Lo del aumento de labios con ácido hialurónico es un auténtico fenómeno. De hecho, ya hay médicos estéticos, como Camino Guallar, que hablan de un crecimiento en su demanda del 150% desde el año 2021. Esta médico asegura que el 50% de los tratamientos que se hacen en su consulta son por este motivo. "O vienen directamente pidiéndolo o con el tiempo terminan haciéndoselo", asegura. El médico estético Angelo Lentino también corrobora el fenómeno: "Entre un 25% y un 35% de la población se ha hecho algún retoque. Y de éstos, entre el 60% y el 70% se corresponde con un tratamiento de labios", asegura.
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¿Qué es lo que los pacientes buscan exactamente? Pues hay dos perfiles de paciente claros. Por un lado estarían las más jovencitas, de entre 18 y 35 años, que buscan un tratamiento con fines puramente estéticos y se fían demandan lo que ven en las redes: "Unos labios más armónicos, perfilados, hidratados y voluminosos, y en ocasiones exuberantes", cuenta el doctor Lentino. Y por otro lado, estarían las mujeres de más de 35-40 años que se someten a una corrección de éstos por 'necesidad': "Solicitan un rejuvenecimiento de su sonrisa. Quieren recuperar el labio que tenían diez años atrás pero con naturalidad y discreción", asegura la doctora Guallar.
Y lo más curioso es que las peticiones cambian según la zona de residencia. "De Madrid al norte de España la paciente acude más para corregir asimetrías, imperfecciones, defectos anatómicos, sonrisa gingival… Y de Madrid hacia el Sur las peticiones rayan el 'efecto Kardashian' porque quieren que el tratamiento se note, y no solo ganar armonía sino también sensualidad", asegura el Dr. Lentino. Lo cierto es que, cuánto mejor es el clima, más ganas de lucir atributos existe. No en vano, las consultas médico estéticas viven un repunte de sus agendas entre abril y junio porque todas queremos vernos bien en verano.
¿Por qué se nota siempre?
La cuestión es ¿por qué siempre se nota? ¿por qué siempre parece exagerado? "Porque es muy difícil y es de lo primero que los médicos estéticos empiezan a hacer. Los labios son la zona de mayor movilidad de toda la cara, no tienen fijación ósea, cuentan con muy poca piel, enseguida está el músculo, y cabe muy poco producto. Además, nadie (se refiere tanto a médicos como a pacientes) tiene paciencia para hacer un aumento progresivo", revela la Dra. Guallar.
Aunque parece ser que hay motivos para la esperanza: "Desde mediados del 2024 estamos viviendo un punto de inflexión gracias al temor a la 'huella estética' y al cambio de actitud de algunas famosas, como Lindsay Lohan, Donatella Versace o Demi Moore, que han decidido revertir las 'transformaciones' previas y volver a lucir un look más natural", asegura Angelo Lentino. De todas formas, los médicos defienden que el tratamiento que está bien hecho no se nota. "Te puedo garantizar que más del 50% de los tratamientos de labios no se notan. El problema es que, el que se aprecia, lo hace de una manera muy evidente", apunta la médico estético Mar Mira.
Las 5 claves para que un retoque de labios quede natural
Y es que, conseguir unos labios proporcionados, bien perfilados y naturales no es cosa de ‘coser y cantar’. ¿El problema? El doctor Angelo Lentino entona el mea culpa y reconoce: "Nos hemos lanzado a usar productos más densos y reticulados de lo que deberíamos utilizar en los labios. Y hemos olvidado la máxima de respetar su anatomía". ¿Qué es lo que tienes que tener en cuenta antes de tratártelos?
1. Respetar las proporciones del labio respecto al rostro
Para empezar, no se pueden valorar unos labios de forma aislada sino dentro del conjunto de cada cara: "Hay que entenderlos como una parte de un todo, no como un todo", advierte el doctor Lentino. Es importante que queden integrados en el conjunto del rostro: "Para ello hay que tener en cuenta los surcos nasogenianos, las comisuras de la boca, la flacidez del contorno peribucal… Se debe valorar lo que está pasando en toda la cara y tratar todo en conjunto, con armonía y proporción, porque el paso del tiempo y el envejecimiento se notan especialmente en el área peribucal", advierte la doctora Mira.
Y el profesional debe observarlos y valorarlos tanto en estático como en dinámico, además de frente y de perfil. "De frente, los labios se tienen que adaptar a nuestros ojos, mentón y nariz. Y de perfil se tienen que acomodar a nuestro mentón y base de la nariz", detalla Camino Guallar.
2. Respetar las proporciones y forma natural del labio
Entre ambos labios tiene que haber una correcta proporción. "El de arriba supone 1/3 del conjunto y el de abajo 2/3. Pero, visto de perfil, el de arriba tiene que estar un poquito más proyectado y adelantado que el de abajo", calcula la doctora Guallar. Solo con esto ya podemos hacernos una idea de la dificultad de su tratamiento y de lo importante que es caer en manos profesionales. De hecho, los expertos buenos respetan la forma original del labio: "Se trata de lograr una mayor eversión de la mucosa, que ésta se muestre más, y se vea más gruesa en el centro que en los laterales, pero respetando la forma original de los labios", explica el Dr. Lentino.
Y solo hay que corregir cuando sea estrictamente necesario. "Hay que entender que todo el rostro es asimétrico, y solamente hay que tratar las asimetrías que funcionalmente generan un trastorno, son notorias, antiestéticas y/o limitan el movimiento, pero con mucha cautela", añade Lentino. Algo más: si lo que tienes es una asimetría importante por culpa de los dientes, lo primero que tienes que hacer es acudir a un buen odontólogo antes que a un médico estético.
3. Emplear la técnica adecuada
Hay tantas técnicas como labios. O dicho de otra manera, cada labio requiere su tratamiento estrictamente personalizado, aparte de que cada maestrillo tiene su librillo. "Puedes emplear desde una hasta cinco técnicas distintas en unos labios. Y los puedes tratar con aguja, con cánula, de manera vertical, horizontal, a bolitos, de forma lineal… Hay que personalizar la técnica al máximo y respetar la forma original", detalla la Dra. Guallar.
Además, cada labio necesita una cosa distinta: aumento, perfilado, eversión, hidratación… O varias de estas cosas a la vez. Una vez más, es fundamental acertar con el profesional que elijas. Acude a las sociedades médicas para pedir referencias, valora los años de experiencia que tiene, contempla fotos de tus trabajos y hasta su propio rostro para ver si lo que ves te gusta.
4. Elegir un buen producto
Desconfía de los tratamientos baratos y de los médicos que trabajan con un único laboratorio. Un buen profesional debe saber elegir lo mejor de cada casa y no jugárselo todo a una carta. "Hay que apostar por laboratorios serios que cuenten con productos seguros avalados por publicaciones científicas y estudios de seguridad", aconseja Angelo Lentino. Dicho esto, en términos generales, para tratar los labios es importante que los ácidos hialurónicos sean dinámicos y elásticos para que su tecnología se adapte bien a los movimientos y estén totalmente integrados.
"Tiene que tratarse de ácidos hialurónicos dinámicos, fluidos (que no tengan mucha densidad) y con una buena capacidad de hidratación. Muchas veces se combinan dos distintos, sobre todo cuando hay asimetrías muy marcadas y mayor envejecimiento, en cuyo caso hace falta un ácido hialurónico más denso", advierte Camino Guallar. No es una regla exacta, pero en términos generales: "Los ácidos hialurónicos un poquito más densos con cadenas largas dan más proyección. Y los más suaves, que combinan cadenas largas y cortas (de reticulación media), se integran más, aportan estructura al labio y dan menos proyección", describe la Dra. Mira.
5. Acertar con el profesional
Lo llevamos anunciando a lo largo del artículo, es fundamental que aciertes con el profesional (médico estético, dermatólogo o cirujano plástico) en cuyas manos pones tu sonrisa. En este aspecto la doctora Virtudes Ruíz, Presidenta de la Asociación Murciana de Medicina Estética (AMMECC) es tajante con el intrusismo: "Hay personal sanitario no médico que se está atreviendo a pinchar labios y el resultado son esas bocas de pato, desproporcionadas y asimétricas que estamos viendo. Y es que, para conseguir unos labios naturales y sin complicaciones es necesario realizar un diagnóstico que requiere unos conocimientos exhaustivos de anatomía y proporcionalidad".
Todos los expertos consultados para este reportaje comparten esta opinión. "Es importante que se trate de un médico cualificado, con experiencia mínima de 15 años (y que mínimo lleve tres o cuatro haciendo labios), que sea capaz, ya no de realizar un tratamiento con éxito, sino de resolver un problema cuando surge. Los labios son una estructura muy vascularizada y una mala praxis puede embolizar las arterias y derivar en necrosis", advierte la médico estético Mar Mira.
También es relevante que esté colegiado, pertenezca a alguna sociedad científica, realice formación continuada y cuente con la correspondiente licencia sanitaria además del certificado U.48: "Lo otorga la Consejería de Sanidad de cada Comunidad e identifica a la clínica como centro sanitario", detalla la doctora Mira. Y en un mundo dominado por las redes sociales y páginas web, aprovéchate de estas en tu propio beneficio y cotillea el perfil del profesional, valora las fotos y tipo de información que sube, y, sobre todo, si entiende la naturalidad como lo tú. Algo más: una vez que vayas a su consulta valora si existe empatía y entendimiento entre ambos.
Y por último, la paciencia es la madre de la ciencia porque conseguir los labios soñados puede suponernos entre un año y año medio, con visitas al profesional cada tres o cuatro meses.