Laura Martínez, interiorista: “Un salón con poca luz natural puede mejorar muchísimo si la iluminación artificial está bien estudiada”
Los texiles, los colores y los materiales son clave para que un salón parezca que tiene más luz. Nos lo ha contado la interiorista Laura Martínez, que nos ha dado sus mejores trucos
Un salón bañado por la luz natural cambia por completo la manera en que disfrutas de tu casa. Y es que esta luminosidad agranda visualmente el espacio, suaviza las sombras y se encarga de mejorar también tu estado de ánimo. Sin embargo, la orientación de un piso no es algo cambiante, y muchas veces tampoco se pueden tirar tabiques o cambiar el salón de ubicación. Es aquí donde entran en juego los trucos de los interioristas.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Mediante pequeñas (pero decisivas) decisiones, que van de los colores de las paredes hasta la elección de textiles, espejos y lámparas, podrás ganar luminosidad de forma sorprendente sin una sola obra. Hemos hablado con la interiorista Laura Martínez, experta en llenar de luz cualquier interior, y que nos ha desvelado todos sus secretos para llenar de luminosidad un salón oscuro. Sus propuestas son asumibles, realistas y fáciles de aplicar, pensadas para que tu salón se vea más claro, ligero y acogedor. Y todo sin polvo, ruidos ni reformas interminables.
Si entras en el salón de tu casa y tienes que encender siempre (o casi siempre) la luz, lo primero que debes trabajar es “la iluminación técnica”, nos dice Laura Martínez. Y añade: “Un salón con poca luz natural puede mejorar muchísimo si la iluminación artificial está bien estudiada”.
Pero no solo hay que fijarse en las luces artificiales, hay otros recursos que pueden conseguir que el salón se vea con mayor claridad sin necesidad de encender la luz. “También me funciona muy bien colocar un espejo cerca de la ventana o de la balconera para multiplicar la claridad que entra. Y, además, claro, despejar visualmente: muebles más ligeros, tonos suaves y una distribución que deje respirar el espacio. La suma de todo esto hace un cambio enorme”.
Otro de los factores que debes mirar en tu salón es el color. Hay tonalidades que podemos usar en paredes, techos y carpinterías que ayudan más a aportar luminosidad. “Los tonos claros siempre ayudan, pero no hace falta ir al blanco puro”, dice Laura. Y es que este tono puede resultar frío (especialmente en estancias orientadas al norte) e impersonal. Por eso, la interiorista prefiere “blancos cálidos, beiges suaves o tonos arena para que la estancia se vea luminosa sin resultar fría. Y algo que para mí es imprescindible: los techos siempre blancos. Es un truco muy sencillo que hace que la estancia parezca mucho más luminosa”.
Que tu salón tenga poca luz natural, no significa que tengas que renunciar a la presencia de unas cortinas. Y es que las cortinas o los estores no solo aportan volumen a las ventanas, también llenan de estilo la estancia y la visten. Además, son un elemento básico para conseguir cierta intimidad. Para Laura, la mejor elección son unas “cortinas ligeras en lino o visillo, en tonos claros. Los estores también funcionan muy bien si jugamos con el gramaje para que no sean opacos y dejen pasar la máxima luz posible”.
Uno de los sistemas de iluminación más comunes en todos los salones son las empotradas en el techo. Este tipo de luminarias liberan espacio visual y ofrecen una estética limpia y moderna. Además, distribuyen la luz de forma homogénea, evitan deslumbramientos si se eligen bien y, con tecnología LED regulable, podrás crear distintos ambientes. Pero si no quieres meterte en obras, hay muchas opciones.
La interiorista tiene una recomendación: “Yo trabajo con varias capas de luz: lámparas de pie, sobremesa y algún aplique. Pero, aun así, siempre intento convencer a mis clientes de hacer un falso techo y poner iluminación técnica empotrada. Es verdad que supone un pequeño sobrecoste, pero la diferencia es enorme. Y por altura no hace falta bajar mucho: con 5 o 6 cm es suficiente para empotrar la luz y el cambio se nota muchísimo”.
Una correcta distribución de los sofás, los muebles y la mesa de centro, son claves para aprovechar mejor la luz existente. Uno de los consejos que da Laura es “evitar poner muebles altos o muy voluminosos cerca de las ventanas. El mueble del salón, cuanto más lejos de la ventana, mejor”.
Pero además, hay otros recursos que pueden ayudarnos a multiplicar la luminosidad: “Siempre que puedo, añado un espejo para potenciar la luz natural. Es un truco muy sencillo y muy efectivo”, añade Martínez.
Para darle más claridad a un salón con poca luz, hay materiales, acabados o texturas que pueden ayudarte a multiplicar la luminosidad. Eso sí, la interiorista nos advierte: “Se pueden usar, pero sin pasarnos: prefiero superficies lisas, mates y en tonos claritos. Los materiales mates y naturales aportan mucha más calidez y ayudan a que el espacio no se vea pesado”.
Lo podemos ver en este salón en el que Laura ha añadido un sofá de color gris claro junto con una mesa en acabado madera, sencilla, pero muy práctica. Y todo se completa con un práctico suelo en acabado madera que se encarga de aportar textura sin saturar.
Otro elemento que influye en la luminosidad de un salón sin luz son los textiles. Las tapicerías, los cojines y hasta el color de las alfombras son clave para conseguir más claridad. Según la interiorista, estos elementos “influyen muchísimo. Una alfombra clara cambia el ambiente al instante. Y algo que aplico siempre en mis proyectos: intento evitar tapicerías oscuras. Hay tejidos claros muy sufridos y lavables, así que… ¡fuera excusas! Los cojines y las mantas en tonos naturales también ayudan a que el salón respire más y se vea mucho más luminoso”.
89
Un espejo puede más de lo que crees
Al preguntarle a la interiorista sobre qué trucos decorativos pueden transformar un salón apagado en uno más luminoso, ella lo tiene claro. “Un espejo bien colocado para duplicar la luz y una buena iluminación técnica (esto cambia absolutamente todo)”, nos dice Laura. Asimismo, también nos recomienda añadir “objetos decorativos en tonos suaves y naturales: cerámicas claras, cestas, jarrones…”.
Y a Laura también: “Una planta bonita siempre da vida y frescura, incluso en los salones más oscuros”. Puedes apostar por especies resistentes como la zamioculca, que tolera sombra extrema, riegos escasos y purifica el aire, la sansevieria que resiste olvidos de riego y baja luz; el clásico poto que puede crecer hasta en condiciones de penumbra; el espatifilo o la aspidistra, entre otras especies resistentes.
