El regreso de Nicole Kidman a la escena pública está siendo muy distinto a lo que muchos esperaban . Lejos de mostrarse triste y abatida por su divorcio, la actriz ha vuelto a ponerse delante de las cámaras derrochando fuerza, belleza y confianza. Después de la cita benéfica a la que acudió este fin de semana en Dallas (Texas), Nicole se fue directa a París para asistir al desfile de Chanel, donde se convirtió en el centro de todas las miradas.
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Nueva etapa, nuevo look
En los últimos días, Nicole no ha dejado de acaparar titulares por su divorcio de Keith Urban, pero ella no hace caso a dimes y direres. Está centrada en sí misma y decidida a escribir un nuevo comienzo que ha empezado, como hacen otras tantas celebrities, cuando se separan, con un cambio de look.
Kidman, de 58 años, lució así de espectacular estrenando una supermelena en la que el gran protagonista fue el flequillo. Para renovar su imagen se puso en manos del estilista de las famosas Adir Abergel, quien compartió con orgullo en sus redes sociales imágenes del resultado final. "¡Qué noche! Nueva era de flequillo", confesó el director creativo de la marca de cuidado capilar Virtue Labs que ha trabajado con otras estrellas como Anne Hathaway, Gwyneth Paltrow, Kristen Stewart o Marion Cotillard.
En cuestión de horas, la protagonista de Babygirl pasó de un pelo fosco y sin brillo en un tono caramelo, a una melena sensacional con reflejos rubios, muy luminosa e hidratada, además de un corte desfilado que enmarcaba su rostro. Nicole, que tiene un pelo natural muy rizado, lució unas ondas suaves de medios a puntas que potenciaban su look sofisticado con la camisa blanca y un maquillaje muy bonito en tonos rosados.
El mensaje que esconde su corte de pelo
"El cambio de peinado puede interpretarse como un gesto simbólico con un fuerte componente psicológico. El cabello, en muchas culturas, está vinculado con la identidad, la feminidad y, en muchos casos, define la imagen que tenemos y que queremos proyectar. Modificarlo puede representar la necesidad de marcar un 'antes y un después', una forma visible de intentar acompañar un proceso de cambio interno", apunta Álvaro Ruiz de la Sierra Sada, psicólogo clínico, sobre la transformación de la actriz.
Desde la psicología puede entenderse como "una manifestación conductual del proceso de transformación personal: es una forma de reforzar externamente aquello que queremos ocurra internamente. Tiene que ver con la necesidad de establecer una coherencia entre lo que deseamos internamente y lo que mostramos externamente. Y digo deseamos porque los procesos de transformación llevan tiempo y, por tanto, estas conductas no se dan al finalizar el proceso de trasformación, sino que lo acompañan como reforzadores de nuestra intención manifiesta", asegura De la Sierra.
En su opinión, este tipo de conductas "no solo se suelen exteriorizar con el peinado, también con la ropa o el maquillaje". "Un cambio de look tras una ruptura no suele ser un acto meramente estético, es una declaración de intenciones. Psicológicamente, responde a una necesidad de recuperación de la sensación de control, sea ésta real o no. Necesitamos creer que podemos con esta nueva realidad y, por tanto, comenzamos interviniendo y tomando decisiones sobre aquello en lo que fácilmente podemos tener un efecto. Aunque en realidad esto sea únicamente el primer paso".
Como tantos casos como el de Nicole, con la separación surge la necesidad de la individuación. "Cortarse el pelo en este caso puede simbolizar una ruptura con el pasado, un intento de dejar atrás una versión anterior de uno mismo". Sin embargo, el experto destaca que "aunque el cambio físico no resuelve por sí solo un conflicto interno, puede tener cierto valor terapéutico" a través de estos actos simbólicos que pueden emplearse como "facilitadores de procesos de transición que busquen favorecer la sensación de empoderamiento".
El caso concreto del corte de pelo tiene mucho que ver con la mirada que nos devuelve el espejo. "Necesitamos sentir que hay algo distinto dentro de nosotros que nos haga creer que esta vez va a ser distinto. Es de alguna manera una 'triquiñuela' para ayudar a nuestra cabeza a sentir que estamos ante un punto de inflexión. A través del este 'anclaje' emocional lo que hacemos es reforzar cognitivamente la idea de que algo nuevo está comenzando".
Al preguntarle si cree que el cambio de look de Nicole Kidman puede ser una metáfora de la vida misma: soltar, transformar y empezar de nuevo, afirma que: "Efectivamente, es una forma de hacer llegar al exterior un mensaje. Es una declaración de intenciones hacia uno mismo y hacia el resto. En este caso, puede buscar trasmitir: "He cambiado", "Estoy en otro momento". Pero sería reduccionista creer que con gesto externo tenemos recorrido el viaje. La realidad es más compleja y a solas volvemos a encontrarnos con la mirada que nos devuelve el espejo. Antes de que exista una completa sintonía entre 'mi nuevo yo' y “mi nueva imagen', es necesario que se den muchos otros cambios a nivel más profundo. Tras la declaración o el 'grito de guerra' viene la gestión diaria, la verdadera pelea por transformarnos".
Antes de abrazar la nueva realidad hay que hacer los deberes, hay que entender lo que nos ha ocurrido. "La cabeza es como una librería. Las emociones y experiencias son libros, y en las transiciones a veces los libros se nos descolocan, se nos caen al suelo. Los duelos son oportunidades para volver a colocar cada libro en la estantería en el orden que queramos darles. En este sentido, el cambio estético tiende a utilizarse como la imagen que proyectamos al exterior de la seguridad a la que queremos llegar, al finalizar el proceso de duelo. Ahora toca transitar el camino de la transformación, acompañando los gestos externos con verdaderos cambios internos. Es necesaria una verdadera revolución íntima y personal para que nuestra vida futura puede ser distinta y más plena que la actual", concluye el psicólogo.
Una nueva etapa
El cambio de look de Nicole Kidman, que siempre ha tenido mucho cuidado con su melena y en muchos rodajes ha recurrido a pelucas para no dañar su pelo natural, ha coincidido con otro gran proyecto que acaba de anunciar: su nombramiento como nueva embajadora de Chanel. "Estoy encantada de unirme a Chanel en esta nueva etapa bajo la dirección de Matthieu Blazy. Como alguien que aprecia profundamente la Alta Costura, tengo muchas ganas de descubrir la visión de Matthieu para la casa de Alta Costura más antigua que sigue en activo, y de poder lucir lo que sé que serán creaciones maravillosas. Chanel siempre ha estado a la vanguardia, iluminando a las mujeres con inteligencia y elegancia, y estoy segura de que Matthieu seguirá esa tradición, como hizo Karl en su momento", ha dicho en un comunicado oficial.
Por su parte, Matthieu también se ha deshecho en halagos hacia ella, asegurando que "encarna para mí el espíritu de la mujer Chanel, libre y en constante evolución". "Haber trabajado con Nicole en el pasado y poder reencontrarme con ella ahora es un sueño hecho realidad que no podría hacerme más feliz", reconoce.
Sus hijas, su mayor apoyo
Nicole acudió al desfile de Chanel en la Semana de la Moda de París acompañada de sus hijas, Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14, además de su sobrina Lucia Hawley. En plena tormenta mediática por el divorcio de sus padres, las jóvenes quisieron mostrar su apoyo incondicional a la actriz, dejando claro que, ocurra lo que ocurra, siempre estarán a su lado. Las imágenes no han pasado desapercibidas: transmiten un mensaje tan claro como poderoso.
Han sido meses especialmente duros para la actriz. Según su entorno más cercano, Nicole no deseaba el divorcio e hizo todo lo posible por salvar su matrimonio. Ahora, la protagonista de Moulin Rouge centra todas sus energías en su trabajo y, sobre todo, en el bienestar de sus hijas, que son su prioridad absoluta. La actriz está volcada en “mantener a la familia unida, ofreciendo apoyo y estabilidad" tanto a Sunday Rose como a Faith Margaret.