejemplo, es la estancia perfecta para cultivar determinadas plantas, siempre que las elijas con acierto.

 

El emplazamiento perfecto

Uno de los aspectos más importantes a la hora de tener éxito con las plantas es elegir correctamente la ubicación para ellas. Dado que todas las plantas no son iguales ni necesitan lo mismo, es importante seleccionar qué tipo de especies crecerán mejor en nuestra casa. O en nuestra cocina, un interior muy adecuado para cultivar plantas.

Antes de decidirte por unas u otras plantas para cuidar en tu cocina, piensa en las condiciones de luz, humedad y temperatura que tienes y elige especies que se adapten bien a ellas. ¿Tienes un rincón con buen iluminación natural? Pues entonces podrás cultivar un pequeño vergel.

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¿Cómo exponer las plantas?

Explora diversas ideas para colocar tus plantas en la cocina, de forma que consigas el mejor efecto decorativo.

- Cerca de una ventana. Puede ser la ubicación perfecta para tus plantas, ya que recibirán una gran cantidad de luz natural. Muchas especies, como las hierbas aromáticas por ejemplo, se benefician de los rayos directos del sol.

- Junto al fregadero, en la encimera. Siempre que no se convierta en un estorbo, tener un conjunto de plantas en la encimera puede ser una idea fantástica para decorar. Además, con el fregadero cerca será cómodo y sencillo regarlas cuando lo necesiten.

- Colgadas. Utilizar plantas colgantes para decorar la cocina es una idea fantástica, especialmente si no te sobran metros cuadrados y el espacio es reducido, ya que prácticamente apenas ocupan. Hay plantas colgantes perfectas para esta estancia.

- En una balda en la pared. Poner una serie de macetas alineadas sobre un estante es una idea sencilla y superdecorativa.

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Un huerto de hierbas aromáticas

No se trata de una planta sino de todo un conjunto de ellas que te ofrecerán grandes ventajas si decides cultivarlas en la cocina. Es la ubicación ideal para disponer un huerto de aromáticas: además de dotar de frescura al ambiente, podrás emplearlas a la hora de cocinar para llenar tus plantos de sabor.

Solo necesitarás unas pequeñas macetas y abundante luz natural. Incluye en tu lista de aromáticas romero (Rosmarinus officinalis), tomillo (Thymus vulgaris), hierbabuena (Mentha spicata), menta (Mentha piperita), salvia (Salvia officinalis), perejil (Petroselinum hortense), orégano (Origanum vulgare), etc.

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Poto (Epipremnum aureum)

Pocas plantas son tan fáciles de cultivar en interiores como el poto (Epipremnum aureum), porque se adapta sin problemas a casi todos los ambientes.

Al poto no le importa crecer en espacios oscuros, por lo que se trata de una planta perfecta si tu cocina no es muy luminosa. En cuanto al riego, no es muy exigente y bastará con que lo riegues una vez a la semana.

Una buena manera de colocarlo es colgado del techo o ponerlo en un estante, ya que sus tallos tienden a crecer hacia abajo.

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Cinta o malamadre (Chlorophytum comosum 'Variegatum')

Seguro que la has visto en muchas casas, porque la cinta es una planta de lo más habitual. Puede ser por sus tallos largos y planos de color verde con matices en un delicado tono crema, o porque resulta muy sencilla de cuidar y no plantea problemas.

La cinta es una planta perfecta para decorar la cocina, tanto si la expones colgada como si decides dejarla en la encimera o en una repisa. Sea como sea, búscale un rincón luminoso pero sin sol directo, ya que podrían quemarse las hojas. Para regarla programa un aporte de agua una vez a la semana en invierno y aumenta la frecuencia a dos riegos semanales en verano, cuando apriete el calor.

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Planta rosario (Senecio Rowleyanus)

Esta planta posee unas hojas pequeñas y redondas, muy originales, que parecen cuentas de un collar largo y verde. Se trata de una especie perteneciente a la familia de las suculentas y necesita pocos cuidados para estar en plena forma.

En lo que al riego se refiere, la Planta rosario no requiere demasiada agua ya que soporta bien la sequía. Colócala cerca de la ventana porque sí agradecerá la luz natural.

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Zamioculca (Zamioculcas zamiifolia)

¿Quieres una planta que decore por sí misma? Apuesta por la zamioculca, preciosa gracias a sus tallos gruesos y sus hojas de intenso verdor.

Además de bella es agradecida, ya que no necesita complejas atenciones. Para tenerla perfecta solo tienes que protegerla del frío y regarla de forma moderada (el exceso de agua le perjudica bastante). Cuando llegue la primavera le vendrá bien un aporte de nutrientes en forma de abono líquido (cada dos semanas).

Un consejo: trasplanta tu zamioculca a una maceta mayor cada dos años, ya que sus raíces crecen rápido y lo necesitan.

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Aloe vera (Aloe vera)

Cultivar aloe vera (Aloe vera) en la cocina siempre es una buena idea y no solo porque se trate de una planta especial y decorativa. También lo es por sus importantes propiedades beneficiosas: sus hojas gruesas poseen en su interior un gel perfecto para tratar la piel en caso de quemaduras o picaduras de insectos.

Para que esté esplendorosa bastará con que la protejas del frío y moderes el riego. Este debe ser escaso en verano y suspenderse en invierno. No obstante, vigila que sus hojas no aparezcan arrugadas. Si lo están es que necesita que la riegues más.

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Espatifilo (Spathiphyllum wallisii)

Además de ser una planta sencilla de cuidar, el espatifilo (Spathiphyllum wallisii) es perfecto para tener en la cocina, sobre todo si la pones cerca de una ventana, ya que le gustan los emplazamientos luminosos (evitando en lo posible los rayos directos del sol).

Posee unas hojas de color verde oscuro y unas originales flores blancas que surgen en primavera y desaparecen al llegar el invierno.

Riega tu espatifilo dos veces por semana mientras esté en periodo de floración, y disminuye la frecuencia de los aportes de agua en los meses de frío.

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