Compras en Rebajas       © Getty Images

Consumo

José Blázquez, experto en marketing: “A las rebajas no se debe ir ni con el estómago vacío ni después de una larga jornada laboral”

Te explicamos cómo reacciona nuestro cerebro a los impulsos que nos envían para incitarnos a comprar


1 de julio de 2025 - 19:00 CEST

Las rebajas de verano han comenzado, y con ellas llega esa mezcla tan conocida de ilusión, urgencia… y alguna que otra compra impulsiva. Renovar el armario, cambiar el móvil o darse un capricho con ese bolso que llevas meses fichando puede convertirse en una experiencia emocionante. Pero también en una trampa. 

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¿Cuántas veces has comprado algo que no necesitabas solo porque “estaba muy rebajado”? No te preocupes: no es falta de voluntad, es el cerebro haciendo de las suyas.

Compras en Rebajas   © Getty Images
Compras en rebajas

“En épocas de rebajas, muchas personas piensan que están ahorrando cuando en realidad están gastando más de lo que tenían previsto”, explica el profesor José Blázquez, coordinador del Grado en Marketing de la Universidad Europea. “Y no es casualidad: el marketing conoce muy bien cómo funciona nuestro cerebro y utiliza estrategias muy eficaces para acelerar la compra impulsiva”. Por eso es conveniente, añade, que "a las rebajas no se debe ir ni con el estómago vacío ni después de una larga jornada laboral".

¿Por qué compramos sin pensar?

Daniel Kahneman, uno de los psicólogos más influyentes del siglo XX y Premio Nobel de Economía, definió dos sistemas de pensamiento: uno rápido, automático e intuitivo (el famoso “me lo llevo sin pensarlo”) y otro más lento, reflexivo y racional. Cuando estamos cansados, hambrientos o estresados —algo muy común en el día a día—, nuestro cerebro tiende a ahorrar energía y se activa el “modo automático”. Es decir, compramos con el corazón y no con la cabeza.

De ahí que salir de rebajas tras una jornada de trabajo agotadora o con el estómago vacío no sea la mejor idea. “En ese estado, el autocontrol se debilita y el sistema racional se desconecta”, explica Blázquez. “Y es entonces cuando nos dejamos llevar por los estímulos visuales, los colores llamativos, las etiquetas de descuento o los mensajes urgentes del tipo ‘últimas unidades’ o ‘solo por hoy’”.

Durante las rebajas, las marcas despliegan todo su arsenal. Una de las técnicas más frecuentes es la del “precio ancla”: mostrar el precio original tachado junto al nuevo para que percibamos la sensación de ganga. No compramos tanto el producto como la diferencia. Otra táctica muy efectiva son las “ofertas flash” o temporales, que generan presión para que compremos rápido y sin pensarlo. 

Y si hablamos de compras online, las devoluciones gratuitas o los envíos sin coste son claves para disminuir el miedo a equivocarse… y aumentar la cesta de la compra. La llamada “terapia de compras” también tiene su parte psicológica: comprar libera dopamina, la hormona del placer. Y en momentos de estrés, ansiedad o tristeza, ese impulso puede convertirse en una especie de recompensa emocional, aunque el efecto suele durar poco.

Claves para comprar con conciencia (y sin remordimientos)

No hay que olvidar que los derechos del consumidor siguen vigentes durante el periodo de rebajas: el producto debe tener la misma calidad que fuera de temporada y las condiciones de devolución no pueden empeorar. Una buena estrategia para evitar compras impulsivas es hacer una lista previa con lo que realmente necesitas, establecer un presupuesto máximo y preguntarte siempre: ¿lo compraría si no estuviera rebajado? Si la respuesta es no, quizás no sea tan buena idea.

Porque comprar también puede ser un acto de bienestar

Las rebajas pueden ser una excelente oportunidad para ahorrar, renovar o darte un gusto. Pero la mejor compra no es la más barata, sino la que haces con alegría, sin arrepentimiento y con la seguridad de que responde a tus verdaderas necesidades. Porque comprar con cabeza también es una forma de cuidarse. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.