Neuroarquitectura

Verònica Martín, interiorista: “Dormir, regularse y sentirse en calma: así debe diseñarse un dormitorio neuroinclusivo”


La habitación debe convertirse en un auténtico refugio. Te contamos cómo diseñar un dormitorio que respeta gustos, identidad y diversidad neurológica.


Retrato de la fundadora de A-típic Biointeriors, Verònica Martín© A-típic Biointeriors
10 de octubre de 2025 - 7:00 CEST

El dormitorio es mucho más que un lugar para dormir: puede ser refugio, regulador emocional y espacio de calma. Sin embargo, no siempre está diseñado pensando en cómo la luz, los materiales o la distribución afectan a nuestra percepción y bienestar. 

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La accesibilidad cognitiva y sensorial propone mirar más allá de lo físico para crear entornos que no generen ansiedad, que resulten fáciles de habitar y que acompañen a las distintas formas de procesar el mundo. 

En este sentido, un dormitorio puede marcar la diferencia para quienes son neurodivergentes, pero también para cualquiera que busque descanso real y seguridad emocional en su hogar.

Esa mirada inclusiva es la que impulsa Verònica Martín, interiorista fundadora de A-tipic Biointeriors y de la plataforma digital atipicos.org, recientemente abierta para la comunidad neurodivergente. 

Desde su experiencia personal y familiar, defiende que diseñar un dormitorio no debería limitarse a la estética, sino atender a las necesidades sensoriales y emocionales de quienes lo habitan.

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© Carla Capdevila para Montse Morales Interiorismo

Así debe ser un dormitorio para personas neurodivergentes

Es un refugio que acoge sin exigir. En palabras de Verònica, un dormitorio pensado para personas con divergencias no busca simplemente ‘reducir estímulos’, sino crear un ecosistema sensorial que permita al cuerpo relajarse, sentirse seguro y regularse sin esfuerzo

“Ello implica diseñar un espacio que respete cómo percibimos, cómo descansamos y cómo procesamos el mundo personas autistas, TDAH o con alta sensibilidad. Como señala Berta Brusilovsky, hablamos de accesibilidad cognitiva y sensorial cuando el entorno se adapta a nuestras capacidades perceptivas, no al revés”, explica la interiorista. El diseño tiene que convertirse en una forma de cuidado. Y aunque en nuestra cultura el descanso está muy infravalorado, es la base de nuestro bienestar.

En la propuesta, un dormitorio diseñado por la interiorista Montse Morales que cuenta con un agradable banco junto al ventanal.

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© Amador Toril para María Acha Interiorismo

Aplicar la neuroarquitectura para mejorar la calidad del sueño

La neuroarquitectura aporta una comprensión rigurosa de cómo el entorno físico afecta al sistema nervioso. En personas neurodivergentes (donde hay mayor sensibilidad a la luz, el ruido o las texturas), cada elemento del espacio puede activar o calmar

Por ejemplo, hay algunos estudios en psicología ambiental que muestran que una correcta iluminación, una buena acústica y una distribución coherente reducen la activación del eje del estrés, favoreciendo el descanso. Verònica propone varias estrategias, como el uso de luces cálidas, o incluso rojas aunque a priori puede dar un poco de miedo incorporarlas, cortinas blackout que bloquean la luz y materiales naturales ayudan al cuerpo a entrar en ritmos circadianos estables favoreciendo el ‘modo relax’.

Con texturas acogedoras, este dormitorio con revestimiento de pared de Glamora, pieza trasera del cabecero y paredes en acabado en mortero de arcilla de Ecoclay y cama tapizada de San Giacomo, según la selección de la interiorista María Acha.

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© Bloomingville MINI

Un dormitorio inclusivo es distinto para cada persona

Cada persona es distinta, y por supuesto, cada persona con alta sensibilidad, cada TDAH o cada autisa… también es diferente, pero hay patrones recurrentes que pasa a relatarnos la experta: por ejemplo, es habitual la necesidad de control sensorial (luz, sonido, temperatura), las estructuras claras que reduzcan la ambigüedad espacial, y recursos para autorregularse

Así, “suelo incorporar zonas diferenciadas (dormir, regular, almacenar), iluminación graduable, elementos táctiles agradables, y mobiliario que invite al orden visual. La clave es la legibilidad ambiental: que el cuerpo no tenga que ‘descifrar’ el espacio para poder descansar". 

Bajo el tipi de la imagen, de Bloomingville MINI, se genera un rincón de juegos. 

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© Agustín David Forner / Volta_

El poder de un dormitorio diseñado para el bienestar y la relajación

¿Por qué influye tanto el espacio físico en la regulación emocional? Porque la arquitectura también comunica. Un espacio puede gritar o puede susurrar. Y cuando vivimos con un sistema nervioso en alerta, el entorno se convierte en un interlocutor permanente. 

En la propuesta, Volta_ diseña un dormitorio intantil en clave biofílica con mucha presencia de la cálida madera y un papel pintado en la pared de acento con motivos naturales. 

Un dormitorio desorganizado, frío o sobrecargado puede impedir la transición al descanso. Por eso trabajamos con transiciones suaves, materiales naturales, colores serenos y formas orgánicas. La regulación emocional empieza mucho antes de cerrar los ojos”, detalla Verònica.

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© Elton Rocha para Albert Ramoneda Studio

Los mejores textiles para ofrecer un buen confort sensorial

Lo sensorial es lo cotidiano. Una sábana con textura molesta o un material sintético puede impedir el sueño; una etiqueta mal ubicada puede generar rechazo físico. “Por eso priorizo tejidos naturales, sin fragancias artificiales, con costuras planas. Siempre que puedo, propongo una pequeña ‘biblioteca sensorial’ de textiles, para que la persona pueda elegir con qué regularse: una manta pesada, una tela fresca, un cojín envolvente. La clave no es imponer texturas, sino ofrecer opciones. Algo crucial para mí es el tema de los tejidos orgánicos porque de noche solemos movernos mucho, el poliéster es un tejido plástico, y el plástico con el movimiento, con la fricción, crea electricidad estática… lo mismo con las sábanas, por lo que nos despertaremos por la mañana irritables y cargados estáticamente… esto no sucede con los materiales orgánicos”, comparte Verònica.

Con tejidos naturales viste la cama el interiorista Albert Ramoneda en este dormitorio acogedor, gracias a que incluso se entela  la pared del cabecero.

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© De la Villa Studio

La importancia del aislamiento acústico

El ruido no solo interrumpe el sueño: impide que el cuerpo lo inicie. Muchas personas neurodivergentes tienen hipersensibilidad auditiva, y sonidos que otros filtran, ellas no los pueden ignorar. 

“Uso materiales fonoabsorbentes, puertas macizas, cortinas densas y, si es necesario, generadores de sonido blanco, pero esto ya según el perfil sensorial”, explica la diseñadora de interiores fundadora de A-tipic Biointeriors. La pregunta que guía siempre es: ¿qué necesita este cuerpo para bajar el volumen del mundo?

De la Villa Studio decide integrar en el dormitorio de la propuesta un cabecero diseñado a medida por el estudio con tres piezas tapizadas en lino, un mueble no solo estético sino que fomenta el silencio.

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© David Ballester para ALEM Arquitectura

¿Cómo afecta la paleta de colores a la relajación?

“El color es vibración. No es solo gusto estético: es impacto fisiológico. Los colores suaves, naturales o terrosos tienden a reducir la activación”, señala Verònica. 

Quien sugiere que hay que evitar los contrastes cromáticos bruscos, saturaciones altas o esquemas cromáticos caóticos. En total acierto ALEM Arquitectura apuesta en esta habitación por los blancos rotos, los beige y los cremas, gamas serenas y luminosas.

También hay que tener en cuenta en la relación color-textura-luz, dado que un mismo tono puede percibirse muy diferente según su materialidad. 

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© Faro Barcelona

Iluminación que favorece la conciliación del sueño

Verònica recomienda emplear en el dormitorio una iluminación cálida, indirecta y regulable. La temperatura de color influye directamente en la producción de melatonina. Por eso evitamos luces frías o pantallas cerca del descanso. 

Idealmente, propone tres capas: 

  • Una luz ambiental suave.
  • Una luz puntual para rituales nocturnos (lectura, escritura). En la imagen, el aplique es ‘Matilda’, de Faro Barcelona.
  • Una luz funcional, una opción mínima para moverse de noche sin activarse. 
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© Felipe Scheffel para Natalia Zubizarreta Interiorismo

Claridad espacial: el diseño que respeta tus tiempos y emociones

A la hora de idear un dormitorio sin estímulos abrumadores hay que simplificar, lo que no es sinónimo de vaciar. De hecho, Verònica advierte que “el minimalismo extremo puede resultar hostil si transmite frialdad o impersonalidad

El objetivo no es eliminar, sino reducir el caos. Para ello, cierro estanterías abiertas, oculto cables, utilizo cajas opacas que no sobrecarguen la vista y evito patrones agresivos”. 

También es clave organizar rutas de uso claras: un área para dormir, otra para regularse y otra para guardar. Esta claridad espacial no es solo estética, es un gesto de respeto hacia quienes habitan el espacio.

Estamos viendo un saloncito privado en un dormitorio, en un proyecto que firma Natalia Zubizarreta.

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© Modelec

El poder de los pequeños detalles en dormitorios inclusivos

En las personas neurodivergentes, los detalles sencillos pueden marcar una enorme diferencia en la calidad del sueño. Un interruptor accesible sin levantarse (este junto a una litera, es de Modelec), un cabecero que aísle del ruido, una alfombra que amortigüe el frío del suelo, un dosel que aporte refugio visual o un lugar donde ‘dejar el día’ antes de dormir (ya sea un cuenco, una caja o un cuaderno). 

La experta asegura que estos elementos, aparentemente mínimos, generan una sensación de seguridad y una tranquilidad corporal que favorece el descanso profundo.

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© Sasha P / Pexels

Rituales antes del descanso

La interiorista insiste en que no hay receta universal acerca de los rituales que nos hacen bajar el ritmo en el dormitorio, pero sí principios comunes en las personas con neurodivergencias. Y pone estos ejemplos: algunas personas necesitan estirarse, otras balancearse, otras escribir, escuchar música suave o simplemente estar en silencio

“Personalmente necesito leer una media hora y luego meditar durante un ratito con visualización creativa, es lo que mejor me va. El dormitorio debe permitir eso: que el cuerpo haga lo que necesita sin barreras. Diseñamos para que esos rituales fluyan, sin exigencias”, revela.

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© Kelly Hurd Photography para Susana de Villa

Aliados en la autorregulación emocional

El espacio importa. Un rincón donde recogerse, un sistema visual que anticipe las rutinas del día, una manta accesible que calme, una luz que se atenúe al llegar la noche

La autorregulación emocional no ocurre en el vacío: necesita contención espacial. Por eso, el dormitorio no debería convertirse en un desafío, sino en un aliado que favorezca la calma y el equilibrio.

La habitación de la imagen superior, diseñada por Susana de Villa, pone el acento en las texturas: la calidez de la manta, la suavidad de los cojines, la solidez del cabecero y la pared revestida en madera que envuelve el espacio.

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© Jordi Canosa para Pia Capdevila

Tecnología en el dormitorio: ¿evitarla o integrarla con cuidado?

Verònica es de la opinión que la tecnología debe integrarse con sentido. Porque esta puede apoyar la regulación (luces programables, sonido ambiente, recordatorios visuales) pero debe estar al servicio de la calma, no del estímulo constante

“Personalmente propongo pantallas fuera del dormitorio, e integrar tecnología domótica adaptada a las necesidades de cada persona. Lo digital también debe ser neurofriendly”, afirma.

En este dormitorio infantil creado por Pia Capdevila y con estilismo de Mar Gausachs los padres deciden que el rincón de estudio no cuente con ordenadores ni tabletas, solo cuadernos y libros. El espacio también integra divertidos elementos lúdicos.

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© A-tipic Biointerios

Más allá de la norma: neuroarquitectura aplicada al descanso

El error más común al diseñar un dormitorio pretendidamente neuroinclusivo es proyectar desde la norma y no desde la experiencia vivida. Creer que basta con apagar luces, elegir colores neutros o reducir estímulos es quedarse en la superficie. Verònica señala que otro desacierto habitual es infantilizar los espacios, olvidando que hablamos de personas con identidades, gustos y necesidades propias

En definitiva, el diseño de un dormitorio amigable para personas neurodivergentes no se limita a decorar distinto, sino que transforma la relación entre el cuerpo y el espacio. 

El espacio debe convertirse en un aliado en la autorregulación emocional, un refugio que escucha y responde. “Esto solo se alcanza cuando dejamos de imponer y empezamos a escuchar: al cuerpo, a la persona y a la diversidad de formas de habitar. Esa es la esencia de la neuroarquitectura aplicada al descanso”, apunta la interiorista. En la imagen superior, vemos el dormitorio de su hogar, con muebles de madera natural, pared bicolor de arcilla y cortinas de lino.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.