En 2013, dos años después de poner un punto y aparte a su relación con Disney, Miley Cyrus decidió romper también con su imagen de 'niña buena'. Para hacerlo, recurrió a un cambio de look. Se despidió del castaño oscuro que la caracterizaba, se cortó la melena y apostó por un corte atrevido y rompedor: el pixie. Con él, sorprendió a todos sus seguidores en el videoclip de Wrecking Ball, tema que supuso un antes y un después en su carrera artística. Desde entonces, los cambios han sido una constante en su vida. La hemos podido ver con un corte mullet muy favorecedor, con el shaggy bob más cómodo y fácil de peinar o, incluso, con un c similar al que lució Jenna Ortega recientemente. Ahora, con motivo del lanzamiento de sus últimos temas, la cantante estadounidense ha decidido darle una nueva vuelta de tuerca a su estilo. ¿Cómo? Apostando por el marbled hair, una tendencia de coloración que defiende el contraste de tonalidades en el cabello.
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