"Recordad: lo único que no vuelve y no se puede pagar es el tiempo. Empleadlo lo mejor posible". Este ha sido el mensaje que ha decidido compartir la presentadora de televisión Carme Chaparro antes de finalizar un año que, para la escritora, ha sido bastante difícil. Cabe recordar que en mayo de este año falleció su padre y, además, atraviesa un momento de salud especialmente delicado.
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Para la autora de Venganza, el término tempus fugit cobra un significado muy profundo. “Y entonces es cuando te das cuenta de la mierda de tiempo que has perdido en las cosas que no son lo que de verdad importan”, publicaba la creadora de No decepciones a tu madre en sus redes sociales, acompañada de una imagen con su progenitor: “Solo puedo llorar. ¿Cuándo se va este dolor?”. Estas palabras cobran sentido si tenemos en cuenta que para ella su familia es muy importante. “Te quiero y estoy muy orgullosa de ti”, como ha mostrado en más de una ocasión a su pareja, Bernabé Domínguez, al que conoció en 1997 durante el funeral de Diana de Gales —recordemos que él también se dedica al medio como reportero gráfico—. Además, son padres de dos pequeñas: Laia, a la que dio la bienvenida en 2011, y Emma, dos años más tarde.
La comunicadora de 52 años no solo ha hecho alusión a la fugacidad del tiempo en su red social. Ha querido felicitar la Navidad actualizándonos acerca de su estado de salud: “Ni lotería ni salud. Aunque de lo segundo vamos mejorando y, por lo que parece, buen camino”. Recordemos que la que recibiera en 2018 el premio del Observatorio ha vivido una temporada muy delicada. El pasado mes de noviembre se sometió a varias operaciones y, a día de hoy, no ha querido revelar el nombre de su enfermedad: “Cuando los médicos encuentren el piso y sepan si pueden hacer algo o no, hablaré. Tengo muchas ganas de contarlo y ayudar a otras personas que están enfermas igual que yo” explicaba a El Español.
Lo que sí tenemos claro es que el problema de salud de Carme Chaparro no es baladí, ya que, como confesó en su día a Lecturas, su vida corría peligro: “Tuve que cogerme la baja cuando ya mis médicos me dijeron que parase porque me iba a morir”. La novelista, que en 2017 fue premiada con Primavera de Novela, dotado con 100.000 euros, por su obra No soy un monstruo, añadía a su instantánea: “Sigo a dieta de estímulos visuales y auditivos. Así que paso poco por aquí. Pero me leen vuestros mensajes. Son un chute de adrenalina”. No es el único problema de salud que sufre la comunicadora. En 2017, la expresentadora de informativos de Telecinco confesaba que sufría el síndrome de Ménière, una enfermedad crónica que afecta al oído interno. También, hace años confesaba que sufría una enfermedad rara en la piel, que a ella solo le afecta en las manos un par de veces al año: “Pero hay personas que lo sufren por otras partes del cuerpo mucho más visibles”.
“Gracias por todo, todo, todo el cariño que estoy recibiendo”. Como no, no faltaron los mensajes de apoyo por parte de compañeros de su gremio a la profesional, que comenzó su andadura profesional en TV3 y años más tarde colaboró con La Vanguardia. “Beso grande”, respondía Máximo Huerta; corazones de la periodista Irene Junquera; “Muy feliz Navidad, querida. Ojalá todo vaya bien”, escribía Beatriz Cortázar.
