Basta con retroceder unos años el álbum de fotos personal de Kelly Osbourne para comprobar lo mucho que ha cambiado. La hija del mítico cantante de heavy metal Ozzy Osbourne y la presentadora y empresaria Sharon Osbourne tiene ahora una imagen muy distinta.
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Atrás quedó su inconfundible estilo rebelde: su cabello teñido de morado, su delineado grueso, sus piercings, y todas aquellas alusiones estéticas a una moda punk-gótica que desafiaba los estándares clásicos de belleza. El aspecto actual de Kelly ha causado un auténtico revuelo en redes sociales y ha dividido a sus fans. Analizamos la evolución de su estilo porque su antes y después es, junto con el de Belinda, uno de los más sorprendentes que jamás hayamos visto.
'Soy fan de la cirugía plástica, pero también le tengo miedo'
Pese a que su nuevo rostro ha disparado las especulaciones, Kelly ha negado haberse sometido a procedimientos estéticos invasivos como rinoplastias, lifting o rellenos. En una entrevista con People, dejó clara su postura: "Soy fan de la cirugía plástica, pero también le tengo miedo, sobre todo después de ver lo que ha pasado mi madre".
Su madre, Sharon Osbourne, ha hablado abiertamente acerca de sus múltiples cirugías, incluyendo lifting facial, implantes mamarios y más. Muchos de esos procedimientos le supusieron complicaciones y ha reconocido estar arrepentida y haber perdido la cuenta del número de cirugías que se había realizado. Kelly, aunque fascinada por los resultados, ha asegurado que por ahora no se ha atrevido a seguir el mismo camino.
'Parece otra persona'
La sospecha entre muchos seguidores no se ha hecho esperar. Comentarios como "parece otra persona" o "no es ella, es una IA" inundan sus publicaciones más recientes. Otros apuntan directamente a un uso intensivo de Ozempic, el medicamento para la diabetes que se ha vuelto popular entre celebridades para perder peso, o a ediciones digitales extremas.
La frontera entre el retoque digital, la cirugía y el cambio físico real se ha vuelto tan borrosa que muchos usuarios no saben ya en qué creer. En esta era donde la inteligencia artificial puede rejuvenecer o alterar un rostro con un clic, Kelly se ha convertido, sin quererlo, en un caso de estudio sobre la percepción de la identidad y el cuerpo en redes sociales.
39 kilos menos
En 2020, Kelly confesó haber perdido cerca de 39 kilos tras someterse a una cirugía de manga gástrica dos años antes. Fue una decisión que mantuvo en privado hasta que se sintió preparada para compartirlo públicamente. "No es la solución mágica, pero fue el empujón que necesitaba para cambiar mi vida", dijo entonces en el programa Red Table Talk.
Durante ese proceso, Kelly también abordó su relación con el alcohol, la ansiedad y la presión de crecer frente a las cámaras como parte de la familia Osbourne. Su transformación física vino acompañada de una transformación emocional.
La Kelly de 2025 es irreconocible. Su aspecto actual, que ha causado un auténtico revuelo en redes sociales, muestra a una mujer visiblemente más delgada, de facciones esculpidas, con labios carnosos, cejas más elevadas y una mandíbula definida.
Luce un peinado rubio platino, cuidadosamente recogido en un tupé rockabilly, y su estética ha pasado del desenfado irreverente al glam hollywoodiense. Lo cierto es que Kelly, como tantas otras figuras públicas, ha tenido que crecer, madurar y reinventarse bajo la mirada escrutadora de millones.
Hoy es una mujer que, independientemente de la controversia, se muestra más segura que nunca.