CON SU NUEVO SENCILLO: 'LÁGRIMA AZUL'

La emoción de Patricia Manterola ('Que el ritmo no pare') en su regreso a España 23 años después: "Todos pasamos por momentos difíciles"


“Todos pasamos por momentos difíciles en los que a veces no encontramos la fortaleza para seguir adelante”


© Fernando Junco
Enrique SueroRedactor ¡HOLA!
3 de noviembre de 2025 - 21:43 CET

Tras 23 años de ausencia, Patricia Manterola ha regresado a España con la misma energía arrolladora que la llevó al éxito en su juventud con Que el ritmo no pare, la canción que la consagró en el país y la catapultó a escenarios internacionales. Hoy, a sus 53 años, la cantante combina la madurez de su carrera con la plenitud de su vida personal: después de superar un divorcio, disfruta de un matrimonio sólido junto a su marido, Forrest Kolb, y de la crianza de sus tres hijos, Lucca, de trece años, y los mellizos Mateo y Alíesso, de doce.

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© Fernando Junco

Ahora, con su nuevo tema, Patricia vuelve a emocionar al público con una canción poética y cargada de sensibilidad, un reflejo de su evolución artística y de la vida que ha construido junto a su familia. Entre giras, conciertos y la ilusión de reencontrarse con los seguidores que la vieron crecer, su regreso a nuestro país se convierte en la celebración de una etapa donde la música, la familia y el hogar se entrelazan en perfecta armonía.

Patricia, regresas a España en un momento muy especial. ¿Qué sientes al volver y reencontrarte con el público que te ha seguido desde tus inicios?

Siento que mi corazón nunca se ha ido de España. Un pedacito de este país siempre ha vivido en mí, fortaleciéndose con el regalo tan inmenso que me ofrecieron. Desde aquel momento, todo cambió: cuando la Vuelta Ciclista a España adoptó la canción, el ritmo simplemente no pudo detenerse. Fue una explosión a nivel mundial y, de no haber sido por España, por la Vuelta y por el cariño de su gente, esa canción no me habría llevado a tantos lugares ni me habría permitido descubrir tantas experiencias. Por eso, el agradecimiento que siento hacia el público español es enorme y siempre ocupará un lugar muy especial en mi corazón.

¿Qué es lo que más te emociona de estar aquí ahora?

Volver a conectar con la gente ha sido algo único. La calidez y sinceridad de los españoles me arropó como si siempre hubiera pertenecido a este lugar. Tras el éxito de Que el ritmo no pare, emprendí varias giras recorriendo el país: ayuntamientos, plazas y teatros se convirtieron en escenarios donde canté para familias completas, desde los abuelos hasta los niños que no dejaban de bailar y cantar. Fueron años llenos de recuerdos inolvidables, de momentos que siempre había añorado: la cercanía, la alegría y esa conexión directa que te hace sentir verdaderamente acompañado por el público.

Esta vuelta coincide con tu  nueva canción, Lágrima Azul, un título poético y melancólico a la vez. ¿Qué historia personal o emoción te inspiró para escribirla?

Pues mira, David Santisteban y David Parejo —que son los arreglistas, productores y coautores del tema— y yo, durante nuestras sesiones de composición, sentí que esta canción se convirtió en una catarsis personal. Hablé de cosas que normalmente no comparto, y, de repente, se transformó en un bálsamo para sanar momentos de mi vida. Te diré que si no hubiera derramado esa última “lágrima azul”, que me permitió cerrar una puerta que ya no era para mí, no habría podido abrir otra mucho más hermosa: la que me dio una familia maravillosa, mis hijos y mi esposo. Lágrima azul habla de eso: de que, sin importar cuán fuerte te haya hecho llorar alguien o una situación, siempre hay que agradecerlo. Porque tocar fondo y descubrir esa lágrima es lo que te empodera, te levanta y te permite sacudirte. Como dice la letra de la canción: hoy me levanto, seco mi llanto y sigo adelante.

¿Esa es la sensación que quieres que deje la persona que escuche el tema por primera vez?

Sí, por supuesto. Todos pasamos por momentos difíciles en los que a veces no encontramos la fortaleza para seguir adelante. Si mi canción puede ofrecer un poco de consuelo, convertirse en un bálsamo para el corazón y dar esa fuerza que nos invita a levantarnos, ya habrá cumplido su propósito. El ritmo también juega un papel fundamental: gracias a David Santisteban y al sonido de Óscar Clavell, quien mezcló y masterizó el tema, la música te impulsa, te hace levantarte de la silla, y, de manera poética también eleva el corazón, despertando emociones y ese sentimiento que conecta directamente con la experiencia de superación que inspira la canción.

© Fernando Junco

Lágrima azul ha alcanzado dos millones y medio de visualizaciones en nueve días… ¿Te esperabas una respuesta tan inmediata y tan grande del público?

Mira, siempre he pensado que las canciones tienen su propio destino y que, una vez nacen, ya no te pertenecen. Son de la gente, de las circunstancias, de lo que está pasando. La audiencia decide qué quiere escuchar y uno solo puede hacer su trabajo lo mejor posible. Pero cuando una canción sorprende de la manera en que me está sorprendiendo hoy, especialmente siendo de un género que probablemente no marque el top ten de las radios o de los charts, es algo increíble. Sabemos que los géneros urbanos o comerciales dominan las listas, así que siempre hay cierta incertidumbre.

Cuando decidí regresar a mis raíces en el pop, a aquello que realmente me mueve como artista y me reuní con el equipo de David Santisteban y David Parejo, pensé que, si había un pequeño nicho de personas que, al igual que yo, disfrutaran todavía del pop, ya sería suficiente. Pero lo que me ha sorprendido es que ese nicho se ha hecho mucho más grande de lo que imaginaba

¿Qué sentiste cuando viste que la canción se estaba viralizando tan rápido y cómo lo has celebrado?

Bueno, te voy a contar una anécdota que no le he contado a nadie. Lancé la canción un viernes y me fui con la familia de fin de semana a un rancho donde no había señal, ni wifi, ni nada. Me sentía completamente desconectada, como si hubiera abandonado a mi “bebé” recién nacido, porque no tenía idea de cómo estaba yendo la canción. Fue el domingo por la tarde, al regresar del rancho, cuando abrí la computadora y vi que en uno o dos días ya había acumulado más de medio millón de visitas. Me quedé totalmente sorprendida: ¡¿cómo pasó esto?! Fue un momento increíble.

¿Pudiste celebrarlo con la familia?

Claro, lo pude celebrar. Y, al final de cuentas, como te decía, una canción nace y encuentra su propio camino. Conecta con la gente, con sus historias de vida. Me imagino que muchas de las personas que han arropado este tema lo hacen porque están pasando por un momento difícil o se lo dedican a alguien que los hizo llorar, o a quien ellos hicieron llorar. De alguna manera, este tema los conecta con sus emociones y su propia historia.

© Fernando Junco

¿Crees que esta canción muestra a la Patricia más real y transparente?

Sí, no solo la más transparente, sino también la más honesta con lo que realmente me gusta cantar, con esa sinceridad con la que inicié mi carrera.

Hace ya tiempo…

Sí, hace tiempo. Las canciones que me dieron a conocer no fueron solo Que el ritmo no pare aquí en España, sino también temas de mis primeros años en México y Latinoamérica, como Quiero emborracharme de ti o Niña bonita, todas ellas canciones “pop” que reflejan quién soy como artista.

Has vivido el éxito desde muy joven, empezaste con ocho años. ¿Cómo se logra mantener los pies en la tierra?

La vida misma te va enseñando que la fama es una herramienta. Si sabes usarla para inspirar, apoyar, dar voz a quienes no la tienen y conectar de manera auténtica con la gente, puede ser muy valiosa. Pero también conlleva una gran responsabilidad: nunca sabes a quién vas a alentar, a quién vas a tocarle el corazón con lo que dices.

Desde niña, y se lo agradezco especialmente a mi madre, siempre me enseñaron que la fama no es lo importante. Lo que realmente cuenta es lo que transmites, cómo conectas, cómo tratas a las personas y cómo eres como ser humano. Creo que por eso he podido mantenerme con los pies en la tierra.

Y en este momento de tu vida, ¿qué te ilusiona más: el aplauso del público o el abrazo de tu familia al volver a casa?

Las dos cosas son mágicas, pero, sin duda alguna, desde que llegó el regalo maravilloso de mi familia a mi vida, ellos son mi prioridad.

Antes de que ellos existieran, me comía el mundo: viajaba aquí y allá, iba a Japón a filmar una película, luego a cantar en Alemania… yo decía: “Llévenme a donde quieran”. Hoy, en cambio, elijo mis proyectos de manera más consciente. La música me permite ser dueña de mi tiempo y siempre trato de organizarme para que mi trabajo no afecte los momentos con mi familia.

© Fernando Junco

¿Cómo organizas todo el tema?

Organizándome, pero siempre cuidando que mi vida profesional no afecte a mi familia, porque soy una mamá completamente entregada a ellos. Mi plan para esta etapa es compaginar la promoción y los lanzamientos de música de manera breve: me voy una semana de viaje, vuelvo, y luego otra semana a Estados Unidos. Mi idea para el verano, cuando los niños salgan del colegio, es poder hacer una gira de conciertos llevándome conmigo a mi familia. Que ellos estén tranquilos en una casa de verano y que mi esposo me acompañe. Así incorporo a mi familia en mi trabajo y no los descuido, porque como te decía, son mi prioridad.

¿No te preocupa que tu trabajo descuide a tu familia?

No, no descuido nada. Siempre hablo las decisiones con mi esposo y las tomamos en familia. Él es un rey. Me dice “Mi amor, disfruta lo que te gusta, yo me encargo esta semana. Vete tranquila, que aquí estoy yo”. Tengo todo su apoyo. Y mis hijos, cuando pueden acompañarme, disfrutan igual que yo.

¿Cómo han vivido ellos tu regreso a España?

Mis hijos aún no conocen España. Mi esposo sí, y me hubiera acompañado si no fuera porque esta semana tenían exámenes en el colegio y un concierto los tres tocan instrumentos y les encanta la música clásica. Luca, el mayor, toca violín y chelo y es Concert Master de la orquesta; Mateo toca saxofón y contrabajo; y mi hijo más pequeño, el violín. No podían faltar porque, obviamente, también les inculcamos la responsabilidad. Pero estaban entusiasmados por venir  y seguro que en el próximo viaje estarán conmigo.

O sea, que tus hijos van para artistas.

No lo sé. No les llama mucho la atención estar delante de una cámara; lo que realmente les apasiona es la música. Han recibido una formación completa: escriben música, leen partituras y tocan instrumentos clásicos. Yo, en cambio, no soy músico; solo toco un poco el piano y la guitarra de manera lírica para componer. No sé qué pasará con su vida, pero papá y mamá estaremos para apoyarlos en lo que decidan.

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¿Qué valores les intentas transmitir?

Primero que nada, ser buenos seres humanos y mantener esa conexión con Dios, que es lo más importante, y dejar que Él guíe sus vidas. Mi esposo y yo hemos tratado de guiarlos por ese camino. Cada ser humano tiene su propio destino, al igual que la música, que también nace con uno. Pero sí influye mucho lo que les das como padres, los sentimientos y la educación que reciben. Por eso tratamos de hacer el mejor trabajo posible y, afortunadamente, son niños maravillosos.

Con 53 años, luces espectacular. 

Muchas gracias.

¿Qué hábitos diarios consideras fundamentales para ti?

Primero que nada, hay que sentirse bien por dentro. Yo tengo herramientas maravillosas, como la meditación y la oración, que me ayudan a mantenerme en paz y contenta. Cuando una se siente bien internamente, surgen las ganas de cuidar el templo del alma: comer de manera saludable, hacer ejercicio, en fin, cuidarse. Y no por vanidad, sino por salud, porque es un regalo que nos da la vida.

© Fernando Junco

Por sentirte bien contigo misma.

Exacto. Estar aquí es un regalo y hay que cuidarlo. Mi consejo es encontrar una herramienta que te permita estar bien por dentro; todo lo demás fluirá desde ahí.

¿Tienes alguna rutina de belleza o bienestar que nunca te saltes, aunque estés de viaje o de gira?

Sin duda alguna, el yoga es fundamental para mí; lo practico donde sea. También dedico tiempo a la meditación, tanto por la mañana como por la noche. Además, llevo un estilo de vida muy saludable: no tomo alcohol desde hace 15 años —mi esposo tampoco lo hace—, y aunque antes disfrutaba de una copita de buen vino, nunca era excesivo. Tampoco consumo cafeína porque me altera un poco los nervios y trato de limitar al máximo azúcares, harinas blancas y gluten. Con estos hábitos, todo lo demás fluye mucho mejor.

Volviendo a Lágrima azul, ¿es un adelanto de un proyecto más grande, de un disco?

Hoy por hoy, la música y la industria han cambiado tanto que ya es raro que se haga un disco completo. Tengo un proyecto con varias canciones junto a David Santisteban, pero aún no sabemos si será un disco o si iremos lanzando los temas de manera individual. Lo que sí tengo claro es que son temazos que me daría mucho pesar que quedaran olvidados en un disco. La industria ahora es muy vertiginosa, todo pasa rapidísimo, así que hay que dedicarle cariño a cada canción para que reciba la atención y el amor que merece.

TEXTO

Enrique Suero

ESTILISMO

Juan Acuñas

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA

Juan Acuñas

VESTIDO

María Kalkoff

JOYAS

Antón Heunis

CALZADO

Alma en pena

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