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Los flechazos decorativos existen, sin duda. Por eso, no es de extrañar que el amor del interiorista Raúl Martins con esta casa en el barrio de Justicia de Madrid fuese, aunque por casualidad, instantáneo e imaginamos que para siempre. “Pertenecía a la Embajada Alemana en Madrid y cuando quisieron venderla, tomamos rápidamente la decisión de trasladarnos. Es muy tranquila, la orientación es perfecta de cara a la luz, posee unas vistas privilegiadas al parque, sus techos son infinitos, contaba con ciertos elementos que enamoran, como la maravillosa chimenea del comedor, y nos encantaba la parte noble que conservaba tanto el edificio como la vivienda en sí”, señala.

 

Rehabilitación respetuosa

Para hacerla suya y adaptarla a la época actual, realizó una renovación respetuosa con la esencia original histórica. Así, restauró y copió las puertas y molduras, los suelos de madera de pino melis, los rodapiés y los zócalos… Y rehízo ad hoc la parte de la casa que tenía una reforma muy de los 80, para que todo tuviera sentido y mantuviera cierta unidad, sin perder espontaneidad.

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Recibidor: una entrada triunfal

No hay mejor tarjeta de visita que una entrada con estilo y personalidad, que nos dé alguna pista de lo que vamos a encontrar en el interior. Y este recibidor lo cumple a rajatabla. “Quería que hubiera mucho mobiliario diseñado por mí, muchas cosas que fueran muy mías, para que cada espacio tuviera su propia personalidad, como el suelo del cuarto de baño principal que está hecho en alabastro, papeles ‘wall to wall’ que, es decir una serie de elementos que dieran un carácter especial”, señala Raúl Martins. Del hall destaca una cómoda que es del estudio, realizada en cristal tintado con base de latón, un tríptico que se presentó en Casa Decor de Jordi Costa, un banco en terciopelo y una mesa con distintas piezas de escayolas y bustos.

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Entrada al salón

Todo en esta vivienda destila un distinguido aire señorial, gracias a las molduras decorativas y a las puertas de tres metros, muchas de las cuales hubo que ‘copiar’ y restaurar. La difícil tarea del interiorista fue mantener el sabor original de la casa, aunque incorporando cosas básicas actuales, como el aire acondicionado o la iluminación, y rehaciendo la distribución, para la cual recuperó el ritmo original de salones enfilados que tenía el piso.

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Rincón de estar

Raúl Martins es un verdadero experto en ese estilo clásico actualizado, que se alía con el concepto de lujo moderno, creando espacios bellos y funcionales, pero también con ese ‘je ne sais quoi’ que te atrapa, incluso cuando adoras el minimalismo y la decoración nórdica. Sin olvidar, su capacidad para mezclar estéticas distintas. Así, en el salón encontramos piezas diseñadas por él, como las mesas auxiliares, el sofá o la ‘coffee table’ en colaboración con Dekton by Cosentino, y elementos ‘vintage’, como la butaca nórdica que cierra la zona de tertulia o las dos butaquitas de discoteca que están también a ambos lados del sofá.

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Salón con vistas

Sus balcones que miran directamente al parque ayudan a crear un espacio luminoso y acogedor, sensación que se refuerza gracias a su paleta de colores alegre, donde las cortinas de Aldeco aportan un toque de frescura y rebajan el clasicismo de los techos y de la escultura. También destaca la alfombra en lana y seda, diseñada por el interiorista para Kaymanta, dos butacas de bambú blanco con tela de Cánovas y los tres cuadros entre ventanas de Armando Mesía.

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Paso al comedor

Unas impresionantes puertas de tres metros de alto y cuarterones de cristal, dan paso al comedor. Sin duda, y con permiso del resto de piezas principales, la chimenea de mármol Macael, que es original de la vivienda, es la estrella del espacio, alrededor de la cual se organiza la vida. La decoración de esa pared es una verdadera delicia para la vista. 

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Comedor con chimenea

La vivienda de Raúl Martins se tiene que contemplar como un todo, donde cada elemento aporta su granito de arena al conjunto. “En esta casa, hay una mezcla de distintos elementos que reflejan muy bien mi manera de hacer espacios. Hay cosas antiguas que llevan conmigo tiempo, que me gustan y van conmigo allá donde voy; piezas de diseño propio, como las alfombras, algunas telas y las mesas; y luego el arte, fundamental en todos mis proyectos”. En el comedor, destacan las sillas de los años 40 tapizadas en rosa con telas de Gastón y Daniela, una forma de acabar con la decoración de género, y el espectacular papel pintado de Coordonné, que enmarca la chimenea.

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Cocina en blanco, negro y gris

La cocina mantiene el estilo decorativo del resto de la vivienda, pero sin perder en esta unión, su propia personalidad. El trío blanco, negro y gris la viste de arriba abajo en un perfecto equilibrio cromático entre el suelo de Hisbalit, el papel pintado de Coordonné, los paneles grises de las paredes, que son originales, y la mesa redonda. Los taburetes rompen la alianza de color, aportando un toque de frescura.

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Con alma

Cada proyecto de Raúl Martins busca ser un traje a medida, donde el propietario se identifique con la decoración de interiores y se sienta verdaderamente en casa. Por eso, en su vivienda no podían faltar una “serie de cosas que vienen conmigo y que voy buscando en viajes, colecciones que reflejan mi personalidad, cerámica de Manises, mucho alabastro, piezas de mármol, escayolas antiguas... Son elementos que me gustan y que reflejan el carácter de mis proyectos y de mis gustos”. 

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Dormitorio principal

El secreto de Raúl Martins, además de instinto y experiencia (se cumplen 20 años de su primer proyecto), radica en la capacidad para mezclar con acierto, aliarse con los mejores ‘secundarios’ (alfombras, adornos, obras artísticas…) y sacar el máximo partido a materiales y telas. En el dormitorio, la vista se dirige hacia la pared del cabecero, en la que destaca un montaje con papel pintado, teselas doradas de gran formato y varias entrecalles pintadas. La cama de terciopelo, diseñada por el interiorista, se complementa con un espejo verde esmeralda y “mis 'Muranos', que van conmigo a todas partes”.

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Cuarto de baño

Toda la decoración de la casa mantiene el mismo estilo y conexión, incluido el cuarto de baño. Este posee el toque de sofisticación del resto de las estancias principales, ya que se ha vestido con un papel pintado de Coordonné, lavabo de Dekton by Cosentino y grifo dorado de Armani para Roca. Nos encantan las lámparas suspendidas ‘vintage’ y el detalle de la tapa de madera del inodoro.

 

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