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Tarteras, fiambreras, recipientes de diferentes formas y tamaños… Los táperes se han convertido en un elemento indispensable en nuestras cocinas. Nos sirven para transportar los alimentos si comemos fuera, y para almacenarlos y congelarlos en casa.

Pero, ¿sabes cómo conseguir que estén siempre limpios y listos para usar? ¿Tienes un método infalible para guardarlos sin que se desordenen a cada momento?

 

El 'batch cooking' es tendencia

No es que sea la solución a todos tus problemas domésticos, pero te ayuda a organizarte y a ahorrar tiempo en ciertas tareas cotidianas como la de preparar la comida. Consiste en dedicar una jornada a cocinar los platos de toda la semana y congelarlos para tenerlos listos cuando lo necesites.

Lo bueno de este método, además de que te libera de cocinar para toda la semana, es que te permite planificar los menús y eso resulta mucho más saludable que improvisar la comida del día siguiente con lo que tienes en la nevera.

Para llevar el batch cooking a buen término necesitarás toda una batería de recipientes de diferentes tamaños. Busca aquellos que sean aptos para congelador y microondas.

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¿Cómo elegir los mejores?

Los táperes están a la orden del día. Prueba de ello es que se abre ante nosotros un interminable repertorio de modelos, tipos y materiales para elegir.

Sin embargo, lo más importante es que optemos por recipientes de calidad aunque sean un poco más caros. No solamente serán más resistentes y podremos utilizarlos más tiempo, sino que tendremos una garantía de que no perjudicarán nuestra salud.

- De plástico: son perfectos para llevarte la comida al trabajo, ya que pesan menos y no se rompen, pero tienes que vigilar qué tipo eliges. Algunos plásticos, al calentarse, pueden liberar sustancias tóxicas como los bisfenoles. Fíjate en el número que llevan impreso dentro de un triángulo. Los más seguros son los de polipropileno (nº 5).

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Cristal, un acierto seguro

Elegir recipientes de cristal para conservar y congelar los alimentos es una buena alternativa. No solo no se deforman con el paso del tiempo, sino que no alteran el sabor de la comida ni absorben malos olores.

El problema que presentan es que pesan más que los de plástico y, además, pueden romperse más fácilmente si les das un golpe, por lo que no son los más adecuados para llevar la comida al trabajo.

En contraprestación, resultan más sostenibles para el ecosistema, ya que se reciclan cuando acaba su vida útil. Elígelos si quieres adoptar un estilo de vida y lograr una casa ecofriendly.

 

Un consejo

Otra opción a tener en cuenta son las tarteras de acero inoxidable: seguras, sostenibles y muy prácticas.

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La mejor limpieza

No solo tendrás que fregar tus táperes a diario, sino que es conveniente que lo hagas cuanto antes después de usarlos, especialmente si son de plástico. Así evitas que absorban los olores y queden manchas difíciles de eliminar.

Para acabar con la grasa tendrás que lavarlos con agua caliente y jabón del que utilizas para la vajilla, frotando con una esponja o un estropajo que no raye.

La mayoría se pueden meter en el lavaplatos y, además, quedan muy limpios, pero has de asegurarte, si son de plástico, que no se deformarán ni perderán sus propiedades.

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Acaba con las manchas rebeldes

Si eres de las que se llevan el táper al trabajo, seguro que ya has comprobado de qué forma tan indeleble se pueden pegar las manchas de salsas a los de plástico. En especial las de tomate, que dejan un espantoso tinte anaranjado en ellos, muy difícil de eliminar.

Un truco para conseguirlo es lavarlos como de costumbre, y después llenarlos con agua y un chorrito de lejía, dejándolos reposar al menos dos horas. Utiliza lejía apta para desinfección de agua de bebida (se indica en el envase).

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No a los malos olores

En los de cristal o de acero inoxidable es menos frecuente, pero los táperes de plástico suelen absorber y guardar los olores de los alimentos. Como regla general, almacénalos siempre abiertos, sin ponerles la tapa.

Por otro lado, para acabar con este desagradable problema tienes a tu alcance algunas soluciones caseras y ecológicas que funcionan:

- Haz una pasta de bicarbonato y agua y extiéndela por el interior del táper. Deja actuar 24 horas y aclara a fondo.

- Llena el recipiente de agua y pon un buen chorro de vinagre. Espera unas dos horas y enjuaga.

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Cada uno por su lado

Para guardar los táperes en la cocina no basta con meterlos en un cajón a su libre albedrío, porque enseguida se mezclarán, se desordenarán y serás incapaz de encontrar el que necesitas cuando llegue el momento.

La primera regla es almacenar de forma separada los recipientes y las tapaderas. Así puedes poner los primeros unos dentro de otros para que ocupen menos espacio.

Clasifica las tapas por tipo y tamaño y busca alguna manera de evitar que queden desperdigadas por el cajón: con separadores, metiéndolas en una caja de plástico, etc.

 

Un consejo

Elígelos cuadrados o rectangulares mejor que redondos, ya que son más fáciles de guardar.

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Ideas de orden que funcionan

No hay una regla establecida para ordenar los táperes en la cocina. Cada uno ha de encontrar el método que más le convenga, según sus propias necesidades: dependerá de los recipientes a almacenar, del espacio disponible, etc.

Sin embargo, sí es importante explorar las opciones que tenemos a nuestro alcance. Una buena idea es compartimentalizar el interior de armarios y cajones con separadores de madera o de plástico que eviten que las fiambreras se muevan hacia los lados, descolocándose por completo.

Crea huecos para las tapaderas con cajas o contenedores, o utiliza todo tipo de accesorios: archivadores, soportes para CDs, etc.

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Si se estropean, cámbialos

En lo que a las tarteras y recipientes de uso alimentario se refiere, merece la pena no escatimar y sustituirlos en cuanto aparezcan señales de deterioro, sobre todo si son de plástico.

Aunque te hayas decidido por táperes de calidad que aguanten sin problemas el uso del lavavajillas y del microondas, llega un momento en que se cuartean o aparecen grietas. Es hora de cambiarlos por otros nuevos.

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