La presentadora y exmodelo Paloma Lago vuelve a ser noticia tras la reciente decisión judicial de archivar la denuncia que presentó por agresión sexual contra el exconsejero del Mar de la Xunta de Galicia, Alfonso Villares. La resolución del Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol pone fin a la fase de instrucción del caso al no encontrar indicios suficientes para procesar al político, aunque la decisión deberá ahora ser evaluada por la Audiencia Provincial de La Coruña, que podrá confirmar o revocar el archivo decretado. Este giro judicial llega varios meses después de que el caso atrapara la atención pública y mediática en Galicia y en toda España, en un proceso que además de tener implicaciones personales para los protagonistas, puso en primera plana el debate sobre las denuncias por agresiones sexuales y su tratamiento legal.
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Una denuncia que marcó el inicio de una investigación
La causa comenzó con una denuncia presentada por Paloma Lago, conocida por su trayectoria como presentadora de televisión y modelo en décadas anteriores, contra Alfonso Villares, quien entonces ejercía como consejero del Mar. Según la denuncia, los hechos habrían ocurrido en diciembre de 2024 en Ferrol, y se trataba de una presunta agresión sexual por la que Lago aseguró haberse despertado en condiciones que describió como mareada y desorientada.
Por la naturaleza de su cargo, Villares era aforado, por lo que el caso fue inicialmente gestionado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG). Poco después de conocerse la apertura de la investigación, el entonces consejero decidió presentar su dimisión para poder defenderse sin la protección del aforamiento, defendiendo su total inocencia y queriendo evitar que la situación afectara a la institución gallega.
Reacciones y repercusiones públicas
La denuncia de Lago provocó un fuerte revuelo mediático y social. En junio de 2025, tras revelarse la existencia de la causa judicial, Villares se vio obligado a dimitir de su cargo en la Xunta de Galicia, insistiendo en que los hechos eran parte de su “esfera personal” y proclamando que centraría sus esfuerzos en defenderse en libertad de cualquier acusación.
La decisión de Paloma Lago de denunciar lo ocurrido también suscitó reacciones de apoyo y debate. Personalidades del entorno de la presentadora, como Ana Obregón, expresaron públicamente su respaldo, destacando la importancia de que las mujeres que creen haber sido víctimas puedan dar el paso de denunciar y que su voz sea escuchada. Obregón aseguró que Lago contaba con el apoyo de su familia y que era esencial que la investigación se siguiera con profesionalidad y respeto.
La familia de Paloma también se vio implicada indirectamente en la cobertura mediática: un evento ecuestre que organizan en Ferrol fue pospuesto en medio del contexto mediático provocado por la denuncia, algo que sus responsables atribuyeron al impacto que la atención pública estaba teniendo sobre la actividad familiar.
La investigación judicial y el archivo de la causa
Tras la presentación de la denuncia y la investigación inicial, el juzgado instructor concluyó que no existían indicios suficientes para proceder con el procesamiento de Villares por los hechos denunciados. Por ello, decidió archivar la causa y dar por terminada la fase de instrucción. El sumario fue declarado concluso y remitido a la Audiencia Provincial de La Coruña, que será el órgano encargado de revisar la decisión y decidir si la ratifica o la revoca.
El archivo de la causa no equivale a una declaración de inocencia en sentido estricto, sino a una valoración judicial de que, en este momento procesal y con las pruebas disponibles, no existen elementos suficientes para sustanciar un juicio o procesamiento penal. Este tipo de decisiones suelen basarse en criterios técnicos y en la evaluación de pruebas, y a menudo son objeto de revisión por instancias superiores, como ocurre ahora.
Presunción de inocencia y controversia pública
El caso había generado desde un principio un intenso debate en la opinión pública, no solo sobre los hechos denunciados, sino también sobre el tratamiento mediático de este tipo de procesos, la presunción de inocencia y la manera en que las instituciones judiciales y políticas manejan acusaciones graves cuando involucran a figuras públicas.
Alfonso Villares, que había defendido su inocencia desde el primer momento y decidió dejar su cargo para no “enturbiar” el funcionamiento de la Xunta, ha insistido en mantener su postura ante la justicia ordinaria.
Por su parte, Paloma Lago ha optado por guardar silencio ante los medios desde la presentación de su denuncia, centrada en su vida privada y familiar. Su entorno ha señalado que ella estaba afrontando un momento personal delicado, también marcado recientemente por la pérdida de su padre, y que su decisión de presentar la denuncia fue tomada con convicción tras lo ocurrido.
Un proceso que continúa
Ahora, con el archivo de la causa en primera instancia, el proceso judicial entra en una nueva fase. La Audiencia Provincial de La Coruña tendrá la última palabra sobre si confirma o revoca la decisión de archivo. No se trata únicamente de una cuestión jurídica, sino también de una resolución que podría tener impacto en el plano social y mediático, dadas las implicaciones y la atención que ha tenido este caso desde que saltó a la luz.
