"Muy feliz de ser segundo. En un campeonato del mundo, cuando nadie daba un duro por nosotros… es algo que me enorgullece muchísimo”, así hablaba Álex Márquez al proclamarse subcampeón del mundo de MotoGP. Puso fin a una temporada inolvidable en la que se superó a sí mismo en cada circuito y sigue en una nube por todo lo que ha logrado y por compartir podium con su hermano Marc, quien es ya leyenda del motociclismo. De la relación entre ambos fuera del paddock, de la reacción de sus padres durante sus carreras y de las manías que tiene antes de competir, ha hablado el piloto catalán de 29 años.
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Compartir profesión y triunfos con su hermano es motivo de orgullo para ambos, pero sobre todo para sus padres. Julià y Roser acompañan a sus hijos en los circuitos, donde disfrutan de las carreras con una mezcla de orgullo e inquietud y celebran pletóricos sus hazañas. Lo que nadie sabía es que su madre le hace a Marc un curioso comentario. "Está encabezonada en que tengo que ganar un Mundial de MotoGP y le dice a Marc que ya está bien, que él ya tiene muchos", ha confesado en El Hormiguero.
Álex considera que coincidir en el circuito con un deportista de la talla de Marc hace que tanto él como el resto de rivales pierdan oportunidades de ganar. Cuando se suben en la moto son rivales, pero por encima de todo son hermanos y el menor de los Márquez considera que es un plus tenerlo cerca durante toda la temporada porque siempre hay altibajos y le da tranquilidad contar con él.
Nacido el 23 de abril de 1996 en Cervera, ha confesado que se "relaja" haciendo legos: "Tienes que estar concentrado, aparto el móvil... Hago una hora, paro, a veces lo dejo dos semanas y vuelvo...". También ha reconocido que tiene muchas supersticiones antes de subirse a la moto. "Depende de la época, si haces algo y te sale bien el entreno o en la carrera, ya se queda. Este año, en Jerez me caí fuerte en los entrenos libres y me fui a cambiar. Cuando bajo las escaleras del camión me gusta tocar con el pie derecho, pero calculé mal. Entonces di tres saltitos con el derecho y salió bien. Son tres y cuando entro al box, dos", ha relatado.
Con naturalidad ha explicado que quiere ir deshaciéndose de algunas manías porque le hacen perder el foco de lo verdaderamente importante. Al hacer esta confesión, ha cambiado roles con Pablo Motos: le ha preguntado si él tiene supersticiones antes del comienzo de El Hormiguero y le ha retado a compartirlas. El presentador ha aceptado y le ha mostrado las partes de plató que el público no ve y donde se producen esos rituales que le acompañan todas las noches de lunes a jueves desde hace dos décadas.
"Me paso un cuarto de hora con supersticiones. Antes de salir yo me meto aquí. Traen un poco de agua, me la bebo, rompo el tapón de la botella y lo tiro. Todo el rato toco esta grapa, hago una rutina diciendo una serie de cosas como conecta con el invitado, disfruta, pásalo bien", ha comenzado a decir Pablo Motos, que inmediatamente antes de ponerse delante de las cámaras hace un gesto y un sonido que siempre divierte a todo el equipo.
Enamorado de Gabriela Guzmán
A la buena etapa profesional se suma también su gran momento personal. El deportista, que espera que su casa esté acabada este mismo año para poder independizarse, ha encontrado la estabilidad de Gabriela Guzmán, que se ha convertido en su talismán. Le apoya en las grandes carreras, celebra sus éxitos con la misma emoción que si fueran propios, le impulsa en su exigente rutina, le escucha en sus días difíciles... y también le ha acompañado esta noche a la entrevista, demostrando una vez más que es su apoyo incondicional. Titulada en Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad Complutense de Madrid, trabaja en TWIC, agencia de comunicación en la que dirigen las carreras de personas tan conocidas como Alice Campello, Ana Peleteiro, Miguel Torres, CarlaPereyra y Lucas Vázquez.
