Es diseñador, escritor y ha restaurado las casas más icónicas de las estrellas de Hollywood

Xorin Balbes, vecino del príncipe Harry y Meghan Markle, nos recibe en su fantástica mansión de Montecito, en California


En el vecindario también se encuentran la actriz Gwyneth Paltrow y su marido, Brad Falchuk; Oprah Winfrey; Josh Brolin; Zoe Saldaña, y, hasta su recien­te traslado a Inglaterra, Ellen DeGeneres


XORIN BALBES VECINO DEL PRÍNCIPE HARRY Y MEGHAN MARKLE, NOS RECIBE EN SU FANTÁSTICA MANSIÓN DE MONTECITO (CALIFORNIA)
Por: Victoria de Alcahúd
27 de septiembre de 2025 - 11:03 CEST

A veces, solo a veces, y, por supuesto, no le ocurre a todo el mundo, uno vive en el mejor lugar donde se puede vivir, haciendo lo que mejor sabe hacer y disfrutando con ello. Entonces, solo entonces, la vida es ¡extraordinaria! Xorin Balbes es uno de esos privilegiados. El lugar, Montecito, en el condado de Santa Bárbara, en California.

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© César Villoria
La imponente fachada de esta casa de estilo español, construida en 1910, que se descubre tras un recorrido de 150 metros que culmina en un estanque de lirios

Lo que mejor sabe hacer, salvar casas históricas del olvido y el derrumbe y devolverlas a la vida y a su antiguo esplendor. "Visto desde el exterior —se expresa Xorin, dejando vagar su mirada sobre el pequeño bosque ajardinado que rodea su propiedad—, es lo que hago. Pero, en realidad, soy más bien un artista que tiene la suerte de poseer un lienzo tridimensional con el que trabajar".

© César Villoria
Xorin Balbes con su marido, el artista floral Truman Davies, acompañados por sus amigas Shamra Tankersley, propietaria de los viñedos ecológicos Strange Family Vineyard" (izquierda), y la empresaria y filántropa Carly Kennedy (derecha)

Suena poético… incluso espiritual, puesto que todo lo que desarrolla Xorin va encaminado a la mejora personal y su ambiente. Aunque él no lo sabía entonces, ya desde niño estaba forjando su destino.

© César Villoria
Una vista aérea muestra los 1.350 metros cuadrados de la propiedad

"Mis padres solían salir a cenar a algún restaurante elegante el sábado por la noche. Entonces yo, que tenía unos ocho años, aprovechaba para cambiar los muebles de sitio y 'redecorar' la casa en busca de armonía.  A su regreso, encontraban 'mi ocurrencia' divertida y, con frecuencia, aceptaban mis ideas. Tres años después, mi padre, que era director de obra, solía 'contratarme' para pasar a máquina presupuestos de instalaciones, pintura, carpintería, fontanería, etcétera. Pagaba ¡a dólar la página! Todas estas situaciones que viví siendo un chaval se fueron integrando en mi inconsciente, ajeno, por supuesto, a que estaba labrando la que sería mi futura profesión".

"Descubrí esta casa en 2017, cuando me vine a vivir a Montecito. Era lo que nosotros llamamos un 'elefante blanco', que significa algo de tamaño descomunal, difícil de manejar y mantener"

© César Villoria
La piscina, con el pabellón del gimnasio, el "spa" y la sauna al fondo

Casa remolque

Años más tarde, ya adulto y tras pasar por otros negocios conectados con la decoración, compró una casa remolque de los años 70, la transformó en un templo budista y descubrió por fin lo que quería hacer. Desde entonces, le ha cambiado la vida a unos 60 inmuebles. 

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Otra perspectiva aérea del edificio, rodeado de cuatro hectáreas de terreno ajardinado, ubicado en una de las zonas más exclusivas de Santa Bárbara

"Por suerte, no fui a ninguna escuela de arquitectura o decoración y solo me han guiado mi instinto y la certeza de que había nacido con un talento especial. Cuando terminé aquella casita y la vendí, estaba muy emocionado: “¡Oh, Dios mío, esto me gusta! ¡Me encanta el proceso!”, exclamé eufórico, y comprendí que eso de transformar algo no hermoso en algo hermoso es fabuloso. “Tengo que hacer esto de nuevo”, me dije, y se convirtió en una maravillosa adicción que repito una y otra vez… hasta hoy".

© César Villoria

Aunque los ejemplos son muy numerosos, podríamos citar la antigua mansión de 1926, réplica de la villa del duque de Alba del siglo XVII, de la estrella del cine mudo Norma Talmadge, que Xorin recuperó para la diseñadora de moda Sue Wong y en la que vivieron —en distintos estados de destrucción en años anteriores— Jimmy Hendrix, Dennis Hooper y Johnny Deep. El edificio Bell, que perteneció al celebre director de cine Cecil B. de Mille. La mansión Higgins (1900), que sirvió de escenario para La familia Adams y es obra del gran arquitecto John C. 

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Xorin y Truman, junto a Carly y Shamra, entre las puertas que comunican la piscina con su oasis privado de bienestar

Austin, a quien debemos el famoso Griffith Observatory. También las moradas de Jason Statham, Meryl Streep, Milla Jovovich…Debe ser difícil eso de dedicar tanta energía, tiempo, dinero y amor a una casa para luego dejarla partir. 

© César Villoria
Uno de los salones: los sillones de cuero color café datan de los años 70, mientras que los de terciopelo naranja son "vintage" de los años 60

"Cuando estoy con un proyecto experimento una profunda conexión con él, casi como en una relación amorosa. Al tiempo, entiendo que hago este trabajo desde mi alma para otra alma que aún no conozco, pero que voy a conocer. Tras la venta, estoy muy afligido, pues he de abandonar la casa, pero soy consciente de que ha de tener una vida lejos de mí. No dura mucho, se me pasa en cuanto empiezo un nuevo proyecto, y ya no miro hacia atrás jamás".

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Xorin junto a Truman y Carly, en el claustro de entrada de estilo español

"Mis padres solían salir a cenar a algún restaurante elegante el sábado por la noche. Yo, que tenía unos ocho años, aprovechaba para cambiar los muebles de sitio y 'redecorar' la casa en busca de armonía"

© César Villoria
El comedor principal, con una mesa de nogal española del siglo XVII y modernas sillas tapizadas en lana de oveja blanca; en el suelo, una alfombra persa completa el ambiente

No, nunca se arrepiente de una venta, en el fondo, es su negocio. Solo en una ocasión, con The Sowden House, la casa de influencia maya en el barrio Los Feliz, de Los Ángeles, que construyó en 1926 Lloyd Wright, el hijo del reputado arquitecto Frank Lloyd Wright. Vivió en ella casi doce años hasta que, finalmente, la dejó marchar. 

© César Villoria
La cocina ofrece fantásticas vistas a los jardines

"Es una morada muy especial. Nada más entrar, te recibía una gran pintura de un huevo gigante. Comprendí rápidamente que, como el huevo, la casa era una incubadora. Una incubadora de talento. Obviamente, estaba la herencia de Lloyd Wright y su padre, muy presentes en cada rincón; el pasado de un Hollywood que ya no existe, y la energía de las fabulosas personas que allí vivieron. El conjunto de todo ello me estaba influyendo y preparando para el siguiente paso que debía dar. Cuando estuve preparado, la vendí y me marché a Maui a escribir mi primer libro".

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El dormitorio principal ocupa, junto con el vestidor y el baño, 250 metros cuadrados. La chimenea original de 1910 aporta carácter histórico, y las monumentales "ventanas francesas" abiertas por Xorin permiten disfrutar de los jardines desde la habitación
© César Villoria
Vestidor

Xorin se retiró a esta isla del archipiélago de Hawái para escribir Soul Space: Transform your home, transform your life, que significaría algo así como "Espacio alma: transforma tu hogar, transforma tu vida". Para quien no lo haya leído, su contenido puede parecerse a lo que predica Marie Kondo, pero intelectualmente va mucho más lejos (perdona, Marie) y él lo escribió antes de que lo hiciera ella. 

Xorin es fundador de Global Vision for Peace, una organización amparada por Naciones Unidas en la que artistas como Leonardo DiCaprio, Drew Barrymore y Sharon Stone apoyan la paz mundial

© César Villoria
Un plano medio de nuestro anfitrión

"Cambiar la decoración puede cambiar nuestras vidas. Voy a poner un ejemplo. Digamos que no te gusta el sofá viejo del salón: en lugar de pensar “qué horrible sofá, lo odio, pero no tengo dinero para cambiarlo), que es un sentimiento negativo, deshazte de él. Deja el espacio vacío. ¡Sí, atrévete! Y empieza a pensar en el bonito sofá que te gustaría tener en ese lugar. Imagínatelo mentalmente y en las distintas formas de trabajar para conseguirlo. Y, te lo aseguro, acabarás consiguiéndolo. Entonces te sentirás orgulloso/a de ti mismo/a y de lo a gusto que te sientes en tu casa".

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El baño del dormitiorio principal

"Un elefante blanco"

También opina que los objetos que nos rodean tienen memoria. A veces, nos traen bonitos recuerdos, como ese aparador que estaba en casa de la abuelita, con quien compartíamos momentos felices, y hoy es nuestro. Otras, los recuerdos no son tan bonitos. Son esos objetos los que, cuando estemos preparados mentalmente, hemos de sacar de casa, dejarlos ir y, con ellos, los malos recuerdos. 

"Mi padre, que era director de obra, solía 'contratarme' para pasar a máquina presupuestos de instalaciones, pintura, carpintería, fontanería... Pagaba ¡a dólar la página!"

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Xorin invita a Carly a descubrir la casa

"Además, creo que las casas 'nos llaman'. Esta, mi actual vivienda, la descubrí en 2017, cuando decidí trasladarme a vivir a Montecito. Me emocionó cuando la vi por primera vez, pero era lo que nosotros en inglés llamamos 'un elefante blanco', que viene a significar algo de tamaño descomunal difícil de manejar o mantener. Cierto que es grande: 1.350 metros solo el edificio principal. Fue construida en 1910 para la familia Coleman. 

El patriarca, William Coffin Coleman, 'inventó' el 'camping' y un montón de objetos para la vida exterior, como tiendas de campaña, canoas, etcétera. "La familia solía ir de pícnic —con toda la parafernalia que ellos mismos fabricaban— justo allí abajo, junto al arroyuelo que atraviesa la propiedad. Pasaron los años y, con ellos, los distintos dueños, hasta que llegó a las manos de otra próspera familia de la zona que la utilizaba como almacén".

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Una de las elegantes habitaciones de invitados, con cabecero español del siglo XVIII y lámparas italianas del XIX
© César Villoria
Un dormitorio de estilo "pop art", con cabecero italiano del siglo XIX y cómodas de espejo de los años 40
© César Villoria
Otra habitación de invitados, con camas italianas del XVIII y cómoda alemana a juego, reflejo del exquisito mobiliario histórico de la residencia

Sí, un almacén, pero no un almacén cualquiera. Eran coleccionistas de objetos históricos, como una carta escrita por Albert Einstein, libros incunables, manuscritos muy preciados... Pedían demasiado dinero por ella y, por suerte, nadie entendió sus posibilidades. 

© César Villoria
Xorin y Truman, junto a su perra "Yoshi" (sheepadoodle) y su perro "Kenzo" (bernadoodle)

"Hace años comprendí que iba a haber un cambio en los gustos y que, cada vez más, íbamos a querer vivir cerca de la naturaleza, porque es la que nos cura de todos los males"

Estaba esperando a un visionario como Xorin. "Donde había muros, abrí ventanas francesas (esas que llegan hasta el suelo) para que entrara la luz. No había conexión entre las distintas partes de la casa y creé dos alas distintas con una zona común. La nuestra y, del otro lado, separada, la de invitados. Estaba rodeada por un terreno baldío con algunos árboles centenarios aquí y allá, así que planté 100.000 plantas".

© César Villoria
El salón principal, con una cabeza de elefante tallada en madera sobre la chimenea y una mesa de centro de mármoles exóticos; la escalera conduce al ala de invitados

Un intenso trabajo de un año y medio y diez millones de dólares de inversión en la transformación. Esta casa (deberíamos decir mansión) es un ejemplo de la conexión interior-
exterior.

© César Villoria
La cancha de "pickle­ball", uno de los deportes más de moda en Californi

"Ya hace años comprendí que iba a haber un cambio en los gustos y que, cada vez más, íbamos a querer vivir cerca de la naturaleza, porque es la que nos cura de todos los males. Aquí estás rodeado de montañas, pero también tienes playas, y eso influye en nuestro modo de vida. Montecito es, para mí, el lugar perfecto, con un estilo de vida que está desapareciendo. Por la calle, los desconocidos se saludan, 'buenos días', 'buenas tardes', como cuando éramos niños. Y aquí coexiste el mayor número de organizaciones caritativas y sin ánimo de lucro del mundo".

© César Villoria
La sala de juegos, donde se exhiben un par de fósiles de amonitas de 200 millones de años

Es un paraíso que, hasta hace poco, era prácticamente desconocido. Un lugar en el que realmente las personas se preocupan unas de otras sin esperar nada a cambio. Quieren hacerlo no por interés, sino por el puro placer de hacerlo. Donde la población se caracteriza por la falta de arrogancia. 

Es cierto que están sucediendo algunos cambios, especialmente tras los incendios de Los Ángeles, en los que al menos 150 familias han escogido esta zona para volver a empezar, pero la gente nueva está trayendo energía nueva y eso —según Xorin— es estupendo. Esperemos que dure así muchos años, pues parece el lugar perfecto para crear una familia. ¿Meghan y Harry? ¿Le suenan a alguien?

TEXTO

Victoria de Alcahúd

FOTOGRAFÍA

César Villoria

PRODUCCIÓN

Victoria de Alcahúd

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.