La reforma más personal de la interiorista Anabel Soria: así ha transformado su propio piso de los '70 en un hogar de diseño
Así es la primera casa de la interiorista y arquitecta valenciana: un piso de los 70 transformado en refugio personal. De sus 90 m², Anabel Soria ha hecho su hogar. Nos acercamos a su proyecto más personal.
Para la arquitecta e interiorista valenciana Anabel Soria, su primer hogar tenía que ser un lugar desde el que mirarse por dentro y hacia delante, sin renunciar a lo que la ata a la tierra. Por eso, cuando entró por primera vez en aquel piso de los años 70, no se enamoró de lo que veía, sino de todo lo que podía ser.
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Casa Raíz es su primer hogar, el de una interiorista que ha reinterpretado los espacios con molduras clásicas, materiales nobles y una paleta neutra salpicada de colores inesperados.
Tirar tabiques, reordenar la distribución, dejar que la luz hiciera su trabajo y conectar las estancias eran los objetivos de la reforma.
"La reforma integral es un reflejo fiel de mí misma, de mi vida en varias ciudades (como Madrid, donde descubrí mi pasión por el interiorismo), de mis viajes (como a Italia, donde he vivido, Marruecos, México o Colombia), de mis paseos por mercadillos de segunda mano y, por supuesto, de mi trabajo, ya que mi estudio también forma parte del hogar".
La vivienda partía de una estructura típica de los años 70, pero con un potencial claro: derribar paredes para ganar amplitud, reordenar la distribución y conectar visualmente interior y exterior. La nueva planta se organiza en hall, cocina-comedor-salón abierto, estudio, dos dormitorios (uno en suite), un baño para invitados y balcón.
La zona del sofá queda delimitada por dos pilares originales. Este es el luminoso salón en el que el blanco es protagonista, aunque se anima con pinceladas llamativas en tono rojizo-anaranjado-caldera, usadas en una bandeja, un jarrón, un cuadro, una butaca (de Sklum) o cojines (aquí con tela de Telas La Tonelada)—. Ese uso del color "inesperado" dialoga con el resto de la paleta neutra, dando personalidad a la casa a través de pinceladas sutiles.
"Como línea estética que se repite a lo largo de la casa, las cornisas, molduras, rodapiés de hasta 12 centímetros (de Orac) y piezas vintage, que aportan la parte más clásica a la casa, mientras que los elementos decorativos se acentúan mucho más contemporáneos", explica Anabel Soria. Además, ella misma nos detalla que no tuvo demasiadas dudas a la hora de tomar decisiones en su casa: "Llevaba soñando con esto mucho tiempo, tenía mucha inspiración guardada e ideas que quería ofrecer y no salían en otros proyectos. Aunque esto también jugaba en mi contra porque había muchas cosas que me gustaban y solo podía decantarme por una".
En el salón de la primera casa de Anabel Soria (@estudioanabelsoria) destaca un gran mueble diseñado a medida por la interiorista que ocupa la pared principal y acoge el televisor. Se enmarca con dos librerías empotradas —a modo de hornacinas revestidas en madera y papel efecto textil—, de forma vertical. Al fondo, a la derecha, queda el acceso a un pequeño balcón (con un llamativo suelo hidráulico en rojo, blanco y beige y piezas de barro). El suelo de la vivienda es en madera natural en espiga.
Cuando la interiorista "entró" en esta casa, "estaba de origen, sin ninguna reforma, y pertenecía a una persona mayor. A simple vista era difícil imaginar que pudiera transformarse en lo que es ahora, especialmente por los dos pilares del salón, que parecían limitar mucho las posibilidades. Aun así, yo lo tuve claro desde el principio. Me enamoró desde el primer momento la cantidad de ventanas y la luz natural que entraba, algo primordial para mí".
Al traspasar el recibidor, se abre el gran espacio común, un único ambiente rodeado de ventanas que lo inundan de luz. Cocina, comedor y salón se organizan como un todo fluido, con una transición suave entre usos y una distribución que favorece la vida cotidiana sin compartimentar.
La cocina se organiza alrededor de una media isla de Neolith convertida en mesa de comedor. Funciona como separador visual y funcional, y su lateral curvado suaviza la transición hacia el salón, evitando golpes y reduciendo ruido visual. Sillas y taburetes de bambú, de Singular Market, rematan el conjunto con un aire ligero y natural.
Toda la zona común está inundada por la luz natural que recibe la vivienda y que Anabel Soria ha sabido multiplicar (o aprovechar) con mobiliario en tonos neutros. Es el caso también de la cocina. Con una distribución en línea de muebles adosados a la pared, se adaptan a los recovecos del frente. El frente elegido por la interiorista para su casa es liso con una finísima moldura contemporánea de perfil y pequeños tiradores en negro. Enfrente queda la composición que separa cocina y salón, y que actúa como comedor.
El recibidor como primera declaración de intenciones
La entrada recibe en esta primera vivienda de Anabel Soria con un aparador de líneas redondeadas en madera, sobre el que lucen originales elementos decorativos y una alta lámpara de sobremesa con pantalla textil. Es una declaración de intenciones hacia un espacio que rebosa la personalidad de su propietaria: "Lo que más me gusta de mi nuevo hogar es que, nada más entrar, te encuentras con la zona de día: un espacio muy luminoso que integra cocina, salón y comedor. Unificar toda esta área en un mismo ambiente fue, para mí, un gran acierto, porque es donde transcurre prácticamente toda la actividad del día".
El dormitorio principal en suiteempieza por el baño, concebido como antesala del descanso. El espacio se organiza con cabinas, una para el inodoro y otra para la ducha, tras vidrio acanalado para permitir el uso simultáneo, manteniendo la privacidad. La ducha combina piedra gris, grifería cromada y una hornacina iluminada.
Una vez recorrido el baño, aparece la zona de descanso con una cama central apoyada sobre un cabecero a modo de zócalo que recorre la pared de lado a lado, un rincón junto a la ventana con una butaca y un gran frente de armarios diseñado al pie de la cama. El papel texturizado es de Coordonné, el friso pintado es de Fraus, los apliques son de Maisons du Monde y el ventilador del techo de Create.
Este es el frente del lavabo con dos puestos que ha diseñado la arquitecta e interiorista para el baño en suite de su primera casa. Un mueble a medida, lacado en color blanco y con el mismo diseño que las puertas del vestidor, para mantener la unidad, sobre el que destacan dos lavabos redondos en color rojo (de Leroy Merlin), presente también en este espacio. En las paredes, el papel pintado con líneas rojas refuerza la identidad cromática del proyecto.
Para este espacio, concebido como habitación de invitados, Anabel Soria ha apostado por la calidez y la sencillez. No faltan muebles ligeros que multiplican la capacidad de almacenamiento. Y otros detalles personales (y artesanales) como el cabecero realizado por la propia interiorista con una tela colorida de Julián López.
El baño de invitados rompe convenciones con un damero cerámico mate en rojos, marrones y beige en el suelo más papel pintado efecto microcemento en la pared y grifería dorada. Cerámica de Nais, papel de Casamance y lavabo de Roca.
En Casa Raíz hay espacio también para llevarse el trabajo a casa. Aquí, la interiorista ha diseñado un estudio profesional como una estancia más. Esa convivencia hace que el proyecto sea un reflejo literal de su día a día, lleno de materiales, libros y muestras que conviven con lo doméstico de forma natural.
Lo que antes de la reforma era un antiguo dormitorio junto a la zona común se transforma en este estudio, desplazando ligeramente el tabique hacia el salón para ganar amplitud.
Frente a la pared en la que se ubica la mesa de trabajo en el despacho o estudio, se crea una composición acogedora con papel pintado de Coordonné en la pared, de un vistoso estampado, que para Anabel evoca una de sus estancias en Colombia. Butaca de Maisons du Monde y cortinas de La Redoute Interieurs.