La accesibilidad en la cocina es una necesidad universal y no un concepto exclusivo para personas con discapacidad; es una herramienta fundamental para todas las personas a lo largo de su vida. Tal como lo explica la experta Rosa Bramona (rosabramona.portfoliobox.net), “en algún momento, todos podemos necesitar una cocina accesible, ya sea por motivos físicos, sensoriales, cognitivos o debido a cambios en nuestras capacidades con el paso del tiempo”.
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Diseñar una cocina accesible significa pensar en la autonomía, la seguridad y la comodidad de quien la va a utilizar.
Y si la cocina está destinada a una persona en particular, es imprescindible contar con su opinión desde el inicio del proyecto. Escuchar sus necesidades permite personalizar el diseño y adaptarlo realmente a su día a día.
La interiorista recalca que no existen soluciones únicas. Las necesidades de una persona en silla de ruedas son distintas a las de alguien con baja visión, por ejemplo. Por eso, una cocina verdaderamente accesible debe ser flexible y considerar distintos niveles de uso y funcionalidad, siempre orientada a facilitar la vida cotidiana de quien la habita.

Claves para un diseño de la cocina pensada para todas las persones
Si siempre es interesante ofrecer una buena iluminación general y puntual, en el caso de las cocinas accesibles, es imprescindible, como en el proyecto de la propuesta que firma Línea 3 Cocinas.
Otros aspectos básicos que hay que tener en cuenta son estos que expone Rosa:
- Los accesos, como la puerta de entrada a la cocina. Dicha puerta debe ser abatible, de apertura igual o superior a 90º, con una anchura mínima de hoja de 80 cm y su maneta tiene que ofrecer cómodo agarre y accionamiento (de presión o de palanca), recomendables en forma de ‘U’ para evitar enganches y que contraste en color con la hoja de la puerta. En el caso de puertas correderas, la anchura mínima de hoja debe ser de 90 cm al no ocultarse totalmente debido al tirador vertical. Deben evitarse los tiradores empotrados tipo uñero, por su dificultad de localización y de utilización a personas con movilidad y a personas con baja visión o ceguera.
- Espacio para la movilidad interior: se recomienda disponer de un espacio mínimo libre de obstáculos para poder realizar maniobras de giro de 1,50 m, y dentro de las opciones de diseño de la cocina, se recomienda en forma de ‘U’ y en forma de ‘L’, ya que se reducen las distancias de desplazamiento y facilita el manejo de utensilios y alimentos sin necesidad de levantarlos de la encimera.
Las puertas correderas deben tener un ancho mayor al de las abatibles y evitar tiradores difíciles de localizar o manejar, especialmente para personas con movilidad reducida o discapacidad visual.
Más aspectos para lograr un espacio de autonomía y bienestar
Además de los elementos principales como accesos, iluminación y movilidad, a continuación, abordamos otros aspectos que influyen directamente en la funcionalidad de una cocina accesible. La experta destaca que estos puntos clave son igualmente vitales para garantizar una experiencia segura y cómoda para todas las personas.
- Los alcances y el acercamiento frontal: adaptar el mobiliario para facilitar el acercamiento frontal al cocinar y fregar, y regular las alturas para que sea confortables en caso de utilizar silla de ruedas o cuando es necesario realizar sentado estas tareas.
- Contrastes cromáticos para favorecer a las personas con baja visión poder identificar los distintos elementos, como los interruptores, tiradores de los armarios, electrodomésticos. En la encimera contrastarán cromáticamente elementos como: placa de cocina, fregadero, etc.
- Pavimentos antideslizantes tanto en seco como en mojado, para evitar caídas.
- Evitar las esquinas y bordes en ángulo, resulta recomendable que sean redondeados. Así lo hace en el proyecto de la imagen superior La Errería. Además, incluso se pueden instalar ángulos de protección formados por materiales que absorben los choques en caso de producirse.
- Evitar las superficies brillantes en encimeras, suelos y mobiliario para evitar deslumbramientos y reflejos.
- Las ventanas deben ser de tipo abatible superior, oscilobatientes o correderas. Se evitarán las ventanas abatibles cuando haya personas con discapacidad visual o baja visión, ya que pueden tener dificultades al localizarlas, aumentando el riesgo de impacto contra ellas cuando están abiertas.
- La seguridad: instalar alarmas, avisadores y sonidos tanto visuales como auditivos, para que puedan ser percibidos por persona ciegas y personas sordas. En el caso de personas con pérdida total del olfato (anosmia), es muy importante contar con alarmas que avisen por ejemplo de una fuga de gas, ya que no pueden percibirlo.
Por último, aunque no menos importante, la domótica se convierte en una gran aliada en la cocina accesible, ya que permite controlar electrodomésticos, luces o grifos mediante la voz, el móvil o sensores. Esta tecnología potencia la autonomía de las personas con discapacidad y facilita las tareas cotidianas con mayor seguridad y comodidad.
Así conviene que sean las encimeras en una cocina accesible
En este punto se trata de adaptar la cocina para un usuario en concreto o bien a las medidas de accesibilidad que indican las normativas.
Para que la encimera de la cocina pueda ser utilizado con comodidad y seguridad por una persona usuaria de silla de ruedas, además de estar situada a una altura entre 80 y 85 cm se deben tener en cuenta otros puntos. Debe haber un espacio de aproximación al fregadero y a la zona de cocción de unos 80 cm o superior, y un espacio libre, sin muebles bajo la encimera de 70 cm de altura y 60 cm de profundidad.
El ancho de la encimera no debe ser mayor de 60 cm, para que una persona en silla de ruedas, de baja estatura o con dificultades de movilidad en los miembros superiores pueda alcanzar cualquier objeto situado sobre ella. Esta en color azul pastel es el modelo ‘Sapphire’, de la firma Himacs.
Los espacios libres bajo la encimera se pueden conseguir colocando muebles con ruedas que se puedan desplazar fácilmente y colocarlos en otro lugar mientras se hace uso del espacio.
En familias donde los miembros tienen distintas necesidades, Rosa expone que “existen encimeras de altura ajustable que permiten poder elevarla o bajarla según las necesidades de cada persona para poder trabajar de pie o sentado”.
Secretos para seleccionar la mesa de ‘office’
Para las personas usuarias de sillas de ruedas, el diseño de la mesa de la cocina es un aspecto clave de la accesibilidad, ya que influye directamente en su capacidad de utilizarla de forma cómoda y autónoma.
La altura máxima recomendada de 85 cm, junto con un espacio libre inferior de al menos 70 cm de alto, permite que la silla de ruedas se acerque frontalmente sin obstáculos. Así lo vemos en este proyecto, que ha realizado la interiorista Natalia Zubizarreta.
Además, “la disposición de las patas debe permitir la correcta aproximación y maniobrabilidad. Las mesas con patas centrales no son aconsejables si entre el borde y el pie central hay menos de 50 cm de profundidad, ya que esto dificulta el acceso de la silla y puede obligar a la persona a adoptar posturas forzadas”, revela Rosa. Un diseño pensado con estas medidas garantiza mayor autonomía, confort y seguridad en el uso diario.
¿Sin necesidad de una reforma integral de la cocina?
Una reforma integral será necesaria cuando el estado actual de la cocina no permite una adaptación funcional para personas con movilidad reducida o usuarias de silla de ruedas. Esto suele implicar modificar el mobiliario, ampliar el ancho de paso de puertas e incluso adaptar pasillos y accesos previos a la cocina.
En cambio, en muchos otros casos pueden realizarse ajustes más simples y eficaces sin obras, como:
- Redistribuir objetos para mantener siempre el mismo orden y facilitar su localización.
- Sustituir electrodomésticos por modelos más intuitivos o con comandos de voz.
- Etiquetar y señalizar con pictogramas y colores contrastados.
- Cambiar tiradores por otros más ergonómicos y fáciles de usar.
- Organizar cajones y armarios para facilitar el acceso.
- Incorporar alarmas visuales y sonoras, especialmente útiles para personas sordas, ciegas o con anosmia (pérdida completa del olfato).
Soluciones para un almacenamiento accesible en la cocina
Al hablar de cocinas accesibles, uno de los primeros elementos que debemos revisar es el mobiliario, ya que su distribución y características influyen directamente en la autonomía y seguridad de quienes la usan. De modo que la experta detalla qué aspectos tener en cuenta:
- Altura adecuada de los armarios: lo ideal es que estén instalados entre 40 cm y 120 cm del suelo, para facilitar el alcance desde diferentes posturas, incluyendo personas en silla de ruedas o con movilidad reducida.
- Armarios bajos con cajones extraíbles: permiten acceder al contenido sin necesidad de agacharse. Mejor si tienen cierre suave y tiradores en forma de ‘U’ o sistema de apertura por presión (push).
- Muebles en columna: deben contar con estantes deslizantes o gavetas con guías que permitan extraer el contenido cómodamente.
- Esquinas aprovechadas: en los armarios de esquina se pueden instalar bandejas giratorias o extraíbles para facilitar el acceso a todo el espacio.
- Identificación visual clara: para personas con dificultades cognitivas, es útil que haya estantes abiertos y señalización en puertas y cajones con letras, colores o pictogramas.
- Adaptar lo que ya existe: si los armarios están demasiado altos, se pueden añadir cestas elevadoras extraíbles.
- Sistemas de elevación eléctrica: permiten bajar y acercar los estantes de los armarios altos hasta la encimera, con un simple botón accesible en el frontal. Vemos un ejemplo de Ortoweb, firma distribuida por Ugari.
Los electrodomésticos más acertados para una cocina sin barreras
La experta lamenta que es difícil encontrar en el mercado electrodoméstico totalmente accesibles. Por este motivo debemos buscar el modelo que mejor se adapte a nuestras necesidades concretas. El electrodoméstico que puede funcionar muy bien para una persona puede no ser útil para otra.
Para personas con movilidad reducida es muy importante que los electrodomésticos se instalen a una altura que permita el acceso desde una silla de ruedas o a personas que necesiten estar sentadas.
Debemos buscar el modelo que mejor se adapte a nuestras necesidades concretas. El electrodoméstico que puede funcionar muy bien para una persona puede no ser útil para otra.
Otros aspectos para tener en cuenta para seleccionar el electrodoméstico de fácil manejo son:
- Que disponga de mandos de control ubicados en el frontal del aparato. Y estos deben ser grandes, fáciles de coger y manejar. En el caso de las placas de inducción, debemos valor que cuenten mandos manuales para personas con dificultades en la motricidad (imprecisión, temblores…).
- Instalar preferiblemente placas de inducción, porque se enfrían más rápidamente que las vitrocerámicas reduciendo el riesgo de quemaduras. Las personas con marcapasos deben permanecer separadas de la placa unos 60 cm ya que los campos magnéticos que se producen podrían afectar al funcionamiento del marcapasos. Consultar al médico.
- Las campanas de extracción situadas altas, sobre la placa, pueden disponer de un mando a distancia o control mural accesible.
- Los lavavajillas es mejor que dispongan de cesta para cubiertos y no de bandeja. Conviene asimismo que las cestas extraíbles sean ligeras.
- La refrigeración de bajo encimera (como la de la imagen, de Sub-Zero & Wolf) facilita el acceso porque permite a las personas en silla de ruedas llegar cómodamente a los alimentos, evitando tener que estirarse hacia arriba o maniobrar en espacios estrechos.
- Electrodomésticos inteligentes que funcionan con domótica permiten preparar y cocinar alimentos de forma más precisa.
¿Qué tipo de fregadero facilita más el acceso para personas en silla de ruedas?
La accesibilidad en la zona del fregadero es especialmente importante para personas usuarias de silla de ruedas, ya que es una de las áreas de trabajo más utilizadas en la cocina y debe permitir un uso cómodo, seguro y autónomo. La propuesta es un espacio de Ortoweb.
Rosa ofrece estas claves para acertar en su elección:
- El fregadero debe estar instalado a una altura adecuada y, sobre todo, sin muebles ni obstáculos debajo, dejando un espacio libre de al menos 70 cm de alto y 60 cm de profundidad. Esto permite que una persona en silla de ruedas se acerque frontalmente con facilidad.
- La cubeta debe ser poco profunda, para evitar que la persona tenga que inclinarse en exceso al lavar.
- Es esencial disponer de una superficie libre al lado del fregadero para apoyar alimentos, utensilios o cacerolas. Lo ideal es que esta zona esté bien conectada con la de cocción, permitiendo mover recipientes sobre la encimera sin tener que levantarlos.
- La grifería recomendada es con caño extraíble, ya que facilita el lavado y permite llenar ollas o recipientes con mayor comodidad y sin esfuerzo adicional.
Errores comunes al adaptar tu cocina
Al adaptar una cocina con criterios de accesibilidad, es fundamental contar con orientación experta. Estos son algunos de los errores más frecuentes cuando no se consulta con profesionales, según Rosa:
- No garantizar el acceso a la cocina: de nada sirve adaptarla si las puertas o pasillos de entrada no permiten el paso de una silla de ruedas o de personas con movilidad reducida.
- Ignorar la opinión de la persona usuaria: especialmente en el caso de personas mayores, es un error común no preguntar directamente qué necesitan o cómo se sienten más cómodas.
- Falta de espacio para maniobrar: no dejar los espacios adecuados para giros o desplazamientos internos puede hacer que la cocina no sea funcional, sobre todo para sillas de ruedas o andadores.
- Interruptores y enchufes mal ubicados: si están demasiado altos o bajos, resultan inaccesibles; además, si no tienen contraste de color con la pared, son difíciles de localizar para personas con baja visión.
- Electrodomésticos poco intuitivos: elegir modelos complicados o difíciles de manipular puede suponer una barrera para personas con dificultades cognitivas o motoras.
- Armarios fuera del alcance: ubicar el almacenamiento demasiado alto impide que lo usen personas en silla de ruedas o de talla baja sin ayuda.
- Acabados inadecuados: superficies brillantes o con mucho reflejo dificultan la visión a personas con baja visión, reduciendo la seguridad y la comodidad.
Para asegurar que las adaptaciones se realicen correctamente y conocer si existen ayudas económicas o subvenciones, es importante contactar con profesionales especializados. Una referencia de confianza que sugiere la experta es la Asociación Española de Profesionales de la Accesibilidad (ASEPAU; www.asepau.org).