En pleno 2025, el mundo de la ingeniería y el transporte mira de nuevo hacia China con admiración: el país asiático ha planteado una obra colosal, y absolutamente visionaria, que promete transformar para siempre la forma de moverse entre dos regiones clave. Se trata del proyecto Bohai Strait Tunnel: un túnel submarino de alta velocidad que aspira a convertirse en el más largo del planeta.
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¿Qué es exactamente este proyecto?
El Bohai Strait Tunnel unirá las penínsulas de Liaodong Peninsula y Shandong Peninsula, cruzando el estrecho de Bohai Sea mediante una red ferroviaria subacuática de unos 123 kilómetros, de los cuales alrededor de 90 km estarán bajo el mar.
La idea de fondo es permitir que ciudades que hoy requieren más de seis horas de viaje por tierra o mar queden conectadas en apenas 40 minutos gracias a trenes de alta velocidad.
En concreto, el túnel facilitaría el trayecto entre las ciudades de Dalian (en Liaodong) y Yantai (en Shandong), un recorrido que hoy es lento y tortuoso.
¿Por qué este túnel lo cambia todo?
La velocidad es uno de los grandes atractivos del proyecto: lo que hoy puede ser una travesía de más de seis horas se convertirá en un trayecto de menos de una hora, algo que para viajeros, empresas, turismo o logística supone una auténtica revolución. A ello se suma la conectividad mejorada, ya que las penínsulas y regiones que unirá son zonas económicamente esenciales en China; industria, puertos, comercio y agricultura, lo que permitirá una circulación más ágil de personas y mercancías y reforzará el dinamismo regional.
Finalmente, el proyecto aporta un enorme prestigio e innovación: si se completa, se convertirá en el túnel submarino para trenes de alta velocidad más largo del mundo, superando a todos los anteriores y posicionándose como una proeza técnica, de ingeniería y visión de futuro.
La obra en cifras: datos que impresionan
- Longitud total: Unos 123 km.
- Sección bajo el mar: unos 90 km.
- Tiempo de viaje estimado: 40 minutos frente a las más de 6 horas actuales.
- Diseño: tres túneles paralelos; dos para los trenes de alta velocidad y uno central para mantenimiento y emergencias.
- Inversión estimada: unos 220.000 millones de yuanes (una cifra colosal, reflejo de la magnitud del proyecto).
Los retos y por qué aún no es una realidad inmediata
Por muy sorprendente que suene, el Bohai Strait Tunnel todavía no existe: está en fase de planificación y estudio de viabilidad. Las autoridades estiman que su construcción podría tardar entre 10 y 15 años, debido a la enorme complejidad técnica.
Principales desafíos
El tramo submarino debe atravesar una zona con actividad sísmica, lo que exige sistemas avanzados de impermeabilización, ventilación, seguridad y evacuación.
La magnitud de la obra: excavar 123 km bajo tierra y mar es una hazaña sin precedentes porque nunca se ha emprendido algo así con trenes de alta velocidad.
Coordinación logística, ecológica y humana: construir bajo el mar implica respetar ecosistemas, asegurar el mantenimiento, prever evacuaciones, etc.
¿Qué implicaciones tiene para los ciudadanos y el futuro del transporte?
Este tipo de megaobras redefinen lo que entendemos por 'cercano'. Ciudades que hoy se sienten lejanas por distancia quedarán mucho más cerca, lo que se traduce en mayor movilidad para trabajar, estudiar, hacer turismo o simplemente visitar a familiares. También implica un impulso económico, con un comercio más fluido, transporte de mercancías más rápido e integración logística entre regiones.
Además, reduce la dependencia del coche o del ferry, ya que un viaje de seis horas por carretera o barco se vuelve breve, cómodo y eficiente. Por último, puede servir de inspiración mundial, porque este túnel podría convertirse en un modelo para otras regiones con desafíos geográficos como islas, penínsulas o estrechos.
Una mirada al futuro: ¿qué pasará después?
Si el proyecto llega a buen puerto, en una década o, quizás, algo más podríamos estar hablando de uno de los hitos de la ingeniería contemporánea. La distancia ya no será barrera, y lo que hoy requiere planificación podría convertirse en escapadas de fin de semana.
Para China, significará consolidar su liderazgo no solo ferroviario, sino también en innovación infraestructural. Para el mundo, y para nosotros, lectores curiosos; será una ventana a lo que viene: una redefinición del espacio, del tiempo y de la movilidad global.
