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Elegir las tapicerías para nuestra casa es un capítulo importante en materia de decoración: las telas para el sofá, las butacas, las sillas del comedor, etc. No solo han de parecernos preciosas y especiales, acordes a la decoración de cada espacio, sino que también han de ser fáciles de limpiar.

Pero, ¿sabes qué tejido elegir para asegurarte un mantenimiento sencillo? ¿Tienes toda la información que necesitas para mantener como se merecen las tapicerías de tu casa? Hoy repasamos los procedimientos básicos (y los no tan básicos) para que estén siempre impecables.

 

Consejos de uso

Tu casa está para vivirla. Es tu lugar favorito, en el que puedes estar realmente a gusto y eso implica libertad a la hora de usar y disfrutar en cada espacio. Sin embargo, eso no nos impide tener cierto cuidado a la hora de tratar las cosas, por lo que existen algunas recomendaciones prácticas que hemos de seguir para lograr que nuestros muebles tapizados se mantengan en buen estado el máximo tiempo posible.

Para empezar, y después de entender que las manchas en el sofá o en una butaca son imposibles de evitar, sí que debemos saber que cuanto antes las eliminemos, más fácil será borrarlas del mapa. Por tanto, procura limpiar las manchas que se produzcan cuanto antes, sobre todo en el caso de líquidos derramados. Utilizar papel absorbente para secar la humedad es importante.

También hemos de saber que no conviene mojar en exceso las tapicerías, ni siquiera para limpiarlas.

Por último, un consejo general: siempre que vayas a utilizar un producto nuevo, haz una prueba en la parte trasera del mueble, donde no se vea, para saber si le va bien a la tapicería o no.

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Desenfundables o no

En lo que al mantenimiento y limpieza se refiere, el sofá ideal sería aquel que es completamente desenfundable y cuyas fundas se pueden lavar en la lavadora (o incluso llevar a la tintorería). Sin embargo, no hay muchos modelos así. Aunque algunos sí se pueden desenfundar, esto ocurre con algunas partes solamente como los cojines de los asientos y del respaldo. En cualquier caso, es una buena idea para mantener tu sofá limpio, sobre todo si es blanco o de color claro.

Esta opción, que tu sofá o butaca sea parcialmente desenfundable, es más interesante que la de colocar fundas. Por mucho que se realicen a medida, no suelen encajar perfectamente, se terminan moviendo y el resultado no es el mejor.

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El tejido importa

Cuando tengas que elegir la tela de las tapicerías para tu sofá o para las sillas del comedor, lo primero que debes hacer es estar atenta a los tejidos disponibles e informarte previamente de cómo es cada uno. Conocerlos, aunque sea por encima, te ayudará a tomar la decisión adecuada.

Para empezar has de saber que existen telas más resistentes que otras, y que además de enamorarte por bonita, la tela de tu sofá ha de ser duradera y fácil de limpiar.

- Los tejidos naturales de algodón son resistentes y resultan frescos y de tacto agradable.

- La chenilla se emplea también en tapicerías. Suele mezclar fibras naturales y sintéticas. Posee un tacto suave y aterciopelado y es bastante fuerte.

- También puedes elegir algún tejido técnico de última generación, pensados para resistir y limpiarse sin problemas.

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A salvo del polvo

El primer paso que has de dar a la hora de limpiar las tapicerías de tus muebles es eliminar el polvo de la superficie y los recovecos. Hazlo al menos una vez a la semana, aunque dos veces sería la frecuencia ideal. Utiliza un trapo húmedo y sacude con energía los asientos y almohadones.

Puedes utilizar el aspirador para quitar el polvo de sofás y butacas, pero hazlo siempre a baja potencia y con un accesorio especial para tapicerías. Si te pasas con la potencia de succión podrías dañar las fibras interiores de los rellenos y se deformarían.

Otra idea es utilizar un cepillo de cerdas suaves.

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Limpieza frecuente y general

Además de retirar el polvo, cada cierto tiempo conviene limpiar las tapicerías a fondo, utilizando una mezcla de agua y amoniaco. Este producto que parece muy agresivo, no daña los colores ni la textura de los tejidos y es perfecto para eliminar la suciedad.

Diluye medio vaso de amoniaco en un litro de agua y frota la tapicería con un paño bien escurrido. Si te molesta el olor fuerte del amoniaco, no te preocupes: desaparecerá en cuanto se seque.

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Cómo tratar las manchas

Aunque en un mundo ideal las manchas no existirían, en la vido cotidiana están a la orden del día. Se producen de forma inevitable, por mucho que tratemos de impedirlo. Lo mejor es estar preparados y tratar de eliminarlas cuanto antes.

Existen limpiadores comerciales para tratar las manchas de las tapicerías. Antes de usarlos es necesario probar en una zona no visible, para asegurarnos de que no dejan cerco.

Si prefieres una solución casera puedes utilizar percarbonato de sodio. Diluye 2 o 3 cucharadas en un litro de agua y aplica la mezcla sobre la mancha sin frotar. Deja actuar entre 15 y 20 minutos, aclara y deja secar.

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Aplica un tratamiento protector

¿Tienes niños pequeños en casa y tu sofá está expuesto a manchas constantes? Entonces quizá sea buena idea que apliques un tratamiento protector antimanchas. Se trata de productos pensados para aquellos textiles que no se pueden lavar ni en casa ni en tintorería, como las tapicerías.

El tratamiento consiste en pulverizar sobre la tela un producto cuyos componentes repelen los líquidos y la suciedad. Cubren las tapicerías con una fina capa invisible que evita que las manchas penetren en el tejido, por lo que son mucho más sencillas de eliminar.

8/9 © Dekoria GmbH

Cómo tratar el terciopelo

Suave, cálido, elegante, glamouroso… El terciopelo es un tejido muy especial que resulta bellísimo en cualquier espacio, ya sea en el sofá, en un sillón o en los cojines.

Aunque parece delicado, quizá por su tacto suave y ese brillo que lo caracteriza, en realidad es bastante resistente (suele llevar de fábrica algún tratamiento antimanchas como protección).

Para mantenerlo en perfecto estado cepíllalo de vez en cuando con un cepillo suave. Si se produce alguna mancha, aplica una mezcla de agua y alcohol sin mojar la tela demasiado y sin presionar ni frotar.

9/9 © Chaplins Furniture

Las tapicerías de cuero

Por su belleza y su autenticidad, son un tesoro en cualquier espacio de la casa. Si tienes un sofá de piel natural cuídalo y estará perfecto durante años, ya que se trata de un material muy especial que envejece con gran elegancia.

Para limpiar el polvo basta con pasar un paño húmedo muy bien escurrido. Las manchas se eliminan con agua jabonosa. Si se te resisten puedes usar un limpiador específico para cuero. Suelen venir en formato crema para aplicar con esponja, haciendo una espuma que se aplica sobre la mancha, sin frotar apenas. Después se retira la espuma y se deja secar.

Dos veces al año conviene aplicar a las tapicerías de cuero un tratamiento hidratante y protector. Se trata de una crema que se aplica con un trapo, una vez el cuero esté limpio, y evita que la piel se reseque demasiado. Recuerda hacer una prueba en un lugar no visible. Si el color del cuero es claro, puede que el tratamiento lo oscurezca ligeramente.

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