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Y sí, hablamos de "rincones de lectura", pero no siempre nos referimos a un espacio donde obligatoriamente hay que sentarse con un libro entre las manos. Más bien se trata de un ambiente íntimo y acogedor, diseñado para bajar el ritmo y reencontrarse con uno mismo. Puede ser para leer una novela, pero también para escuchar un pódcast, hojear una revista, tomar un café en silencio o simplemente contemplar por la ventana. La clave está en que sea un lugar que invite a bajar revoluciones y alejarse del ruido constante, tanto externo como digital. Auténticos espacios de bienestar.
Lo mejor es que no hace falta contar con una gran casa ni invertir mucho dinero: basta con elegir una ubicación que nos inspire calma y darle algunos toques personales. Un asiento cómodo, una luz cálida, una estantería pequeña o una cesta con libros o revistas a mano, una mantita, algún que otro cojín, una vela aromática… Sigue leyendo y descubre cómo hacer de ese rincón tu refugio diario para leer (o no).
La elección del lugar es clave. Lo ideal es que tu rincón de lectura esté junto a una ventana, porque la luz natural no solo es más agradable, sino que también cansa menos la vista. Si tienes la suerte de contar con un ventanal en el salón o el dormitorio, ya tienes medio trabajo hecho.
Lo suyo es evitar cortinas pesadas que oscurecen la estancia y optar por tejidos ligeros como lino, visillos de algodón o estores tipo screen. Estos suavizan la luz, evitan deslumbramientos y mantiene la claridad durante todo el día. Sin embargo, puede que en algunos momentos prefieras un ambiente más íntimo y recogido. En ese caso, es preferible optar por unas cortinas opacas, como estas: el modelo Magnus Crudo que hemos localizado en Leroy Merlin. Bloquean por completo la luz cuando lo necesites y su forro polar actúa como aislante térmico. Eso sí, tendrás que completar la decoración con una lámpara de mesa o de pie, que aporte iluminación puntual necesaria para leer cómodamente sin luz natural.
Si eres de gustos clásicos, nada como un buen sillón tapizado que te abrace al sentarte. Los diseños amplios y envolventes son perfectos para perder la noción del tiempo entre páginas. Para acompañarlo, un puf a juego es una opción muy cómoda, ya que no solo sirve como superficie de apoyo extra, sino que también podrás estirar las piernas para tumbarte a leer.
Un tip decorativo: para que tu rincón de lectura tenga identidad propia dentro del salón, elige una tapicería diferente a la del sofá principal. Eso sí, procura que guarde cierta armonía en los colores, de modo que el conjunto respire esa elegancia clásica del espacio. En este caso, el modelo Belvedere, de Colefax and Fowler, está presenta tanto en las cortinas como en el sofá, y para el sillón y el puf se ha elegido el tejido Olney Stripe, de la misma firma.
¿Quieres algo de independencia dentro de una estancia grande? Una buena idea es recurrir a una estantería sin trasera como esta, el modelo Sinne de la firma Woood, de madera de nogal. Así marcas el espacio y, al mismo tiempo, ganas sitio para almacenar tus libros y tenerlos al alcance de la mano. Como deja pasar la luz y mantiene cierta conexión visual co el resto de la habitación, no agobia ni redice tanto el espacio como una pared.
Para recrear un look actual, apuesta por muebles de líneas sencillas. Aunque sean piezas modernas, conviene que estén tapizadas para que resulten más cómodas. En lugar de la típica mesita auxiliar, puedes colocar bien una mesa de centro adosada a la pared bien un banco que sirve tanto de apoyo para la lámpara como para apilar los libros que tengas a medias. Además, aporta un toque distinto y desenfadado, que encaja muy bien en ambientes contemporáneos. El rincón que ves sobre estas líneas se compone del sillón y reposapiés Muno, la mesa de centro Ita OS3, en roble, y la lámpara de mesa Niebla AP17. Todo, de &Tradition.
La lámpara: un detalle con más carácter del que crees
La iluminación artificial es tan importante como la natural, sobre todo si lees de noche. Y aquí cabe un pequeño guiño d estilo: elegir una lámpara de un color inesperado, como el azul intenso del modelo Febo de The Masie, puede romper con la decoración clásica y dar un aire fresco al conjunto.
A la hora de iluminar el rincón de lectura conviene pensar tanto en la estética como en la funcionalidad. Lo ideal es contar con una luz focal, que se dirija directamente sobre el libro sin deslumbrar ni proyectar sombras molestas. Las lámparas de pie articuladas o con brazo flexible permiten ajustar la orientación según la postura y, como seguramente sepas, una lámpara de mesa con pantalla traslúcida ofrece una luz más envolvente y cálida.
Otro aspecto a tener en cuenta es la temperatura de color: una luz cálida (entre 2700K y 3000K) resulta más acogedora y relajante, mientras que una neutra (4000k) facilita la concentración en la lectura prolongada. También resulta muy práctico incorporar un regulador de intensidad, o dimmer, para adaptar el ambiente en función de la hora del día o el tipo de lectura.
Y no olvides el confort visual: combina la luz puntual con una iluminación ambiental suave para crear una atmósfera equilibrada y agradable.
Este complemento textil aporta confort, delimita visualmente el espacio y, de paso, ayuda a mejorar la acústica de la estancia. Así que, si aún no tienes una buena alfombra para vestir el suelo de este ambiente, busca un modelo de lana o algodón —materiales agradables al tacto— y un tamaño proporcionado al asiento y a la mesa auxiliar. Lo ideal es que queden dentro de la alfombra. Y en cuanto al color, mejor que no distraiga, que no sea un punto focal, sino que quede perfectamente integrada, como se ha hecho en este proyecto de Covet House.
Según la neuroarquitectura, los colores más adecuados para un rincón de lectura son aquellos que favorecen la calma y la concentración, como verdes y azules suaves o beis, arenas y colores tierra que, además, aportan calidez y sensación de seguridad. Conviene evitar los colores muy saturados o con contrastes excesivos, ya que tienden a sobreestimular y dificultan la inmersión en la lectura.
Monta también un rincón de lectura adaptado a los más pequeños de la casa. Un puf grande, bajo y acolchado es perfecto para que se tiren encima y hojeen sus cuentos cómodamente. Al ser ligero, se puede mover de un sitio a otro sin problemas, lo que lo hace ideal para habitaciones infantiles, zonas de juegos o incluso el salón.
Y recuerda: los niños hacen lo que ven. Si te ven leyendo, ¡quién sabe! Puede que se animen a llevar el puf a tu lado para leer contigo. Además, no tiene por qué ser un asiento infantil. El modelo Thiago, de Sklum, es igual de cómodo para adultos. El respaldo elevado y su relleno de espuma picada aportan tal nivel de confort que sentiréis como si os fundierais en un cálido abrazo.
No siempre es posible destinar una zona del salón al rincón de lectura, pero síintegrarlo de forma natural en el estar. Y si no mira este proyecto de la interiorista Raquel González, quien colocó una chaise longue tapizada en terciopelo azul junto al sofá blanco. Es un asiento perfecto para estirarse y perderse en un buen libro, y al mismo tiempo no rompe con el resto del mobiliario. Además, su ubicación, junto a la librería del salón, pone todos los títulos al alcance de la mano. Y como broche final, para convertirlo en un auténtico rincón de lectura, no falta la lámpara de pie que proporciona la luz cálida y puntual para acompañar las horas de lectura.
Si eres de las que sí leen mucho, tarde o temprano tu librería se quede pequeña y, entonces, echarás en falta un mueble donde guardar todos tus libros. Esta propuesta de la firma Mobalpa nos parece estupenda: una estantería diseñada a medida rodea la ventana por los laterales y la parte inferior para maximizar la capacidad de almacenaje sin renunciar al paisaje. Y es que ¿sabías que leer con vistas despejadas tiene un efecto relajante que convierte la experiencia en algo aún más agradable?
No siempre hacen falta grandes piezas. Si ya cuentas con un sofá cómodo, quizá lo único que te falte sea un aplique de pared orientable. Este tipo de lámpara es discreta, práctica y perfecta para leer sin necesidad de incorporar muebles adicionales. Una solución minimalista, pero eficaz. En esta vivienda, un proyecto de Clysa, sobre la esquina del sofá se ha instalado el modelo Dots de Vibia, que con su haz direccional y de ángulo ajustable permite improvisar un rincón de lectura.