Hasta convertirse en doble campeón mundial de la UFC, Ilia Topuria ha estado luchando en torneos de artes marciales mixtas desde 2015. Sin embargo, ninguna batalla le ha resultado tan dura como la que está lidiando en los tribunales con la venezolana Giorgina Uzcategui. Con esta empresaria que se dedica al mundo de las energías renovables, Topuria se encuentra en un tenso proceso de divorcio, tras casarse y tener a la pequeña Giorgina, en julio de 2024 —el campeón tiene otro hijo, Hugo, de una relación anterior—. Tan desagradable está siendo el proceso que Ilia lleva un tiempo apartado de los torneos, renunciando así a la oportunidad de revalidar su título de campeón.
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La ruptura se produjo hace cuatro meses, aunque fue el pasado 15 de diciembre cuando Ilia rompía su silencio, tras semanas de rumores y especulaciones. Lo hacía en un comunicado donde denunciaba ser víctima de un intento de extorsión, aunque no señalaba de quién. "Durante los últimos meses he sufrido presiones intolerables, amenazando con difundir infundadas acusaciones de malos tratos que solo desaparecerían a cambio de dinero, pero la verdad solo tiene un camino: los hechos", decía Ilia, quien negaba categóricamente los malos tratos.
Pero ha habido nuevos movimientos. Tal y como adelantaron la semana pasada en Y ahora Sonsoles y ha podido confirmar ¡HOLA!, el deportista ha sido denunciado por la madre de su hija por supuestos malos tratos. Tal y como nos desliza su entorno, "Topuria se encuentra bien, fuerte y tranquilo. Está convencido de su inocencia y no va a ir de víctima", nos añaden. Para defenderse legalmente, el doble campeón de UFC ponía audios, mensajes, testimonios y vídeos a disposición judicial, al igual que hablaba de falsificación de pruebas, sustracción de dinero y objetos personales. Entre esas pruebas, se encuentran las imágenes de una serie documental que ha estado grabando estos últimos meses.
Dos versiones
Aunque Ilia nunca ha puesto nombre a la persona que le habría estado realizando esas amenazas y extorsiones, El Mundo ha vinculado este turbio asunto a Giorgina Uzcategui, quien permanece viviendo con su hija en el domicilio conyugal, en Boadilla del Monte. El citado medio ha recurrido al entorno de la venezolana para asegurar que no hay extorsión y que únicamente se está acordando un divorcio normal y corriente, con la única intención de llegar a pactos económicos. Aun así, el círculo del deportista ha deslizado a El Mundo que cada vez se pedía más dinero y, simplemente, él no ha querido ceder al chantaje.
Por último, Giorgina Uzcategui ha recurrido a su abogada, Cristina Corell, para manifestar que, en la actualidad, existe un procedimiento judicial en curso, de carácter estrictamente privado y familiar, que afecta de manera directa a un menor de edad. Igualmente, se ha sabido que la venezolana ha denunciado ante la Policía Nacional que está recibiendo amenazas y acoso por redes sociales.