Una espectacular villa de 450 m² que trae Bali a Estepona: diseño balinés, naturaleza y calma para vivir en un auténtico oasis todo el año
Integrada en el paisaje, esta vivienda ubicada en la localidad malagueña de Estepona, transmite calma y tranquilidad gracias a sus materiales naturales, su paleta cromática y su conexión con el exterior, logrando un lugar de retiro para disfrutar todo el año.
Esta espectacular vivienda te permite viajar a un paraísotropical como Bali (Indonesia) sin salir de España. Así, nace con la ambición de reinterpretar la serenidad y el lujo característicos de la arquitectura balinesa en un territorio muy distinto: Estepona (Málaga). Su situación, una ladera de fuerte pendiente, es el verdadero punto de partida del proyecto, llevado a cabo por Archidom Studio.
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De esta manera, en lugar de desafiar la topografía, Villa Bali se adapta a ella: se escalona, se fragmenta y se abre paso acompañando la inclinación natural de la colina. Esta decisión del estudio no solo responde a criterios funcionales, sino también a un deseo profundo de establecer una relación honesta y respetuosa con el paisaje. “Cuando el cliente nos encargó esta villa, lo hizo movido por el deseo de crear un refugio balinés auténtico, un lugar donde pudiera sentir calma, conexión con la naturaleza y una sensación constante de retiro. Quería que cada espacio respirara serenidad, que la arquitectura acompañara y que la casa se abriera al paisaje, sin perder intimidad".
El proyecto se organiza a partir de un volumen central que actúa como corazón social de la vivienda, articulando la vida cotidiana entre interior y exterior. Este espacio fluye hacia la gran terraza principal, concebida como un amplio umbral, donde la arquitectura se diluye y el horizonte se vuelve protagonista. La piscina y los distintos planos habitables dialogan entre sí mediante materiales cálidos, texturas naturales y una paleta cromática que evoca la serenidad propia de los retiros tropicales.
A ambos lados del volumen central se despliegan dos alas laterales,destinadas a las habitaciones. Una pista de tenis, estratégicamente situada en el nivel inferior y elevada sobre el terreno, completa el proyecto. Más que un añadido, se integra como un gesto final que amplía la experiencia y refuerza la idea de Villa Bali como un lugar donde la vida al aire libre forma parte esencial del día a día.
Con 450 m², el cliente, señalan desde Archidom Studio, "buscaba áreas amplias para compartir momentos con familia y amigos, pero también rincones privadosdonde desconectar. De esa visión nace el volumen central social, las dos alas más íntimas, la terraza principal que se proyecta sobre el horizonte y, como gesto final, una pista de tenis que completa la experiencia de esta villa de lujo".
El diseño interior apuesta por espacios abiertos y comunicados con el exterior, como este gran salón, comedor y cocina. Una estancia en común cómoda y funcional para el día a día.
Desde Archidom Studio tenían claro que no querían hacer una copia exacta del estilo balinés. Así, la arquitectura toma distancia y opta por una interpretación contemporánea basada en la atmósfera y la materialidad.
Techos de madera con estructura vista, muros de piedra natural, carpinterías oscuras y una selección de piezas artesanales trazan un equilibrio entre sobriedad y calidez. Los espacios se sienten generosos, luminosos y calmados, dominados por tonos tierra, textiles suaves y un mobiliario que apuesta por formas orgánicas y líneas depuradas.
La cocina y el comedor, integrados, pero claramente jerarquizados, funcionan como un espacio social fluido. Conectado con el exterior, gracias a los tabiques de cristal correderos de ambos lados, tiene acceso directo a una cocina al aire libre, perfecta para el buen tiempo.
La espectacular mesa de madera oscura, una de las señas de identidad de este estilo, se convierte en el eje alrededor de este espacio en común. De esta manera, se erige como centro para la vida en familia en los meses más fríos del año.
Esta cocina con comedor recoge la esencia del proyecto: materiales nobles, luz natural abundante y una convivencia armónica entre lo funcional y lo emocional. Siguiendo las bases del estilo balinés, los muebles son de líneas sencillas, sin ninguna concesión al exceso.
Por eso, el diseño de los armarios no incluye tiradores o no hay alfombras, ni elementos a la vista, lo que crea un espacio más limpio visualmente.
La parte social está en la planta baja, mientras que la privada está en la primera. La escalera es también parte del diseño interior, incluso cuenta con una ventana XL, que no solo proporciona luz, sino que también mantiene el vínculo con el entorno.
Pensar en una casa de estilo balinés es pensar en estancias donde se combina la serenidad de la estética oriental con la frescura de la tropical. Y, casi al instante, visualizas una cama tan espectacular como esta, protagonista absoluta, y un ambiente tan tranquilo y sosegado como el que respira ese dormitorio.
La madera en distintos tonos vuelve a ser el material estrella, vistiendo suelo, techo y mobiliario. Al igual que los grandes ventanales a ambos lados de la cama, que estrechan lazos con el exterior, multiplican la luz y hacen crecer visualmente los metros.
Las habitaciones logran privacidad, manteniendo, al mismo tiempo, conexión directa con el entorno, logrando que cada estancia establezca su propio vínculo con la vegetación y con la luz que desciende por la ladera.
En este dormitorio con dos camas, losgrandes ventanales, los materiales y las texturas favorecen esta relación. Al mismo tiempo, las correderas de cristal multiplican la sensaciónde amplitud y crean espacios que parecen respirar al ritmo del paisaje.
Esta arquitectura no solo se posa sobre la colina, sino que, como cuentan desde el estudio de arquitectura, "dialoga con ella para construir un refugio contemporáneo profundamente conectado con su entorno". En esta atmósfera hay que destacar el papel de la piscina, pero también de las terrazas, como esta a la que se accede desde uno de los dormitorios.
Con una vegetación exuberante y frondosa, estar en ella es como estar en Bali, un pequeño paraíso tropical en un rincón malagueño.
Este espíritu tranquilo se siente en todas las estancias de la casa. El baño adopta el estilo japonés, con una atmósfera donde su bañera exenta, su luz indirecta y sus colores y texturas proporcionan el ambiente ideal para meditar y relajarse.
Como señalan desde Archidom "Villa Bali es una obra que consigue traducir el espíritu balinés sin recurrir a clichés: su esencia reside en la relación con la naturaleza, en la calma que transmiten sus materiales y en la forma en que cada espacioinvita a la contemplación".
En una parcela de 2.772 m², el jardín, con la piscina y la pista de tenis, se convierte en otra estancia de la casa.
Conectado con el interior y distribuido en distintos planos, los diferentesambientes (comedor exterior, estar, relax…) proporcionan el rincón ideal para cada momento. Un chapuzón, tomar el sol, comer con los amigos, sobremesas relajadas, una siesta a la sombra o una tarde de lectura.
Esta espectacular piscina infinita es el broche perfecto de una vivienda que busca la sensación de retiro y tranquilidad, sin necesidad de salir de casa. Porque, además de su ubicación, sus vistas y su diseño desbordante, es una clara invitación a disfrutar del aire libre, tanto para darte un chapuzón como para sentarte en la tumbona y dejar las horas pasar.
Toda una declaración de libertad, que encaja muy bien con el espíritu del resto de esta villa malagueña.