La arquitectura lo adoptó hace tiempo, y ahora el minimalismo también conquista el paisajismo. Andrea Sánchez, cofundadora del estudio de paisajismo LATERNA, nos descubre cómo diseñar jardines contemporáneos donde la calma, la armonía y la belleza natural se expresan a través de la simplicidad.
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Andrea Sánchez: "El minimalismo, en el lenguaje paisajístico, no implica ausencia, sino una presencia esencial"
La cofundadora, arquitecta paisajista y directora creativa de Estudio Laterna (www.estudio-laterna.com), Andrea Sánchez, tiene claro lo que implica el minimalismo aplicado al diseño paisajístico: "Es una búsqueda de equilibrio, donde menos es más, y donde se trabaja desde una observación atenta y sensible del entorno".
Me interesa profundamente generar una comunión entre el paisaje creado y el paisaje natural, especialmente en contextos como el de Ibiza —donde tiene el estudio—, donde las texturas del terreno, la vegetación endémica, los muros tradicionales de piedra seca y la horizontalidad casi meditativa del paisaje conforman un lenguaje silencioso pero profundamente expresivo". En la imagen, un proyecto de su estudio.
"A veces, este minimalismo del que hablamos se acerca al maximalismo, porque no se trata de reducir por reducir, sino de establecer una comunión armoniosa y respetuosa entre el paisaje intervenido, cuidadosamente trabajado y humanizado, y el paisaje natural que le es propio, que ya posee una belleza y sabiduría intrínsecas. Busco entrelazar masas vegetativas sutiles y ondulantes que dialogan en perfecta sintonía con las texturas y estratos del terreno, con la serena horizontalidad del paisaje, y con elementos ancestrales —como los muros finos de piedra seca— que, con su delicadeza, captan la humedad y establecen un vínculo vital con el entorno", detalla la paisajista.
¿Cuándo aplicar el minimalismo en el diseño de un jardín?
A la cofundadora del estudio de paisajismo Estudio Laterna le gusta aplicarlo "cuando el lugar lo pide, cuando es necesario. Depende de la arquitectura, de quién va a habitar ese espacio y de cómo vive y se relaciona con el entorno. Pero, en líneas generales, es un enfoque que habita de forma constante en mi manera de concebir el paisaje", señala y añade: "Me interesa profundamente que el paisaje natural dialogue con la arquitectura y siempre, intrínsecamente, con sus interiores".
Existen proyectos en los que esa simbiosis entre lo creado y lo orgánico alcanza tal nivel de sutileza que el ojo no logra discernir dónde concluye el jardín diseñado y dónde comienza el paisaje espontáneo. "Es en ese instante —cuando se diluyen los límites— donde el minimalismo se convierte en una expresión casi conceptual, cargada de sentido, equilibrio y contemplación". Espacio diseñado por el estudio de Andrea Sánchez.
Minimalismo o naturalismo: traducir lo que el entorno ofrece
La arquitecta paisajista y directora creativa de Estudio Laterna se siente muy cómoda con el minimalismo que nos ocupa, aunque ella prefiere llamarlo "naturalismo". ¿El motivo? "No se trata de reducir por reducir, sino de observar, comprender y traducir lo que el entorno ya está ofreciendo. Es una forma de diseño que respeta profundamente el lugar y al mismo tiempo lo eleva. Dicho esto, cada proyecto es único y el estilo siempre se adapta a lo que pide el espacio y a quien lo va a vivir". En la imagen, alfombra de Ferreira de Sá.
¿Se puede aplicar el minimalismo a las terrazas?
"Por supuesto. De hecho, aplicarlo en terrazas puede ser incluso más desafiante, debido a la limitación del espacio. Pero cuando se consigue, el resultado puede ser profundamente poderoso", indica Andrea Sánchez. Una terraza bien diseñada puede convertirse en un lugar que te arrope, que te contenga y que te conecte con lo esencial. "Se trata de alcanzar una atmósfera sensorial, donde el volumen, las alturas, las fragancias y el silencio dialoguen con la arquitectura y con quien lo habita", expone la arquitecta paisajista. Proyecto del estudio Ábaton.
¿Qué hay que tener en cuenta para aplicar el minimalismo en una terraza?
Es importante saber que varía mucho la aplicación de este estilo y su esencia en un jardín respecto a la aplicación y decoración en una terraza. "En una terraza, todo cuenta. Es fundamental no saturar, trabajar con precisión y sensibilidad. El enfoque minimalista aquí es clave: hay que tener en cuenta la arquitectura, las vistas, el viento, la exposición solar, los límites. La elección de volúmenes cobra especial importancia, así como el trabajo con especies aromáticas, que en espacios reducidos aportan una dimensión sensorial muy rica. El paisajismo, en este contexto, también es arte: una instalación viva que se expresa y se interpreta, elevando el conjunto arquitectónico", detalla la entrevistada. Paisajismo de Manuel Maíllo en un proyecto de Tinda's Project con estilismo de Mar Gausachs.
Las 7 claves de aplicación para lograr un jardín o terraza minimalista
No importa el tamaño, Andrea Sánchez nos propone siete ideas fundamentales para el diseño de un espacio exterior afín al minimalismo naturalismo que ella nos ha presentado.
1. Dialogar con la arquitectura
"El paisajismo debe abrazar la arquitectura y, al mismo tiempo, elevarla", señalan desde Estudio Laterna. En un diseño paisajístico minimalista, el jardín no es un añadido, sino una prolongación natural de la arquitectura. Esto implica atender a líneas, proporciones y materiales, de modo que el exterior hable el mismo lenguaje que el interior. El resultado es un conjunto armónico. En la imagen, jardín diseño de la decoradora y estilista Mar Gausachs y la arquitecta Núria Selva, que trabajaron en un tándem perfecto estético y técnico para dar forma y sentido al espacio con varios ambientes.
2. Paleta vegetal reducida
Lo ideal es que un jardín o una terraza minimalista tengan pocas especies, muy bien elegidas, y preferiblemente autóctonas o adaptadas. Menos especies no significa menos riqueza, sino más intención. Trabajar con una paleta vegetal contenida permite que cada planta tenga un papel claro dentro de la composición, sin competir por protagonismo. Proyecto de Estudio Laterna con escultura de DCA Arquitectos.
3. Paleta cromática contenida
Tonos verdes suaves, grisáceos, plateados; floraciones discretas. La contención en el color es clave para lograr una estética serena y coherente. En los jardines y terrazas diseñados por Andrea Sánchez con este enfoque, predominan los verdes suaves, los matices grisáceos y los plateados, que reflejan la luz con delicadeza y se integran con naturalidad en el paisaje. Las floraciones, si aparecen, lo hacen de forma puntual y discreta, como acento. Proyecto de Terraza Balear, del grupo Gunni & Trentino.
4. Volúmenes cuidados
Juego de alturas y masas vegetales para crear ritmo y profundidad. En el paisajismo minimalista, la composición no depende de la cantidad, sino de cómo se organiza el espacio. Las plantas se disponen en capas sutiles, creando transiciones suaves. Así, el espacio exterior se convierte en un espacio dinámico y equilibrado, donde cada volumen tiene un propósito dentro del conjunto.
5. Espacios de silencio
El vacío como herramienta compositiva. El espacio entre los elementos es tan importante como los elementos mismos. Y es que el vacío también comunica. En el enfoque de Andrea Sánchez, el espacio libre entre los elementos no es un hueco sin uso, sino una herramienta compositiva fundamental. Permite que cada planta, piedra o textura respire y se exprese con claridad. Mobiliario de la firma Gloster.
6. Texturas seleccionadas
"Contrastes sutiles, sin exceso, en follajes, pavimentos y materiales naturales", indica la arquitecta paisajista. En un jardín minimalista, la riqueza no proviene del exceso, sino de la precisión en los detalles. Follajes con distintos matices, pavimentos naturales y materiales nobles —como la piedra, la madera o la cal— se combinan para crear contrastes sutiles, nunca estridentes. Proyecto del estudio de interiorismo Júlia Brunet.
7. Experiencia sensorial
Aromas, movimiento, sombra, luz, todo está pensado para resonar con quien lo habita. El espacio exterior tiene su enfoque en vivirlo con todos los sentidos. Debe conectar emocionalmente con quien lo habita. Aromas sutiles, el movimiento del follaje con el viento, el juego de sombras proyectadas sobre los muros o el reflejo de la luz en una superficie de agua son elementos que enriquecen el espacio sin sobrecargarlo. Propuesta de la firma de mobiliario The Masie.