La tentación es grande. Se colocan debajo de la mesa, en la puerta de la cocina o en ese rincón estratégico desde el que controlan cada movimiento. Ponen cara de pena, levantan la patita, nos miran como si no hubieran comido en días… y al final acabamos cediendo. Un trocito “porque es Navidad”, otro “porque no pasa nada” y, sin darnos cuenta, convertimos un gesto de cariño en un riesgo para su salud. Según advierte Albert Icart, cofundador y CEO de Kibus Petcare, empresa española especializada en alimentación natural para perros, muchos de los alimentos típicos de estas fechas —desde el chocolate hasta los huesos cocinados— pueden resultar peligrosos para los perros, incluso en pequeñas cantidades. Y lo que para nosotros es una celebración, para ellos puede acabar en una visita urgente al veterinario.
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¿Cuáles son los alimentos navideños más comunes que están prohibidos para los perros y qué riesgos concretos tienen para su salud?
La Navidad concentra muchos alimentos que, aunque para nosotros son inofensivos, pueden resultar problemáticos para los perros. Chocolate, uvas y pasas, huesos cocinados, embutidos, alcohol, dulces o platos muy condimentados encabezan la lista. El principal riesgo es que su organismo no procesa ciertos ingredientes como el nuestro, lo que puede provocar desde vómitos y diarreas hasta intoxicaciones graves o daños en órganos vitales.
Muchos platos navideños incluyen ingredientes peligrosos como cebolla, ajo, azúcar o xilitol. ¿Qué ingredientes presentes en recetas típicas de estas fechas resultan más tóxicos para los perros y por qué?
La cebolla y el ajo, muy habituales en sofritos y rellenos, pueden destruir los glóbulos rojos del perro y causar anemia. El xilitol, presente en algunos dulces y productos “sin azúcar”, es especialmente peligroso: provoca una bajada brusca de azúcar en sangre y puede derivar en fallo hepático. El azúcar y la sal, aunque no siempre causan una intoxicación inmediata, sobrecargan el sistema digestivo y el páncreas, sobre todo cuando se repiten varios días seguidos.
La Navidad concentra muchos alimentos que, aunque para nosotros son inofensivos, pueden resultar problemáticos para los perros. Chocolate, uvas y pasas, huesos cocinados, embutidos, alcohol, dulces o platos muy condimentados encabezan la lista.
El chocolate y los dulces navideños protagonizan muchas intoxicaciones. ¿Qué los hace tan nocivos para los perros y existe alguna cantidad segura?
El chocolate contiene teobromina, una sustancia que los perros metabolizan muy lentamente. Esto hace que se acumule en su organismo y pueda provocar desde nerviosismo y vómitos hasta alteraciones cardíacas o convulsiones. No existe una cantidad segura: incluso pequeñas porciones pueden ser peligrosas, especialmente si se trata de chocolate negro o muy concentrado.
Las uvas y las pasas son un clásico de Navidad y Nochevieja. ¿Cómo afectan a los perros y cuáles son los síntomas de intoxicación más frecuentes?
Las uvas y las pasas pueden causar insuficiencia renal aguda en algunos perros, incluso en cantidades pequeñas. Los síntomas más frecuentes son vómitos, apatía, diarrea y falta de apetito. Lo más delicado es que no todos los perros reaccionan igual, por lo que nunca se puede predecir si serán peligrosas o no para un animal concreto.
Durante las comidas festivas es habitual que los perros accedan a huesos de pavo, pollo o cerdo. ¿Qué riesgos tienen los huesos cocinados y por qué son tan peligrosos?
Los huesos cocinados se rompen y se astillan con facilidad. Esto puede provocar atragantamientos, lesiones en la boca, perforaciones del aparato digestivo u obstrucciones que requieren intervención veterinaria. Por muy habitual que sea “darle el hueso”, es uno de los errores más frecuentes y arriesgados en estas fechas.
Embutidos, jamón, mariscos y salsas son muy tentadores, pero también altos en grasa y sal. ¿Qué efectos pueden tener en un perro y qué casos veis con más frecuencia en consulta durante estas fechas?
Son alimentos muy grasos y salados que pueden desencadenar pancreatitis, una afección dolorosa y potencialmente grave. También es habitual ver cuadros de vómitos y diarreas tras varios días de excesos. Muchas veces no es un único alimento, sino la suma de pequeños “premios” que acaban pasando factura.
Por muy habitual que sea “darle el hueso”, es uno de los errores más frecuentes y arriesgados en estas fechas
Si un perro come por error un alimento prohibido, ¿cuáles son las señales de alarma que debe vigilar el dueño y qué pasos debería seguir antes de acudir al veterinario?
Vómitos persistentes, diarrea intensa, temblores, desorientación, decaimiento, dolor abdominal o cambios bruscos de comportamiento son señales claras de alerta. Ante cualquier duda, lo más recomendable es contactar cuanto antes con el veterinario, explicar qué ha ingerido el perro y evitar remedios caseros sin indicación profesional.
Por último, ¿qué consejos prácticos darías para evitar intoxicaciones navideñas y qué alternativas seguras pueden ofrecerse para que los perros “participen” en la fiesta sin riesgos?
La clave está en la prevención: no dejar comida al alcance, avisar a familiares y visitas y mantener dulces y huesos fuera de su zona. Para que también formen parte de la fiesta, se pueden ofrecer snacks específicos para perros o raciones de comida natural adaptadas a ellos. Celebrar no tiene por qué estar reñido con cuidarlos: una alimentación pensada para sus necesidades es la mejor forma de que disfruten de la Navidad con nosotros, pero sin riesgos.