Los aficionados a la tauromaquia se han quedado huérfanos tras el inesperado adiós a los ruedos del más grande: José Antonio Morante Camacho, más conocido como Morante de La Puebla. El diestro sorprendió a todos el domingo por la tarde-noche con el anuncio de su marcha, tras salir por la puerta grande de Las Ventas, protagonizando varias imágenes muy emotivas y con lágrimas en los ojos mientras se cortaba la coleta. Ahora, mientras todavía dura la resaca de esta impactante noticia, se han conocido algunos detalles de cómo el maestro planeó de manera súbita su retirada definitiva tres décadas después de tomar la alternativa.
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Se hospedaba Morante en el lujoso y céntrico Hotel Wellington de Madrid, donde regresó para pernoctar tras la exitosa faena que había protagonizado en la capital por el Día de la Hispanidad. Con él estaba su madre, Pepi Camacho. Una vez allí, con moratones en las piernas tras la voltereta que sufrió frente al toro, confesó a El Mundo que la decisión de dejarlo la había tomado él solo y esa misma mañana. En este sentido, explicaba que había preferido mantener el secretismo y no comunicárselo ni siquiera a su apoderado, Pedro Jorge Marques, para que este no le convenciera de lo contrario una vez lo supiera.
Retomar el tratamiento por su enfermedad
A partir de aquí, lo que le espera al carismático y aclamado torero es retomar el tratamiento farmacológico por la enfermedad mental que padece y que le fue diagnosticada hace ya 20 años. “Es un trastorno disociativo complejo, triste y doloroso que, sinceramente, casi no tiene explicación”, contó la gran estrella del toreo hace unos meses en una entrevista. Casado desde 2010 y padre de tres hijos de dos matrimonios diferentes, hacía entonces su confesión más dura e impactante cuando dijo que incluso "he pensado en la muerte como alivio. Pero no me lo puedo permitir. Tengo una familia y una responsabilidad".
Esta situación tan límite en la que ha llegado a verse inmerso viene provocada también por el cuadro depresivo severo, la amnesia y la agorafobia en los que desemboca su cuadro clínico. Para intentar curarse, a finales de 2004 viajó a Miami (EE.UU.) y se sometió a sesiones de electroshock. "Te duermen entero y te las dan. La memoria me falla un poquito pero el doctor dice que es normal", relataba en esa época. A día de hoy, el espada nacido en Puebla del Río (Sevilla) prosigue con su recuperación -con viajes a Lisboa y Marinha Grande en Portugal- mientras recibe medicación y se cita con su psiquiatra.
Tras aquellas revelaciones, Morante recibió un sinfín de mensajes de ánimo y solidaridad por parte de compañeros de profesión, ganaderos y aficionados, aunque son su mujer y sus vástagos en los que este tiene sin duda su principal apoyo. El diestro dio el 'sí, quiero' en 2005 a Cynthia Antúnez y tuvieron un niño, José Antonio, quien a sus 18 años es futbolista y juega en las categorías inferiores del Betis y de la Selección Española. En 2008, la pareja se separó y él rehizo su vida con su actual esposa, Elisabeth Garrido, con la que pasó por el altar en noviembre de 2010. Fruto de su amor nacieron sus niñas María (16) y Lola (13).