Muchos lo conocen por su papel en Médico de familia; otros tantos por su trabajo junto a su padre Miliki, el icónico protagonista de Los Payasos de la Tele. Lo que está claro es que Emilio Aragón se ha convertido en uno de los rostros más queridos de nuestro país. Su amplio recorrido profesional le ha hecho no solo destacar en el mundo del espectáculo, sino que también se mueve con soltura en el mundo de las letras; tanto es así que ha acudido al programa de Marc Giró para presentar su nuevo libro, Telmo Lobo: la leyenda del pirata.
Para ti que te gusta
Lee 5 contenidos gratis al mes con
solo registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra
oferta de Black Friday: 1 año
+ smartwatch valorado en 129€ por 29€
Este contenido es solo para suscriptores
Navega de forma ilimitada con nuestra
oferta de Black Friday: 1 año
+ smartwatch valorado en 129€ por 29€
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Navega de forma ilimitada con nuestra
oferta de Black Friday: 1 año
+ smartwatch valorado en 129€ por 29€
TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Nada más empezar la entrevista, comenzaron a hablar acerca de una faceta muy desconocida de Emilio para muchas personas. El músico de 66 años reconoce ser muy supersticioso: “no hay que tentar a la suerte”. Además, salieron a la luz una serie de curiosidades relacionadas con el cantante y sus “particulares manías”. Todos conocemos su relación con el mundo de la música; “Te huelen los pies” o “Cubatita de ron” son solo algunos de sus temas, pero lo que no sabíamos era que, cuando una partitura se le cae al suelo, Emilio tiene que sentarse automáticamente encima de la misma. Además, no fue la única manía que sorprendió al presentador en Late Xou. El productor reconoció otras costumbres que tiene. Por ejemplo, reconoce que “no se puede tejer en un camerino” o “no se le puede dar vueltas a una silla”. Además, explicaba que todo viene de familia, concretamente de su padre.
El mundo de los colores no queda exento de sus fijaciones; el cómico no conecta demasiado con el color amarillo. Tanto es así que le pidió al conductor del espacio que se deshiciera de su reloj amarillo de la muñeca izquierda. “Esa me la pegó mi padre”, decía, momentos antes de contar una anécdota muy sorprendente. Un día, cuando se encontraban en el programa Un, dos, tres… responda otra vez con su creador, Chicho Ibáñez —para Emilio, “tito Chicho”—, contaba: “alguien entró al estudio vestido de amarillo y lo echó”. Por otro lado, el actor hablaba sin tapujos de sus “trastornos obsesivos compulsivos de apagar y encender”, aunque reconoce que ya no los tiene. Un momento que aprovechó Mar Giró para dar un toque de humor: “Antes, en un ensayo, se han apagado todas las luces, ¿no habrás sido tú?”, decía entre risas.
Su historia con unas gafas
Otra anécdota más fue la historia de unas gafas y el inicio en su carrera. Cuenta que usaba unas gafas redondas y que siempre llevaba las mismas, pero en la década de los 90, en el programa VIP Noche, dice: “empecé a recibir gafas de distintas ópticas y distintas marcas”. El empresario llegó a tener en su camerino más de 50 gafas. Reconoce que había un par que le encantaban muchísimo, pero que durante meses no se las ponía… hasta que un día dijo: “hoy me las pongo”. Sin embargo, nada más ponérselas, fue al plató y, al llegar y saludar a los espectadores, “desde lo más alto del plató cayó un cirio que no le cayó encima a un cámara de milagro; hizo pum y se reventó”. Tanto fue así que salió corriendo al camerino para cambiarse de nuevo las gafas y nunca más se las volvió a poner.
Nuevo libro
El actor, que acudía al programa para presentar su novela infantil y juvenil Telmo Lobo: la leyenda del pirata, reconoció ser un amante de la literatura desde joven. Su afición a los libros de Verne y a las novelas de aventuras “al final, uno escribe desde lo que es” dice, forjaron ese interés por el panorama de las letras. Actualmente, le hace mucha más ilusión poder escribir un libro nuevo que presentar un nuevo programa. También tuvo tiempo para concienciar acerca de la importancia de fomentar el hábito lector, sobre todo entre los más pequeños, ya que, en palabras del actor, “los niños reciben demasiados inputs actualmente”. Explica que es muy difícil que un niño de 9, 10, 11 o 12 años pueda leer una novela. “Por ello, la ilusión que me hace es doble, porque además esto es un encargo de una de mis nietas”.
