Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, muchas familias se enfrentan a un problema cotidiano pero persistente: la condensación en las ventanas de los dormitorios.
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Este fenómeno, provocado por la humedad de nuestra respiración que se enfría al chocar con el cristal, puede generar moho, daños en la pintura o incluso problemas de salud si no se controla. Sin embargo, existe un truco muy simple y barato que muchos expertos recomiendan: colocar un recipiente con sal sobre el alféizar de la ventana.
La sal, al ser higroscópica, absorbe la humedad del aire antes de que se condense, actuando como un deshumidificador natural y eficaz. A pesar de su eficacia, no es una solución mágica ni definitiva, por lo que conviene combinarla con otras estrategias para mantener el hogar seco y saludable.
¿Por qué usar sal en las ventanas?
La sal es conocida por su capacidad para absorber humedad del aire gracias a su naturaleza higroscópica. Esto significa que atrae las moléculas de agua y las “captura” antes de que se conviertan en gotas sobre los cristales.
Al colocar un cuenco con sal en el alféizar de la ventana,especialmente en dormitorios, donde la respiración durante la noche genera vapor, parte de esa humedad queda retenida por la sal y no se condensa sobre el marco o el cristal.
Además, el uso de sal es una solución económica y accesible: basta con sal de mesa o sal gruesa, que se puede renovar cada pocos días cuando empieza a “pesar” por el agua que ha captado.
Cómo aplicar este remedio
- Elige un recipiente poco profundo y estable (un platito, un bol…).
- Llénalo con sal (de mesa, sal gruesa o cristales, según lo que tengas en casa).
- Colócalo sobre el alféizar de la ventana, en la parte donde notes más condensación.
- Revisa la sal cada pocos días: si la ves húmeda, apelmazada o con agua, cámbiala.
- Mientras tanto, implementa las otras medidas (ventilar, sellar, usar productos desecantes) para atacar la raíz del problema.
Precauciones y recomendaciones
No pongas la sal directamente sobre superficies metálicas, la sal puede acelerar la corrosión. Evita recipientes que se vuelquen fácilmente, si la sal se derrama, podría dañar la ventana o el marco.
No esperes que la sal sustituya una buena ventilación o aislamiento, es un complemento, no un sustituto. En hogares con niveles de humedad muy alta o problemas estructurales, considera acudir a un profesional o usar un deshumidificador más potente.
Cuándo no es suficiente el remedio
Aunque la sal es efectiva, no puede retener una humedad ilimitada. Según expertos, solo empieza a absorber de forma significativa cuando la humedad es muy elevada (por encima del 75 %).
Por eso, no se debe depender únicamente de este método: cuando la sal se satura, deja de ser útil, y es necesario cambiarla o combinarla con otras soluciones.
Además, si el problema de condensación es crónico (ventanas antiguas, mal aislamiento o ventilación deficiente), la sal solo será un parche temporal, no una solución permanente.
Consejos para prevenir el moho
- Ventilación diaria: Es fundamental renovar el aire aunque haga frío. Abrir las ventanas al menos 5–10 minutos cada día ayuda a reducir la humedad acumulada. Pinturas anti condensación: Aplicar pinturas específicas en los marcos o las paredes que reciben condensación puede aislar térmicamente y reducir la humedad.
- Burletes y sellado: Instalar burletes o juntas de autosellado en las ventanas ayuda a evitar filtraciones de aire frío, lo que reduce la formación de vaho.
- Control de la humedad del ambiente: Mantener el nivel de humedad en el interior entre un 40 % y un 60 % es ideal para prevenir la condensación.
Productos naturales y ecológicos recomendados
Además de la sal, existen soluciones específicas que combinan eficiencia, comodidad y sostenibilidad. Aquí algunos productos recomendados:
- Deshumidificador de cristales de sal: cristales de sal que se colocan en recipientes para absorber humedad de forma pasiva, sin electricidad.
- Polvo desecante natural: opción ecológica de absorción de humedad, ideal para espacios más grandes o con humedad persistente.
- Absorbente de humedad: un clásico, eficaz para reducir la humedad en armarios, rincones o repisas de ventanas.
- Bolsita desecante reutilizable: bolsas con material desecante que se pueden “recargar” o reactivar para seguir captando humedad.
- Absorbedor de humedad colgante: diseño práctico para colgar en ventanas, armarios o estanterías; además, huele bien gracias a fragancia floral.
Para que el remedio de la sal sea realmente efectivo y duradero, debe complementarse con otras prácticas: buena ventilación, sellado de ventanas y control del ambiente.
Y si la humedad es un problema persistente, una combinación de sal más productos desecantes especializados puede marcar la diferencia en la calidad del aire y el confort del hogar.
