Sandra Marcos, interiorista: "Si vas a rehabilitar una casa antigua, lo primero que tienes que hacer es determinar qué conservar, qué renovar y qué tirar"


Si tu casa tiene 100 años o más y vas a reformarla, descubre de la mano de una experta qué elementos merecen restaurarse, por su valor histórico o estético, y cuáles es mejor sustituir, para mejorar el confort y la eficiencia energética.


La interiorista Sandra Marcos sentada en un sofá blanco, con ventanal, librería negra hasta el techo, escalera, cojines© Sandra Marcos
27 de octubre de 2025 - 18:00 CET

Con sus techos altos, sus molduras y sus suelos de madera que crujen a tu paso, las casas centenarias destilan encanto y belleza. Sin embargo, vivir en ellas puede ser menos romántico de lo que parece. Así, suele ser habitual que su instalación eléctrica esté anticuada o que el baño parezca de otra época en todos los sentidos.  

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Como cuenta la interiorista Sandra Marcos, “vivir en una casa antigua es considerado por muchos como un lujo. Puedes disfrutar de espacios cargados de personalidad, con detalles que posiblemente ya no encuentres en las viviendas actuales o en cualquier tienda de mobiliario. No obstante, rehabilitar este tipo de hogares requiere de una selección previa, distinguiendo entre aquello que se debe conservar, para mantener su esencia, qué renovar, para ganar confort, o qué tirar directamente sin darle un nuevo uso”. 

Para hacerla más cómoda y adaptarla al siglo XXI, es preciso llevar a cabo una rehabilitación respetuosa con su espíritu original, que actualice únicamente lo que debe modernizarse. “No se trata de borrar su historia, sino de reinterpretarla, adaptándola a las nuevas necesidades de cada uno, para que conserve esa esencia característica de las propiedades antiguas”, señala la experta. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Conserva los elementos arquitectónicos originales

“Uno de los principales elementos a mantener en una casa antigua es su estructura original. Muros de piedra, azulejos, vidrieras… Todas estas piezas cuentan la historia detrás de la vivienda y consiguen aportar gran valor estético y patrimonial a la misma", señala Sandra Marcos. 

Sin embargo, según la experta, antes de decidir conservarlos, debes evaluar el estado en el que se encuentran actualmente: "Si están dañados, en lugar de sustituirlos, opta por restaurarlos. Las restauraciones permiten reforzar los elementos originales, manteniendo su esencia e historia. Sustituirlos significaría perder la autenticidad que hace única a una casa antigua”. La imagen pertenece a un proyecto de la interiorista. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Actualiza las instalaciones, sin perder la estética

Como no se trata de un museo, sino un espacio para vivir cómodamente, es importante empezar por aspectos esenciales en el día a día. “A diferencia de los elementos estructurales, es imprescindible cambiar las instalaciones básicas. En casas muy antiguas, la instalación eléctrica o la fontanería pueden estar dañadas u obsoletas, incumpliendo incluso normativas vigentes. Esto puede suponer un gran riesgo para la seguridad de los inquilinos. Por ello, será primordial contar con una revisión técnica previa, especialmente para evitar imprevistos”, recomienda la experta. 

En la imagen, un proyecto del estudio Sandra Marcos Interiorismo. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Mantén la carpintería original

Una de las joyas que encontramos en viviendas centenarias es su carpintería original. 

"Las vigas vistas (como las de este proyecto del estudio), los suelos o las puertas de madera son auténticos tesoros. Su textura, su peso y sus imperfecciones naturales transmiten una calidez que los materiales modernos difícilmente igualan. Si están en buen estado, líjalos, píntalos o barnízalos, para adaptarlos al nuevo estilo, pero no los tires sin valorar su calidad. Incluso los armarios de madera maciza pueden recuperarse. Con un buen decapado o una mano de pintura, vuelven a la vida y resultan mucho más resistentes y duraderos que muchos modelos actuales”, aconseja Sandra Marcos. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Sustituye las ventanas y contraventanas de madera

Las condiciones térmicas actuales son muy exigentes tanto a niveles de confort como de ahorro energético. La experta lo tiene claro: “Las ventanas y contraventanas con marcos de madera pueden ser un problema a largo plazo en tu vivienda. Este material no es un buen aislante y pueden estar deterioradas con la humedad, especialmente en climas húmedos como el del norte de España".

Ante esto, la mejor opción, según la interiorista, "sería reemplazarlas por unas de PVC con efecto madera, salvaguardando la estética de la fachada. Además, este material permite mantener el puente térmico en viviendas antiguas”. 

Proyecto del estudio Sandra Marcos Interiorismo. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Haz cambios en la cocina y el baño

La cocina y el baño son dos de las estancias que más desactualizadas suelen estar y las que más se reforman.

“Sin embargo, no por ello han de perder su esencia. Normalmente, algunos de los materiales originales, como las baldosas, los lavabos (estos pertenecen a uno de mis proyectos) o algunas encimeras suelen dañarse con el paso del tiempo. En estos casos, se puede apostar por renovar con materiales nobles y de buena calidad y no muy recargados, para que sea más fácil que se integren con la arquitectura antigua. Así se mantendrá la armonía de cada espacio, sin llegar a perder el espíritu original”. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Recuerda que los techos altos son un privilegio

Y como tal debes cuidarlos y lucirlos. “Los techos altos son uno de los mayores tesoros de las casas antiguas, que se ha ido perdiendo con el tiempo. Aportan mayor amplitud y luminosidad a las estancias, por lo que si tu vivienda los conserva, son un bien preciado a mantener. En aquellas ocasiones en las que las nuevas instalaciones supongan la creación de un falso techo, se puede seguir, incluso, jugando con las alturas, para evitar añadir elementos decorativos innecesarios”, cuenta Sandra Marcos. 

La imagen pertenece a un proyecto de la interiorista. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Protege los detalles ornamentales

“Las molduras y artesonados de las casas antiguas son elementos que añaden estilo y personalidad a cada estancia. Los hay más sencillos u ornamentados, con influencias de distintos periodos y tendencias decorativas. Pero lo que está claro es que son un elemento que se debería proteger, especialmente ahora que las molduras han vuelto a ser tendencia de decoración".  

Además, la experta matiza lo fácil que resulta adaptarlos a las nuevas estéticas de las viviendas, ya que "tan solo restaurarlos o aplicar una capa de pintura pueden realzar un interior por completo. La clave reside en no verlos como elementos anticuados, sino como una oportunidad para resaltar la autenticidad de la casa, uniendo lo clásico con lo contemporáneo”. Como ocurre en este salón diseñado por su estudio. 

© Sandra Marcos Interiorismo

Los suelos hidráulicos son un plus

El suelo, como este de un proyecto de Sandra Marcos, es uno de esos tesoros de las casas antiguas. Muchas veces, al hacer obra, encontramos un pavimento original (de madera o hidráulico) de gran belleza, que merece la pena lucirse.

"Los hidráulicos son pura historia decorativa. Sus dibujos geométricos o florales transforman el suelo en una obra de arte. Con un mantenimiento adecuado (sellado y limpieza regular) pueden durar toda la vida. Además, permiten crear contrastes llenos de encanto en cocinas, entradas o baños, combinando tradición y modernidad de una manera muy visual”.

© Sandra Marcos Interiorismo

Aporta un toque de modernidad con obras de arte

Para que tu casa siga contando historias, como las que cuenta esta propuesta de Sandra Marcos Interiorismo, pero no viva en el pasado, debes mejorar su confort y eficiencia, pero también darle un toque de actualidad. Para lograrlo, "puedes optar por añadir arte contemporáneo a tu hogar. Estas obras funcionarán de contrapunto en la vivienda, aportando frescura y dinamismo, así como un gran contraste visual, gracias a la combinación de diferentes estilos. Así, los detalles arquitectónicos históricos de la casa destacarán gracias a esta fusión". 

En definitiva, concluye la experta, "vivir en una casa antigua es aprender a mirar con otros ojos: conservar lo auténtico, reinterpretar lo que merece una segunda vida y dejar que la historia siga presente, pero adaptada al ritmo actual”. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.