El vidrio, un material con mil acabados diferentes para decorar tu casa

Puertas y ventanas, cerramientos, paneles fijos para separar ambientes, muebles... Las aplicaciones y usos que tiene el cristal en las casas de hoy día son interminables. Se trata de un material muy práctico, con multitud de prestaciones y que está disponible en muchos acabados diferentes. ¿Los conoces?

Una apuesta por la versatilidad

El vidrio es un material muy presente en nuestras casas. Uno de sus usos más comunes son las ventanas, pero también se emplea en puertas, cerramientos y tabiques de interior. Por sus características especiales nos ayuda a modular la luz que fluye por nuestra casa, ya que la deja pasar en mayor o menor medida según su opacidad.

Por otro lado, el uso que hagamos del vidrio, la manera en la que lo elijamos, también contribuirá a aportar a los espacios un estilo decorativo concreto y determinado: industrial, rústico, clásico, etc.

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Vidrio transparente: una oda a la luz

Es el cristal más sencillo y habitual, el que no presenta ningún tipo de acabado. Se suele emplear en puertas y ventanas, en los cerramientos de hierro que se usan para separar ambientes. Deja pasar la luz y es el más adecuado para casas oscuras en las que se requiere potenciar la iluminación natural.

La mayor parte del cristal que se utiliza en el interior de las casas es vidrio templado. Este se somete a un tratamiento que lo hace mucho más resistente y duro. Soporta mejor los cambios de temperatura y también los impactos. Además, lo que es más importante, si se rompe se fractura en mil fragmentos diminutos que no suponen un peligro de corte para las personas. Este vidrio es el que ha de utilizarse en las mamparas de baño o en las puertas de los armarios.

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Vidrio tintado, elegante y decorativo

Cuando buscamos un acabado especial y elegante para las superficies de cristal de alguno de nuestros interiores, encontramos una solución perfecta en el vidrio tintado. Este, aunque sigue siendo translúcido, presenta un color más o menos oscuro en función del tratamiento al que se someta.

El vidrio tintado, el clásico cristal ahumado, está teñido ‘en masa’. Es decir, durante el proceso de fabricación se añaden componentes químicos que le dan un color muy característico que puede ser verdoso, marrón, gris, bronce, etc. Cuanto más grueso sea el cristal, más oscuro será el tono.

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Cristal lacado o esmaltado: más color

Lo vemos en los hogares decorando las puertas de los armarios, en el antepecho de la cocina o en las encimeras. Se trata de un vidrio templado al que se aplican varias capas finas de laca o pintura por su cara trasera, y después un tratamiento protector.

A pesar de que es resistente al rayado, al calor y a los impactos (si no son muy fuertes), solamente es apto para interiores. El resultado es una superficie de cristal decorativa y especial, disponible en multitud de colores y con acabado mate y brillante.

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Con acabado esmerilado, máxima discreción

El esmerilado es un tratamiento que puede aplicarse sobre el vidrio para que este se vuelva más opaco. Es un tratamiento al ácido que produce un acabado muy especial, con una textura rugosa por uno de los lados del cristal y lisa en el otro lado.

Es muy habitual verlo en interiores allí donde se desee una mayor intimidad que la que proporciona el cristal transparente, en mamparas de baño, por ejemplo. También se utiliza en puertas de interior, en vestidores (no viene mal cuando necesitamos ocultar el desorden del interior) e, incluso, en tableros para mesas.

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Vidrio estriado o ranurado, puro estilo industrial

Es uno de los tipos de vidrio que más auge están teniendo hoy. Es tendencia por su acabado especial y decorativo, y porque aporta a los espacios un aire industrial muy atractivo, ya que recuerda a los paneles de cristal estriados que había en los antiguos almacenes y talleres.

Es perfecto para puertas de interior, para cerramientos e, incluso, para puertas de armarios y vestidores. Lo encuentras disponible en diferentes grosores de ranura.

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Efecto ‘catedral’, con un aire retro

El vidrio catedral es un cristal decorativo muy especial. Tiene una apariencia martilleada que lo convierte en una superficie translúcida, que no deja ver con nitidez lo que está detrás. Los colores, además, se perciben más suaves, menos brillantes. En cuanto a la textura de este vidrio es rugosa.

Es muy adecuado para puertas de paso, paneles y cerramientos, siempre que sean en interior, ya que es un tipo de vidrio que no tiene las propiedades aislantes necesarias para estar en el exterior, ni desde el punto de vista térmico como acústico.

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Vidrio armado, muy original

Este tipo de cristal se utiliza de forma similar al vidrio estriado o la catedral, para usos decorativos. Lleva una estructura metálica en el interior que le da una apariencia cuadriculada. Además, existen un sinfín de modelos y tamaños de cuadrícula para elegir. Es perfecto para paneles y puertas y, aporta a los espacios un estilo industrial que ahora es tendencia.

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Vidrios con textura

De todos los tipos de vidrio decorativos que podemos instalar en nuestra casa, los texturados son de los más especiales. Se componen de dos capas de cristal unidas con una lámina entre ellas que aporta la textura. Puede ser textil con distintas tramas, metálica, etc. Hay muchos modelos para elegir que resultan realmente especiales y diferentes.

Este tipo de vidrio es perfecto, por ejemplo, para las puertas de un armario o de un vestidor. En función de sus características puede ser adecuado para espacios exteriores, o solo para interiores.

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