Cristina tiene la enorme suerte de vivir en una joya arquitectónica madrileña construida a finales del siglo XIX, enfrente de la Real Academia Española. Tras su separación, volvió con sus hijos al piso de sus padres. "Aquí vivimos juntitos, como en una tribu y es lo mejor que me ha pasado”. confiesa. Tanto a su familia como a ella siempre les ha gustado recibir a su gente, acoger y celebrar. Su casa siempre ha sido un lugar lleno de movimiento, conversaciones y sobremesas largas.
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Diciembre es la excusa perfecta para abrir las puertas de nuestros hogares de par en par. Para Cristina y los suyos, estas fiestas son el momento de disfrutar de esa alegría por estar juntos . "La Navidad siempre ha sido importante para mi familia. La vivimos con mucha intensidad: cantamos, tocamos la guitarra y bailamos canciones que son muy de nuestra familia, a veces la misma canción varias veces (dice riendo). Nos encanta y lo pasamos fenomenal; estos momentos la hacen única".
Cada uno tenemos un concepto de lo que es la Navidad y de lo que simboliza. Por ejemplo, para mí lo más importante es preparar el corazón para recibir al Niño Jesús. Recordar por qué nos juntamos. Es una época del año para renacer, una oportunidad para volver a ser un niño y dar gracias.
La anfitriona cree que no hay fórmula para que las Navidades sean perfectas, sino que es cuestión de actitud. "Hay mucha gente que pasa sola la Navidad, no tienen familia, está enferma o sufre. Por eso, dar gracias, cuando te sobran los motivos, es lo mejor que se puede hacer"
Una celebración muy especial: Acción de Gracias
Desde hace más de una década, la empresaria organiza una cena con su grupo de amigos de Londres para celebrar esta fiesta en casa. Lo que empezó como un susto, terminó convirtiéndose en el motivo más alegre de su vida. Todo surgió a raíz de un accidente de moto en la Plaza de Colón de Madrid; un percance que, afortunadamente, se quedó en nada, pero que trajo consigo una noticia inesperada. Ese mismo día supo que estaba embarazada de su hija Bruna. Fue, en sus propias palabras, un milagro.
Desde aquel momento, cada año rinde homenaje a la vida y a la amistad con una celebración que ya es sagrada en su casa. "Ir a comprar el pavo, prepararlo durante horas y que vengan mis amigos es divertidísimo. Han pasado muchas cosas desde entonces, pero esa noche es muy especial. Hacer `familia´ con mis amigos es algo que valoro muchísimo". Su forma de dar gracias por lo que de verdad importa.
La conexión entre la vida personal y lo profesional es lo natural para ella. Nos cuenta que nunca ha separado lo uno de lo otro. Cree que somos como profesionales lo que somos como personas. Tanto si trabaja para una marca como si invita amigas a su casa, procura que el ambiente sea siempre acogedor.
En su casa las reuniones son más íntimas: "Me encanta juntar a mis amigas. A veces vienen a casa, simplemente “de charleta”, a conversar largo y tendido en el sofá o en la cocina, relajadas, que todo fluya."
La clave de Cristina para un evento impecable
"Soy una persona conceptual. Me gusta generar experiencias que nazcan de una idea clara. Una vez definido el concepto, imagino la narrativa: lo que me gustaría que ocurriera, lo que quiero que la gente sienta. Y a partir de ahí organizo todo lo demás: la música, la decoración, el menú y también toda la parte gráfica que personalmente me encanta, cada detalle, las invitaciones, carteles… La idea de generar una identidad visual única."
Siempre procura realizar eventos en espacios que tienen algo especial, le gusta generar experiencias bonitas tanto para sus clientes como para amigos y familia.
Solo en ocasiones excepcionales abre las puertas de su casa, cuando siente que un proyecto es afín y tiene sentido. Por ejemplo: "Organicé una cena para la presentación de la nueva colección de París 64. Tanto la marca como mi casa parecían el match perfecto; fue un verdadero placer recibir, de la mano de su fundadora, María Alfonso, a un grupo tan divertido de invitadas. Promocionar lo hecho en España, el diseño y la calidad es un privilegio."
Cuando recibe, no hay imprevistos sin solución. Todo está pensado. Cree que lo más es importante organizar las cosas con tiempo y dedicarle tiempo de calidad a cada proyecto. Entre sus trucos para organizarse están: identificar las necesidades y hacer listas para ir tachando.
Cristina nos comenta que uno de los errores más comunes es dejar las cosas para el último momento y que la clave es tenerlo todo previsto y bien organizado, con posibles soluciones pensadas.
Para que un evento salga bien creo que lo ideal es estar relajado, no dar demasiada importancia a aquello que no lo tiene, pero sí cuidar los detalles. Si lo haces con mimo y cariño nunca va a salir mal.
Para los últimos toques, antes de dar por inaugurado cualquier encuentro, ella se centra en la mesa y la decoración. La anfitriona tiene una preferencia clara: siempre que es posible, apuesta por las cenas sentadas. Para ella, el sentido de invitar está en el ritual de reunirse alrededor de una mesa, fomentando un espacio donde compartir y conversar sea lo importante.
"En cuanto a decoración, como mi madre tiene una tienda de decoración, Fortuny 23, tenemos la suerte de tener siempre cosas bonitas en casa, pero si necesitamos darle un toque especial siempre acudimos a la tienda, donde hay de todo."
Hay un elemento que nunca falla en sus planes y que considera absolutamente imprescindible: las flores. Para ella, un evento sin ellas es simplemente inimaginable. “Tienen la capacidad de transformar cualquier ambiente: aportan frescura, vida y alegría. Son ese detalle que cambia por completo un espacio”, afirma convencida.
