Los antes y después de las celebritiesgeneran una fascinación absoluta, como muestra están las búsquedas de cómo ha cambiado Ester Expósito desde que interpretara a Carla Rosón Caleruega en Élite, o el de las estrellas de Hollywood Demi Moore o Pamela Anderson, que de un tiempo a esta parte se han convertido en defensoras de la belleza natural.
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Si además las hemos visto crecer en la pantalla como es el caso de Kendall Jenner, el interés se dispara y más con la hermana del "klan" Kardashian-Jenner que se ha convertido en una de las supermodelos más exitosas de su generación y hoy cumple 30 años.
Aunque ha salido en la televisión desde niña -en el programa de telerrealidad de su familia, Keeping up with the Kardashians-, no fue hasta más tarde cuando la modelo, acompañada de su hermana Kylie, comenzó a aparecer en eventos, posar en photocalls y seguir los pasos de Kim, Khloé y Kourtney Kardashian. La adolescente apostaba por un maquillaje cubriente (ha confesado en varias ocasiones que tuvo problemas de acné) y centrado en destacar la mirada.
Fue también por aquel entonces cuando empezaba su carrera de modelo, desfilando en la Semana de la Moda de Nueva York a los 16 años. Un debut por todo lo alto tras el que demostró que no se trataba de una pasión pasajera, más de diez años después se mantiene sobre las pasarelas, posando ante fotógrafos de renombre y viajando por el mundo.
En 2014, con 19 años, Kendall ya era una habitual en las alfombras rojas de Los Ángeles y mostraba una imagen acorde a las últimas tendencias tanto de moda como de belleza: melena ultralarga, rasgos esculpidos con contouring y labios nude. Un look que pasó a convertirse en el sello de las Kardashian-Jenner.
Es una de las invitadas más esperadas cada año; 2015 fue su segunda MET Gala y vistió de Calvin Klein con un diseño verde esmeralda con el que bordó la temática China: Through The Looking Glass, y un look de belleza centrado en la naturalidad al que recurre a día de hoy.
Espectacular de Roberto Cavalli Couture, la supermodelo se transformaba en una estrella de la alfombra roja para pisar por primera vez la del Festival de Cannes 2016. Un look de impacto para el que se arriesgó con un peinado efecto mojado en versión sleek back y maquillaje de piel luminosa y ahumado envolvente. Pura sofisticación.
En noviembre de 2016, Kendall alcanzó una de sus metas en la industria de la moda y fue no solo la de desfilar en el Victoria's Secret Fashion Show, sino llevar un estilismo con alas, convirtiéndose así en uno de los ángeles de la firma lencera. Además, en lugar de la supermelena que solían lucir entonces las protagonistas del desfile, rompió moldes con su corte midi sin extensiones pero con volumen máximo.
Sofisticado, elegante y muy femenino, su idilio con el pelo más corto no había hecho más que comenzar y en 2017 lucía un clavicut: "Corte recto a la altura de la clavícula, que puede llevarse con o sin capas según la textura del cabello. Es un estilo limpio, versátil y muy favorecedor, ideal para quienes buscan un cambio sin arriesgar demasiado", explica la peluquera Noelia Jiménez.
En los Globos de Oro de 2018, Kendall vivió una situación desagradable cuando tras su paso por la alfombra roja todos los comentarios se centraron en su acné. Habló de ello en 2019, tras haberse sometido a un tratamiento con el que el problema mejoró sustancialmente: "Me acuerdo que el año pasado estaba en una entrega de premios y estaba muy ilusionada por estar ahí. Nunca había estado. Me acuerdo de prepararme ese día, maquillarme y cuando pisé la alfombra roja me sentí muy segura de mí misma. Me encantaba mi vestido, mi pelo y mi maquillaje era tan bonito. Después recuerdo meterme en internet y ver todas las cosas horribles que la gente estaba diciendo de mí y de mi piel".
En septiembre de 2019 estrenó su primer cambio de look para el desfile de Burberry Primavera/Verano 2020, unas mechas en rubio ceniza que marcaron el comienzo de alguna que otra transformación camaleónica, siempre por motivos de trabajo.
Como cuando fue pelirroja durante una temporada que coincidió con la Semana de la Moda de París en febrero de 2022, cuando estrenó un Spiced Ginger en castaño cobrizo que le sentaba especialmente bien y que mantuvo para la fiesta Vanity Fair de los Oscar de aquel año e incluso la MET Gala de principios de mayo.
Aparte del color de pelo, que ya comenzaba a oscurecerse como transición a su castaño natural, pero que mantenía el matiz rojizo, la modelo también llevó las cejas decoloradas a la MET Gala 2022; una tendencia teatral que encaja a la perfección con el espíritu del evento y el vestido de Prada con el que interpretó el tema de aquel año, In America: An Anthology of Fashion.
En septiembre de 2024 reveló su último cambio de look que lució en el desfile Walk Your Worth de L'Oréal Paris, marca de la que es una de sus orgullosas embajadoras: un rubio platino de raíces crecidas que mantuvo durante algún tiempo para regresar de nuevo a su moreno de nacimiento.
El mejor antídoto para sanear la melena tras decoloraciones agresivas es un buen corte de pelo y como Kendall tiene más que confirmado su idilio con las longitudes XS, la vimos en la fiesta posterior a los Oscar de 2025 con un bob a la mandíbula tan elegante como atemporal que mantiene algún centímetro más largo a día de hoy.
Lo que descubrimos tras este recorrido por su diferentes looks a lo largo de los años es que la modelo siempre recupera su color de pelo de siempre y apuesta por una imagen más fresca y desenfadada que la del resto del "klan" junto con Kourtney, pues a ambas se las conoce como las hermanas más naturales de las Kardashian-Jenner.