No importa el tiempo que pase ni la llegada de tendencias disruptivas como las ghost lashes que han conquistado a Ester Expósito (y a toda la generación Z), con las que luce una mirada fresca y despejada: dibujarse el eyeliner es un clásico que nunca pasa de moda. El look, con la capacidad de alargar el ojo, potenciar su color y corregir la forma si fuera necesario, trasciende estacionalidad y horarios, pues funciona tanto de día como de noche y los 365 días del año... Aunque un grupo en concreto lo evita por miedo a los resultados.
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Hablamos de quienes tienen el párpado caído, donde la piel del pliegue cae ligera o totalmente sobre la línea de las pestañas, provocando que el eyeliner desaparezca al abrir el ojo o se distorsione porque parte del trazo queda escondido bajo la doblez.
¿Otro problema común? Este tipo de forma de ojo tiende a que el extremo externo esté más bajo que el interno, lo que hace que, al cerrarlo, el rabillo luzca perfecto, pero al abrirlo cambie la forma y ya no se parece en absoluto a como la dibujaste.
Tres pasos para dibujar el 'eyeliner' con párpados caídos
Tan común es esta forma de ojos y grande el número de personas que a pesar de todo lo anterior quieren aprender a maquillárselos, que los tutoriales para hacerse el eyeliner con párpados caídos arrasan; el de Makeup Marie, por ejemplo, acumula en TikTok decenas de miles de likes y otros tantos que se guardan este paso a paso de menos de 11 segundos con el que dominar la técnica:
- Siempre con los ojos abiertos para saber cómo va a quedar realmente el trazo, se dibuja una línea corta desde el extremo exterior siguiendo la forma hacia abajo unos milímetros, como se ve en la imagen.
- Después, se crea el ángulo que va a tener el trazo con la línea ascendente, desde la punta hasta conectarla con el extremo de esa primera raya.
- Para terminar, se une el extremo del rabillo con una línea recta hasta llegar al punto inicial y se rellena el interior.
Para terminar con más trucos que siempre funcionan al perfilar un párpado caído, lo primero y más importante es, y repetimos: hay que hacerlo con los ojos abiertos, de frente, sin levantar la ceja y dibujando primero el ángulo del rabillo donde quieres que se vea.
Si además de caídos están encapotados, hay que evitar las líneas gruesas, sobre todo a partir de la mitad interior del ojo: restan espacio y los empequeñece. Y como técnica infalible con "efecto lifting", los expertos recomiendan seguir la dirección natural de la pestaña inferior hacia la sien para crear la inclinación perfecta. Recuerda, eso de que "la práctica hace al maestro" se cumple a rajatabla en este caso, así que no desistas si no te sale a la primera.