El final del verano de 2025 no solo traerá noches más frescas y largas. También nos regalará uno de los grandes espectáculos astronómicos del año: veremos cómo la tradicional Luna de Maíz se transforma en una espectacular "Luna de Sangre" debido a un eclipse total. Este evento, que teñirá de rojo el cielo el próximo domingo 7 de septiembre, tendrá además un invitado de lujo: Saturno, el planeta de los anillos, que acompañará a nuestro satélite muy de cerca.
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Un nombre base y una transformación cósmica
Para entender el espectáculo, hay que conocer a sus dos protagonistas. Primero, el nombre base: Luna de Maíz. Mucho antes de los telescopios, las culturas agrícolas bautizaban cada plenilunio. La de septiembre recibió este título porque su brillante luz, que coincidía con la cosecha del maíz en Norteamérica, permitía a los agricultores prolongar las faenas durante la noche.
Pero este año, esa identidad va a ser transformada por completo. A la Luna de Maíz le ocurrirá algo extraordinario: sufrirá un eclipse lunar total, el fenómeno que le otorga el apodo de "Luna de Sangre".
La explicación es pura física cósmica. La atmósfera de la Tierra, al interponerse entre el Sol y la Luna, actúa como un gigantesco filtro de luz. Dispersa las tonalidades azules y verdes, pero deja pasar los tonos rojos y anaranjados. Imagina que nuestra atmósfera es el proyector de un cine: recoge la luz de todos los amaneceres y atardeceres del planeta y la proyecta sobre la superficie lunar. Así es como la Luna de Maíz se convierte, ante nuestros ojos, en una Luna de Sangre.
Mientras que hoy lo vemos como una maravilla, en la antigüedad un eclipse lunar era a menudo interpretado como un mal presagio. Este evento nos conecta no solo con el cosmos, sino con la historia de cómo la humanidad ha mirado al cielo con una mezcla de miedo y asombro.
El cielo sobre España: cuándo y cómo verla
En la Península Ibérica, el momento clave será justo después de la puesta de sol del domingo 7 de septiembre. La Luna de Maíz alcanzará su fase llena a las 20:08 horas, pero lo verdaderamente especial es que asomará por el horizonte oriental ya transformada, en plena fase de eclipse total.
Quien esté en un lugar con el horizonte despejado no verá asomar un disco blanco, sino una sobrecogedora esfera rojiza elevándose en el crepúsculo. El eclipse total durará unos 82 minutos, ofreciendo una visión que permanecerá en la memoria.
El invitado especial: Saturno se une a la fiesta
Como si fuera poco, el espectáculo llegará acompañado de un vecino planetario de lujo. En las noches del 6, 7 y 8 de septiembre, la Luna aparecerá en el cielo muy cerca de Saturno.
- 7 de septiembre: Coincidiendo con el eclipse, la Luna de Sangre y Saturno estarán especialmente próximos, creando una estampa única.
- 8 de septiembre: La alineación será aún más fotogénica, ideal para inmortalizar el recuerdo del evento.
Sabías que...
- Saturno, en su mejor momento: El planeta está cerca de la "oposición", lo que significa que la Tierra se encuentra entre él y el Sol. Por eso se verá más grande, brillante y estará visible toda la noche.
- La sombra de la Tierra: La parte más oscura de la sombra terrestre, donde la Luna se tiñe de rojo, se llama umbra.
- Un fenómeno casi imposible: Al salir la Luna eclipsada por el este mientras el Sol se pone por el oeste, durante unos minutos ambos astros podrían ser visibles a la vez en horizontes opuestos, un evento rarísimo llamado "selenelion".
Consejos para una observación perfecta
- Busca cielos oscuros: Aléjate de las luces de la ciudad para una experiencia inmersiva.
- Horizonte este despejado: Es la clave para no perderse la espectacular salida de la luna rojiza.
- Consulta la AEMET: Un cielo sin nubes es imprescindible.
- Lleva binoculares: Te permitirán apreciar tanto los detalles de la Luna eclipsada como los anillos de Saturno.
- Fotografía: No olvides el trípode para capturar imágenes nítidas con exposiciones largas.
Más allá de la ciencia
La Luna de Maíz caerá en el signo de Piscis, asociado a la intuición. Para muchos, es un momento idóneo para la introspección, soltar cargas y agradecer lo vivido. Ya sea meditando, escribiendo o simplemente contemplando en silencio, es una invitación a conectar con los ciclos de la naturaleza antes de dar la bienvenida al otoño.