La reina Letizia siempre va perfectamente maquillada, peinada y vestida, con un look pensado al milímetro para cada ocasión. Sin embargo hay un detalle que permanece inmutable en todas sus apariciones: nunca lleva las uñas pintadas. Mientras otras royals, la mayoría, prueban manicuras más o menos clásicas, doña Letizia las deja completamente al natural. Y lo hemos comprobado, una vez más, en sus múltiples apariciones con motivo de los Premios Princesa de Asturias esta misma semana. ¿Protocolo o gusto personal? De la mano de los expertos, analizamos este rasgo tan particular de su estilo.
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Detrás de quienes eligen llevar las uñas sin pintar suele haber una personalidad práctica, sobria y segura de sí misma. Así lo confirma el psicólogo sanitario Ángel Luis Guillén, director de Psicopartner. "Son personas que priorizan la naturalidad y la funcionalidad sobre la apariencia, y que tienden a sentirse cómodas sin necesidad de adornos externos", nos cuenta.
"Esta elección puede reflejar una mentalidad perfeccionista y minimalista, donde la coherencia entre lo que se es y lo que se muestra tiene más peso que seguir las tendencias". Pero ¿en el caso de la reina Letizia, que incluso para los actos oficiales escoge las uñas al natural, tiene el protocolo algo que ver?
¿Qué dice el protocolo?
Según nos cuenta Marina Fernández, directora de comunicación y RRII de la Escuela Internacional de Protocolo y Eventos, "en protocolo hay pocas reglas y las que hay están relacionadas, por ejemplo, con el orden de las autoridades del Estado. La laca de uñas no forma parte del protocolo".
Para la experta, "llevar las uñas pintadas o no es una cuestión de preferencia personal e imagen". Nos cuenta que "el universo del protocolo está plagado de mitos y uno de los mayores es el que existe entorno al tema de los esmaltes de uñas".
Marina explica que la confusión se deriva de las preferencias que tenía la Reina Isabel II de Inglaterra. "No se pintaba las uñas de colores oscuros o llamativos porque sencillamente no le gustaba, no porque hubiera una ley que lo prohibiera", confirma. Y en línea con esto, la experta nos recuerda que Diana de Gales sí llevó las uñas rojas en alguna ocasión.
"También Kate Middleton, a quien siempre consideramos una princesa especialmente cumplidora, llevó las uñas pintadas como complemento de un abrigo- vestido en color azul klein para asistir a la tradicional misa de Pascua en la capilla de San Jorge en abril de 2023", recuerda la experta. Ya entonces te hablábamos de una "regla no escrita", porque la manicura roja es llamativa y parece romper con todo pero no hay norma que la prohíba.
Otro ejemplo que nos brinda la experta para que comprendamos que existen efectivamente muchas muchas leyendas en este campo es el del escote en el caso de las mujeres de la Casa Real inglesa. "Se dice que las mujeres de la realeza no pueden llevar escote porque no lo llevaba la reina Isabel II, pero que no lo llevase los últimos años no significa que no se lo pusiera nunca. De hecho, el vestido de su coronación era de escote corazón", recuerda.
Para Marina es fundamental tener claro que "el protocolo se basa en costumbres y tradiciones" y que "no hay legislación, sino literatura que se actualiza y personalidades que hacen las veces de motores del cambio, como la Reina Letizia". Sobra decir que, como indica nuestra experta, "el papel institucional de la Reina está muy por encima de si se pinta o no las uñas", pero es cierto que su imagen sirve de apoyo a sus mensajes.
"La Reina impulsa el cambio a través de su rol institucional y sus potentísimos y elaborados discursos, mientras que con la imagen que proyecta ilustra sus palabras y se convierte en inspiración para muchas mujeres", asegura Marina. De hecho, de un tiempo a esta parte, muchas han dejado de taparse las canas y acuden con pantalones a eventos de etiqueta. Por eso, podemos decir que llevar las uñas sin pintar es una elección personal que podría reforzar su mensaje.
Su mensaje, según la psicología
Según Ángel Luis Guillén, "prescindir del esmalte puede ser una forma sutil de comunicar sencillez, autenticidad y confianza". "Transmite la idea de que no hace falta recurrir al artificio para proyectar elegancia o autoridad", nos cuenta. Y coincide con Marina al sostener: "en el caso de la Reina, esta decisión podría estar diciéndonos: mi valor no está en el adorno, sino en la coherencia y la profesionalidad".
Desde fuera, para el experto, "las uñas naturales suelen percibirse como símbolo de discreción y naturalidad. Quien las lleva puede proyectar una imagen de limpieza, sencillez y madurez emocional". Hay que tener en cuenta, sin embargo, como advierte el experto, que todo depende del contexto: en ambientes muy formales o ligados a la moda, puede interpretarse como falta de interés por la apariencia; en cambio, en entornos más cercanos o profesionales, se asocia con autenticidad y practicidad.
El psicólogo coincide una vez más con la experta en protocolo y asevera: "en general, las uñas sin pintar comunican que la persona no necesita destacar por lo superficial, sino por su presencia y manera de expresarse".
En este último sentido, cabe destacar que, como nos recuerda Ángel Luis, "al mostrarnos naturales, facilitamos una comunicación más horizontal y cercana". "Las personas tienden a dirigirse a nosotros con más confianza y espontaneidad, ya que la imagen sin adornos suele generar menos barreras", nos cuenta. "Transmitimos la idea de que valoramos el contenido más que la apariencia, lo que invita a interacciones más auténticas", añade. "En el caso de una figura pública, puede incluso humanizarla, haciendo que los demás perciban menos distancia o rigidez", termina.
