España es el país más ‘amable’ de Europa y sus gestos cotidianos tienen una razón científica


No todo es trabajo y ocio, te contamos cuál es la verdadera tendencia emocional


Amigas que se abrazan © Adobe Stock
Ana ToroPeriodista y Locutora
24 de noviembre de 2025 - 17:00 CET

La amabilidad se ha convertido en una de las tendencias emocionales más valoradas en Europa. Según un reciente estudio, siete de cada diez europeos realizaron algún acto amable durante la última semana, y la emoción más asociada a estos gestos es la felicidad, seguida de la gratitud, la calma y la esperanza. 

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Este fenómeno, conocido como 'efecto warm-glow' —la sensación de bienestar que se experimenta al hacer algo bueno— se ha convertido en una de las claves del equilibrio emocional moderno.

© Adobe Stock
Amabilidad y empatía entre dos amigas

En este contexto, España se destaca como uno de los países europeos más amables. Nuestra cultura tiene un sello muy particular: no solo se trata de gestos aislados, sino de una forma de vida que combina ayuda práctica y apoyo emocional.

Según el estudio, un 63% de los españoles ofrece asistencia directa a quienes lo necesitan, ya sea en el hogar, en el trabajo o en la comunidad. Esta cifra nos coloca por delante de países como Italia, donde solo un 30% de la población realiza actos similares, y también supera a la media europea, que ronda el 50%.

La amabilidad española, un estilo de vida

La empatía forma parte del ADN español. Los gestos de amabilidad no se limitan al entorno familiar, aunque en España y Francia (64%) estos actos se viven especialmente en familia. Pero también se trasladan a otros ámbitos: casi la mitad de los gestos amables en España (48%) ocurren en el trabajo o en espacios públicos. Esta generosidad cotidiana refleja un compromiso con el bienestar de los demás que va más allá de la formalidad o la obligación.

Comparativamente, otros países europeos muestran patrones diferentes. Por ejemplo, en Alemania es más habitual dar pequeños regalos sorpresa o apoyar a otros en momentos difíciles, mientras que en Reino Unido los gestos de generosidad están más ligados a la donación de dinero o bienes. 

En Italia, la frecuencia de voluntariado o actividades de apoyo comunitario es menor que la media europea (14% frente a 19%). Este contraste revela que cada país tiene su propia forma de vivir la amabilidad, pero España lidera en la combinación de ayuda práctica y apoyo emocional.

Pequeños gestos, grandes conexiones

Los estudios muestran que los gestos más comunes de amabilidad incluyen los cumplidos, la escucha activa y el apoyo emocional. 

En España, estos actos tienen un carácter especialmente personal: somos atentos con nuestras parejas (40% frente a una media del 34%) y buscamos maneras de acompañar emocionalmente a quienes nos rodean

Esta atención se extiende también al entorno laboral y social, donde la interacción amable genera un clima positivo y fortalece los vínculos interpersonales.

La investigación también subraya que la amabilidad tiene un fuerte componente generacional y de género. Las mujeres lideran la amabilidad “emocional”, sobre todo a través de la empatía y la escucha, con un 58% frente al 42% de los hombres. 

Entre los jóvenes, la amabilidad se percibe como un reto emocional que exige esfuerzo y reflexión, pero también como una oportunidad de crear vínculos auténticos. 

Muchos reconocen que ser amable no siempre es fácil: a veces puede resultar emocionalmente agotador o generar cierta inquietud cuando las expectativas no se cumplen. 

Por su parte, en Francia las reflexiones emocionales sobre la amabilidad son más frecuentes entre las personas mayores, mientras que en el Reino Unido los mayores de 55 años son quienes practican la amabilidad con mayor constancia.

La felicidad detrás de cada acto amable

El efecto warm-glow explica por qué los gestos amables no solo benefician a quien los recibe, sino también a quien los realiza. Sentirse útil, generar bienestar en otros y fortalecer vínculos produce una sensación de felicidad, gratitud y esperanza que refuerza el equilibrio emocional. 

En España, este fenómeno se vive de manera cotidiana: un gesto amable puede ir desde ayudar a un vecino con las compras, ofrecer apoyo a un compañero de trabajo, hasta dedicar tiempo a escuchar y acompañar emocionalmente a alguien en dificultad.

Además, estos comportamientos reflejan un enfoque cultural hacia la comunidad y la relación interpersonal. La amabilidad en España no se limita a un acto puntual; es una actitud que impregna la vida diaria y fortalece los lazos sociales, haciendo que las personas se sientan más conectadas y respaldadas.

Amabilidad en el trabajo y en la sociedad

Una característica distintiva de la amabilidad española es que se practica más allá del hogar. Casi la mitad de los gestos amables se realizan en el trabajo o en espacios públicos, lo que demuestra que el cuidado por los demás no se limita a los círculos más cercanos. 

Esta actitud ayuda a construir entornos más solidarios, colaborativos y resilientes, donde la comunicación y la cooperación son esenciales para el bienestar común.

La atención hacia los demás también se refleja en la vida cotidiana: los españoles son generosos con el tiempo y la dedicación, ofrecen ayuda práctica y emocional y buscan maneras de apoyar a quienes lo necesitan. 

Esta forma de vivir la amabilidad hace que España se destaque en el panorama europeo como uno de los países más empáticos y solidarios, con un enfoque que combina la cercanía personal, la conciencia social y la felicidad compartida.

Ser amable en España no es solo un gesto aislado, sino una tendencia cultural y emocional que forma parte del estilo de vida. Desde la familia hasta el trabajo y los espacios públicos, los españoles practican la empatía y la solidaridad de manera constante, convirtiéndose en uno de los países más amables de Europa. 

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© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.