Seguro que más de una vez has usado o escuchado la frase "hacerse el sueco", esa que usamos cuando alguien se hace el despistado o finge no entender para evitar meterse en un lío. Según la RAE, su significado es claro: “fingir que no se entiende o no se sabe para evitar responsabilidad o compromiso”. Pero ahora, desde la embajada de Suecia en Madrid, quieren cambiar eso.
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Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado a principios de este mes de junio, el embajador Per-Arne Hjelmborn lanzó una campaña en la que proponía redefinir esta expresión tan española para asociarla, en su lugar, con una actitud responsable y sostenible. ¿Y si “hacerse el sueco” significara cuidar el planeta?
#HazteElSueco (de verdad)
La iniciativa, que ya circula en redes bajo el hashtag #HazteElSuecoDeVerdad, quiere que cada vez que alguien recicle, cierre el grifo o use el transporte público, podamos decir con orgullo: “Mira cómo se hace el sueco”.
“Somos gente alegre y comprometida con el planeta”, explica Hjelmborn, quien defiende que el pueblo sueco no se identifica en absoluto con la actitud evasiva que sugiere el dicho. De hecho, parte de la comunidad sueca residente en España ya se ha sumado a la petición.
Un origen que no tiene nada que ver con los suecos
¿Y de dónde viene realmente esta expresión? Aunque muchos piensan que está relacionada con marineros suecos que fingían no entender el idioma al llegar a España, la etimología más aceptada es otra. Según el lexicógrafo José María Iribarren, “hacerse el sueco” deriva del latín soccus, un tipo de calzado ligero que usaban los actores de comedia en la antigua Roma. De esa misma raíz viene la palabra “zoquete”.
Así, el que se hacía el sueco era en realidad alguien que se hacía el torpe, como un personaje cómico que finge no entender.
¿Y ahora qué?
La embajada sueca ha remitido su propuesta a la RAE y a la Fundéu para abrir el debate sobre esta transformación simbólica. De momento, la campaña ya ha conseguido visibilidad y simpatía en redes sociales, donde más de uno ha empezado a usar el término con su nuevo significado ecológico.
Porque sí, a veces las palabras cambian. Y quizá la próxima vez que veas a alguien reciclar, no estés ante un despistado… sino ante alguien que, literalmente, se está haciendo el sueco.