Se acabó eso de firmar en un papel al llegar a la oficina o rellenar un Excel a final de mes. El Gobierno ultima un decreto que endurece el registro horario para combatir las 2,8 millones de horas extra no pagadas que hacen cada semana más de 400.000 empleados en España. A partir de su entrada en vigor, prevista para comienzos de 2026, el fichaje deberá ser digital, imposible de modificar sin dejar rastro y accesible en tiempo real para la Inspección de Trabajo.
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Este cambio no es una opción, sino una obligación que afectará a todas las empresas, grandes y pequeñas. ¿Pero qué significa esto en la práctica? ¿Es una herramienta de control o una oportunidad para mejorar la conciliación? Para entender las claves, hablamos con Rita Olmedo, directora Financiera y de RRHH de evercom, agencia creativa de comunicación y marketing, quien nos explica cómo adaptarse a esta nueva realidad sin perder la confianza ni la flexibilidad.
¿Qué es exactamente el registro horario reforzado?
El registro horario reforzado es la evolución lógica del modelo de control horario que ya conocemos. Va más allá de anotar cuándo empieza y termina la jornada: busca reflejar de forma transparente y digital la realidad del día a día laboral; pausas, teletrabajo, reuniones fuera de oficina… Es una forma de dar visibilidad a lo que realmente hacemos y de garantizar que se respetan los tiempos de descanso y conciliación.
¿En qué se diferencia del registro horario obligatorio que ya existe desde 2019?
El cambio principal está en la trazabilidad. Hasta ahora, muchas empresas lo resolvían con sistemas manuales o poco precisos. El nuevo modelo exige que todo quede registrado de forma digital, verificable y accesible tanto para la empresa como para el trabajador.
En nuestro caso, en un entorno de comunicación donde los equipos trabajan con proyectos, campañas y timings muy variables, contar con un registro fiable no sólo es una obligación, sino una forma de cuidar a las personas y darles tranquilidad.
Es una forma de dar visibilidad a lo que realmente hacemos y de garantizar que se respetan los tiempos de descanso y conciliación
¿A qué empresas afecta esta medida y desde cuándo es obligatorio aplicarlo?
La idea es que termine aplicándose a todas las empresas, grandes y pequeñas, sin distinción. Aunque todavía no sea obligatorio, lo más sensato es empezar a prepararse. En empresas como evercom, con alta carga creativa y ritmos intensos, hacerlo con tiempo nos permite encontrar un sistema que no sea invasivo y que encaje con nuestra cultura de trabajo flexible.
¿Cómo debe hacerse el registro en la práctica?
Lo importante es que sea un sistema digital, transparente y sencillo. Las herramientas tecnológicas permiten registrar horarios, pausas o teletrabajo de forma automática y cómoda, sin frenar la dinámica del día a día.
En evercom, por ejemplo, entendemos que la flexibilidad es clave: no se trata de controlar, sino de ordenar, por eso apostamos por soluciones que den autonomía y confianza.
¿Cómo beneficia este sistema a los trabajadores?
Si lo pensamos en clave de comunicación, donde los picos de trabajo son habituales, contar con un sistema transparente ayuda a equilibrar esfuerzos, planificar mejor y respetar el descanso cuando toca. Es una forma de profesionalizar los procesos y, a la vez, cuidar el bienestar del equipo. Además, en evercom, donde apostamos por la flexibilidad, nos ayuda a identificar qué modelo horario prefieren nuestros colaboradores, para en el futuro tener información de valor y poder seguir implantando nuevas medidas que mejoren la calidad de las condiciones en el día a día.
Entendemos que la flexibilidad es clave: no se trata de controlar, sino de ordenar
¿Qué consejos daría a las empresas para adaptarse sin problemas?
Mi consejo es no verlo como un trámite, sino como una oportunidad para mejorar la cultura interna y, también, para conocer mejor cómo funciona tu negocio. Analizar el punto de partida, elegir una herramienta digital intuitiva, implicar al equipo en el proceso y comunicar con claridad por qué se hace.
En el sector de la comunicación, donde la creatividad y la flexibilidad son esenciales, la clave está en encontrar ese equilibrio entre confianza y orden. Se puede hacer, y bien, sin perder agilidad.