Si estás pensando en darle un aire nuevo a tu baño, seguro que te has topado con la eterna duda: ¿pinto los azulejos o los reemplazo? Esta idea de "un cambio rápido y económico" suena genial, pero enseguida surgen preguntas: ¿durará?, ¿qué tipo de pintura usar?, ¿aguantará la humedad y el contacto con el agua?, ¿y qué pasa con las juntas? De repente, lo que parecía un proyecto sencillo se convierte en un rompecabezas lleno de decisiones: colores, acabados, herramientas…
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Por eso hemos decidido poner orden en tanto dilema y consultar a cinco expertos que saben mucho de esto. María Herranz, directora de Mercado Rehabilitación de Leroy Merlin España, nos cuenta todo sobre pinturas específicas, esmaltes, acabados y trucos para que tu baño cambie de look sin liarla. Y cuatro interioristas nos dan sus consejos de diseño: Luis Peixoto y Ruben da Silva, cofundadores de Brákara Studio; Alejandra Padilla, de ACP Interiors y Juancho González.
Solo un dato antes de seguir: aunque las fotos de este artículo podrían hacerte pensar que son baños recién pintados, en realidad son azulejos nuevos, impecables y sin pintura alguna. Es solo para que te inspires y veas cómo podría quedar tu baño.
¿Cómo saber si realmente merece la pena?
Antes de tomar la brocha, conviene saber en qué casos esta idea funciona de verdad y cuándo es mejor olvidarla. Según la experta de Leroy Merlin, María Herranz, pintar los azulejos sí merece la pena, pero solo cuando la base acompaña: "Es una solución práctica si el revestimiento está bien adherido, sin grietas profundas ni humedades".
Eso sí, también es clara con los límites: si hay azulejos sueltos, filtraciones o juntas muy dañadas, "pintar no resuelve el problema; solo maquilla. La durabilidad será baja". En otras palabras, si el baño pide una reforma de verdad, la pintura no será milagrosa.
Para quienes sueñan con un "total look" como el del baño rosa que acompaña estas líneas, con azulejos de la firma Equipe, la pintura es una herramienta perfecta para unificar tonos y acercarte a ese efecto envolvente tan de tendencia sin cambiar el revestimiento.
Tipos de pinturas y acabados
María propone una receta casi infalible para un resultado perfecto: usar esmaltes específicos para azulejos. Son, según ella, la opción más fiable porque se adhieren bien a superficies cerámicas, resisten la humedad y ofrecen un acabado uniforme y duradero sin necesidad de imprimación. Además, se pueden lavar, mezclar entre sí y permiten añadir detalles decorativos.
Y hablando de detalles: las cenefas no son cosa del pasado. Existen versiones minimalistas y muy contemporáneas, ideales para dar un toque gráfico sin saturar. En la imagen lo ves claro: un ejemplo cerámico moderno, comedido y totalmente compatible con un baño actual, que encontrarás en Leroy Merlin.
En cuanto a los esmaltes, María distingue dos grandes familias. Por un lado, los esmaltes al agua o acrílicos, más respetuosos con el medio ambiente, no amarillean, se limpian con agua y jabón, huelen mucho menos y ofrecen un acabado satinado discreto. También son más fáciles de aplicar, lo que los convierte en una opción muy agradecida para quien busca un cambio rápido.
Por otro lado están los esmaltes sintéticos, que aportan un acabado más brillante, alta resistencia al desgaste y un secado rápido. Su única pega es que, con el paso del tiempo, pueden amarillear ligeramente.
Y acabados hay para todos los gustos: brillante, satinado o mate. Y si la idea es conseguir ese efecto lacado impecable o un extra de dureza, María recomienda aplicar protectores específicos, que mejoran la resistencia y facilitan el mantenimiento del día a día.
El secreto de un resultado duradero
María lo deja clarísimo: la preparación es casi todo. Antes de pensar en colores, toca reparar grietas, dejar la superficie uniforme y limpiar a fondo (azulejos, juntas, cal… todo). Nada de detergentes con siliconas, que arruinan la adherencia. Una vez seco, se protege la zona y, según la pintura elegida, puede que haga falta imprimación; con los esmaltes específicos, normalmente no. A la hora de pintar, brocha en bordes y rodillo en lo demás.
Los interioristas también aportan lo suyo. Luis y Rubén recomiendan un matizado ligero para que la pintura agarre mejor y un esmalte bicomponente si se busca máxima durabilidad. Alejandra suma un paso muy eficaz: rellenar juntas para lograr una superficie más lisa y un acabado más uniforme.
Aquí el color de la masilla tiene más importancia de la que parece: si quieres que todo quede continuo y sin interrupciones visuales, elígela del mismo tono que el azulejo (como en este proyecto de Brákara Studio); si en cambio te apetece un efecto más gráfico o marcado, apuesta por el contraste.
Paciencia y mimo son clave
Pero no se trata solo de aplicar pintura y listo. María Herranz explica que, una vez esté todo listo, hay que aplicar al menos dos manos de pintura, dejando unas ocho horas entre capa y capa para que cada una se fije correctamente.
El secado completo lleva su tiempo. En condiciones ideales –23 ºC y 50% de humedad–, la pintura alcanza su resistencia óptima a partir de 6 días. Si hace más frío o hay más humedad, ese tiempo puede extenderse hasta 15 días. Y ojo: si la superficie está muy fría, por debajo de 10 ºC, o la pintura rinde poco, el repintado se alarga aún más, así que es importante comprobar que todo esté completamente seco antes de tocar nada.
Fíjate en lo ideal que se ve este baño (sí, un poco de trampa porque los azulejos, de WOW, son nuevos), pero el tuyo puede lucir igual de espectacular… siempre y cuando sigas los tips de María.
Colores y acabados que funcionan
Si el objetivo es que los azulejos pintados se vean actuales y aguanten bien el ritmo del baño, lo suyo es combinar una buena elección cromática con lo que Juancho llama "un sistema de aplicación sólido". Vamos, seguir al pie de la letra lo que nos ha adelantado María. Solo con esa base técnica la pintura luce de verdad.
Cuando toca decidir colores, el interiorista apuesta por la gama de los colores tierra –cálidos, elegantes y atemporales– y por acabados mate o satinado, que actualizan el baño sin sacrificar resistencia.
Alejandra, por su parte, pone el foco en la luz. Para baños que necesitan un empujón de claridad, sus favoritos son los blancos rotos satinados: iluminan, quedan limpios y aguantan bien el uso diario. También anima a jugar con baños bicolores, como un verde, burdeos o azul hasta 1,20 m y un tono claro por encima, una fórmula estupenda para ganar profundidad. Lo mismo que vemos en este baño, con azulejos cuadrados en tonos tierra en la zona del lavabo, y rectangulares blancos en la bañera, ambos de la firma WOW.
Desde Brákara Studio afinan aún más la paleta: blancos rotos, greige, arenas, grises cálidos y salvia son sus imprescindibles para suavizar la luz y evitar ese efecto clínico del blanco puro. Para dar un golpe de personalidad, sugieren azul petróleo o verde profundo en paños concretos. En acabados, van por la misma línea que el resto: satinado como apuesta equilibrada, mate solo en zonas poco expuestas y brillo cuando se quiere un rebote de luz claro y el cliente asume su mayor mantenimiento visual.
Cada rincón del baño tiene sus reglas
Según la directora de Mercado de Rehabilitación de Leroy Merlin España, la durabilidad de la pintura depende de tres cosas: una buena preparación, cuánta agua recibe cada zona y cómo se cuida después.
En la zona del lavabo suele aguantar bien, aunque las salpicaduras pueden acortar su vida si no lleva un barniz protector; en la ducha, en cambio, la exigencia sube: hace falta pintura de alta resistencia, barniz sí o sí y juntas impecables para evitar filtraciones. Para mantener el acabado, basta con un detergente suave y evitar productos o estropajos que puedan arañar el esmalte.
Dicho esto, conviene recordar que la cerámica en su estado natural –sin pintar, recién instalada– sigue siendo el revestimiento más fiable para cualquier zona del baño, incluida la ducha. Y además permite jugar muchísimo con el diseño: combinar colores, mezclar formatos o cambiar la orientación de las piezas es una manera fantástica de delimitar visualmente zonas sin recurrir a tabiques ni obras complicadas, tal y como se ha hecho en este baño, con azulejos de Estudio Cerámico.
Beneficios de pintar frente a reemplazar
El gran atractivo de pintar azulejos es lo rápido y cómodo que resulta: nada de obras, polvo ni escombros. Como dice María, permite cambiar el baño, probar colores y actualizarlo sin tocar la estructura.
Los interioristas van en la misma línea. En Brákara lo ve como la manera ideal de testear una paleta antes de invertir en un revestimiento definitivo; Alejandra lo considera perfecto para rejuvenecer un baño antiguo sin gastar de más; y Juancho añade que, con las pinturas específicas actuales, incluso puede convertirse en una alternativa solvente a largo plazo.
Y si además eliges un color que no pase de moda, como el azul de estos azulejos de la firma Bestile, de esos que van bien con todo, el éxito está asegurado.
Tiene sus riesgos, sí… pero ahora sabemos cómo evitarlos
Pintar azulejos es rápido, pero tiene sus riesgos. Según María, los más habituales son que quede suciedad en los azulejos y las juntas, usar detergentes con siliconas que impiden la correcta adherencia, y el moho y el desgaste prematuro en la ducha. La buena noticia: con limpieza a fondo, pinturas específicas, barniz protector en zonas críticas, respeto a los tiempos de secado y buena ventilación, se evitan la mayoría de problemas.
Ten en cuenta que estos cuidados técnicos potencian resultados más creativos: una vez que la superficie está perfecta, combinar frentes de azulejos con otras zonas pintadas del mismo tono queda espectacular –como vemos en esta propuesta de la firma Cevica–, además de elegante y contemporáneo.
Así influye la pintura en la percepción del espacio
La pintura no solo cambia la estética, también amplía la percepción del espacio. El equipo de Brákara Studio aconseja tonos claros y cálidos en baños pequeños o con poca luz, y pintar azulejos y juntas del mismo color para un efecto más continuo. Prefieren acabados satinados, que reflejan luz sin marcar gotas, y recomiendan evitar zócalos a dos colores en espacios reducidos.
Alejandra y Juancho coinciden: un color bien elegido hace que incluso los baños más pequeños se sientan más amplios y luminosos, sin tocar la distribución. El azulejo Metro de la marca Artens, de color blanco, es perfecto. Lo encontrarás en Leroy Merlin.
¿Y si alternas la pintura con otros acabados?
En este punto, los interioristas están de acuerdo en que los azulejos pintados ganan mucho si se combinan con otros materiales y detalles que sumen calidez y personalidad. Así, Alejandra apuesta por contrastes de textura, como papel vinílico para zonas húmedas, mientras Juancho resalta la importancia de mezclar acabados para un baño dinámico. Luis y Ruben aconseja incorporar madera, griferías en latón o negro mate y coordinar accesorios y siliconas con la paleta del baño para un acabado cuidado.
"La iluminación también cuenta mucho", afirman desde Brákara Studio. "Una luz por capas, como una línea LED detrás del espejo o bajo el mueble, junto con la luz general bien colocada, hace que la pintura destaque, da sensación de volumen y añade textura". Y si no, fíjate en este proyecto de Alberto Torres Interiorismo.
Tú decides: una opción estética rápida y económica o una inversión a largo plazo
Elegir entre pintar y reemplazar azulejos no es solo cuestión de presupuesto, sino de objetivos y del estado real del baño. Los interioristas de Brákara Studio explican que pintar funciona cuando la base está en buen estado y se busca un cambio rápido. María añade que esta opción es especialmente recomendable en viviendas de alquiler y segundas residencias, donde se prioriza una mejora visual inmediata. "Ahora bien, si el objetivo es revalorización a largo plazo o mayor rendimiento, lo más recomendable es reemplazar los azulejos por materiales de alta prestación, como porcelánicos de gran formato (el de este baño es de Saloni), piedra sinterizada o sistemas técnicos tipo panel compacto o microcemento multicapa", dicen desde Brákara.
Juancho nos da una visión pragmática: "Aunque no soy especialmente partidario de pintar los azulejos, reconozco que en determinadas situaciones es una alternativa muy útil. Cuando el presupuesto del cliente es limitado o se busca una intervención rápida sin entrar en una reforma completa, pintar puede ser una solución sorprendentemente efectiva. Y el resultado, si se hace bien, puede quedar de cine".
