Cuando bajan las temperaturas y cambiamos el lino por el punto, también lo hacemos con las manicuras. Los tonos oscuros vuelven a ser protagonistas absolutos, transformando las manos en el accesorio más elegante de los looks más abrigados. En los salones, la demanda de colores profundos se dispara y los clásicos de todos los meses de otoño e invierno regresan renovados.
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Desde el irresistible burdeos hasta el verde esmeralda o el misterioso efecto carey, los nuevos tonos invitan a jugar con la oscuridad de una forma elegante y moderna. Es la temporada de las uñas con personalidad, elegantes y versátiles, que se adaptan a cualquier estilo y ocasión. A continuación, te mostramos algunos de los diseños más inspiradores para sumarse a la tendencia del momento.
Inspiradas en los tonos cálidos y variables del estampado carey, estas uñas rinden homenaje al lujo vintage de los años 70. La mezcla de marrones, miel y dorados crea un efecto hipnótico que recuerda al estampado de los accesorios más icónicos. Es la manicura ideal para quienes buscan un diseño único y con personalidad, capaz de elevar desde un look de oficina hasta un estilismo de noche.
Lejos de ser un simple sustituto del negro, el azul marino conquista las manos más sofisticadas por su propio encanto. Transmite serenidad, elegancia y modernidad con un punto sofisticado que combina igual de bien con un traje elegante que con un jersey de punto. Su acabado profundo, ligeramente brillante, lo convierte en un básico de la temporada. Un tono que consigue un efecto minimalista y muy actual.
El eterno favorito de los meses más fríos. El burdeos, en su versión más oscura, aporta ese aire de lujo discreto que nunca jamás pasa de moda. Es un color que habla de confianza y madurez, pero también de pura sensualidad. Favorece a todos los tonos de piel y combina de maravilla con joyas doradas o looks abrigados. Este año se lleva con un acabado brillante para un resultado más sofisticado.
Las aura nails no desaparecen: se transforman. Este otoño se reinterpretan en clave oscura, con degradados que mezclan marrones, grises y azules con toques degradados. El resultado es un efecto envolvente, casi hipnótico, que recuerda al reflejo de la luz sobre una piedra preciosa. Es la opción más artística de la temporada y la favorita de quienes disfrutan del nail art sutil pero con intención.
El negro regresa como símbolo de poder, sofisticación y misterio. Es un color que nunca falla y que sigue siendo sinónimo de elegancia absoluta. Su profundidad aporta dramatismo, pero también equilibrio, convirtiéndose en el aliado perfecto de cualquier look. Esta temporada, el negro se lleva a lo clásico, intenso y sin distracciones, reafirmando su posición como el tono más icónico de todos los tiempos.
Entre el bronce y el ámbar, el cobrizo metalizado deslumbra por su brillo y su capacidad para captar la luz. Tiene una riqueza visual que aporta calidez sin necesidad de recurrir al dorado. Es un tono vibrante, con reflejos anaranjados y rojizos que recuerdan a las hojas de otoño y al resplandor de una chimenea. Perfecto para quienes buscan un toque luminoso dentro de la paleta oscura.
Profundo, elegante y con un magnetismo especial, el verde esmeralda se consolida como uno de los grandes tonos joya de la temporada. Su intensidad evoca lujo y naturaleza, y su carácter versátil lo hace ideal tanto para el día como para la noche. Es un color que aporta fuerza sin resultar estridente, y que se ha convertido en el nuevo favorito de las amantes de la manicura con estilo.
Las uñas cat eye conquistan corazones con su brillo tridimensional y su efecto cambiante según la luz. Este otoño se reinventan en tonos oscuros , negro, burdeos o marrón profundo. para un acabado magnético y sofisticado. El secreto está en el polvo metálico que, al ser magnetizado, crea una línea luminosa que recuerda a la pupila de un gato. El resultado: una manicura elegante, misteriosa y absolutamente hipnótica.
Discreto pero profundamente estiloso, el gris topo se ha convertido en uno de los tonos más elegantes de la temporada. Es una opción ideal para quienes buscan un color neutro con personalidad, que combina con cualquier look sin pasar desapercibido. Su versatilidad lo ha convertido en el nuevo imprescindible de las manicuras minimalistas, y es perfecto tanto para la oficina como para ocasiones especiales.
El marrón chocolate es, sin duda, el tono del año por excelencia. Cálido, elegante y atemporal, envuelve las manos con ese aire cozy que tanto apetece en los meses fríos. Su riqueza cromática lo convierte en el neutro perfecto: combina con absolutamente todo. Es sofisticado sin esfuerzo, natural y versátil, la elección ideal para quienes buscan una manicura que siempre se vea impecable y en tendencia.
Los lunares regresan con un aire renovado. En lugar de las bases pastel o nude del verano, esta temporada se llevan sobre fondos oscuros: negro, burdeos o gris. Los puntos blancos o plateados crean un contraste divertido y chic, que recuerda al estampado más icónico de los años 50 pero con un toque moderno. Una manicura que mezcla elegancia y diversión, ideal para quienes se atreven con algo distinto.
Cierra la lista uno de los tonos más favorecedores de la temporada otoño-invierno: el violeta intenso. Profundo, sofisticado y con un toque sensual, es perfecto para quienes buscan un tono que combine fuerza y romanticismo. Su matiz morado lo hace muy favorecedor y capaz de transformar cualquier look. Durante estos meses se posiciona como una de las opciones con más carácter dentro de la gama oscura.