Ante el inicio de una nueva temporada, Cristina Tárrega vive uno de los momentos más transformadores de su vida. Ha celebrado su cumpleaños rodeada de los suyos, en una fiesta íntima cargada de emoción, risas y bailes junto a sus padres —de 87 años—, su marido, su hijo, su hermana y sus amigos de siempre. Pero este año no ha sido uno más: tras un susto médico que la puso a prueba, Cristina ha aprendido a mirar la vida con otros ojos. Y lo hace desde la gratitud, la calma… y las ganas imparables de reinventarse.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Al frente de su agencia de comunicación, vinculada al mundo de los medios y a punto de comenzar un nuevo proyecto con Bertín Osborne, nos recibe con el corazón abierto y sin filtros. La periodista habla con ¡HOLA! de su familia, su carrera, del amor tras 25 años de matrimonio, de su hijo "emperador", del respeto que siente del público… y de ese vértigo que produce mirar hacia adentro y reconocer lo vivido. Con la serenidad que dan los años, pero también con una determinación intacta, Cristina Tárrega se confiesa con nosotros en esta entrevista. Porque, como ella misma dice, "cuando eres luz, nadie puede apagarte".
Un cumpleaños agridulce
Este 9 de agosto ha sido tu cumpleaños. ¿Cómo has celebrado esta fecha tan especial cada año?
—Siempre celebro mi cumpleaños en la barraca de Mariano, que tan duramente ha sido castigada por la Dana y que aún tenemos que recomponer. Un espacio privado con amigos de toda la vida, de la época radio... Ha sido una celebración muy íntima, organizada pensando en el bienestar de mis padres, que tienen 87 años. Mi madre todavía se lo pasa fenomenal. Este año se alargó durante dos días, bailamos, disfrutamos…Fue muy especial en familia.
¿Prefieres algo íntimo en familia, o una gran celebración con amigos?
—Sin duda algo íntimo, muy mío. Me quedo con lo auténtico y cercano. Nada de ostentación. Lo bonito es celebrar con los que me han visto crecer.
"Estoy en un momento de la vida donde valoro todo de otra manera. Lo que antes pasaba desapercibido, ahora lo saboreo"
¿Eres consciente del regalo que supone tener aún a tus padres cerca? ¿Cómo vives ese vínculo con ellos hoy?
Soy plenamente consciente del regalo que supone tener a mis padres y a mi hermana, que es encantadora: es mi cómplice. Estoy en un momento de la vida donde lo valoro todo de otra manera. Lo que antes pasaba desapercibido, ahora lo saboreo. El mar, por ejemplo, se ha convertido en un lugar sagrado para mí. Siempre que puedo, me meto en el agua con mi padre y pasamos horas allí, hablando, flotando, compartiendo silencios. A veces mi madre nos echa la bronca porque dice que hablamos demasiado (risas).
¿Qué significan esos momentos para ti?
Esos ratos son un regalo. Mi padre es uno de los grandes pilares de mi vida, junto con mi madre. Mi familia sigue siendo mi base, mi raíz más firme. Tenerlos cerca, a mi hijo sano y a mi marido a mi lado, después de 25 años, es lo que me da paz.
Mirando atrás, ¿qué meta o logro profesional sientes que ha dejado una huella más importante en tu vida?
Estoy al frente de una agencia de comunicación, con clientes muy importantes. Me apasiona especialmente la gestión de crisis y elevar las marcas. Ha sido un año complicado… y yo no mido los ciclos por enero o diciembre, sino por mi luna de agosto, a partir de septiembre. Es ahí donde siento que empieza mi nuevo ciclo: con energía, cambios e ilusión.
¿Hay algún nuevo proyecto o reto profesional que te emocione especialmente ahora?
Sigo vinculada a Mediaset, aunque en libertad. Me interesa volver a entrevistar, hacer testimonios desde el corazón y la verdad, en radio, prensa o televisión… Me siento muy creativa y este año pienso cambiar, reinventarme. Los proyectos no me esperan. Los decreto y los asumo con ganas.
¿Tienes ganas del cambio?
¡Muchísimo! Lo necesito y lo deseo con toda mi alma. Este nuevo rumbo me llena de ilusión y energía para seguir adelante. Además, estoy a punto de comenzar a trabajar con Bertín Osborne, algo que me divierte muchísimo y me emociona especialmente, porque Andalucía es también mi tierra. Allí me casé y allí concebí a mi hijo. Sentir esa conexión me da fuerza y, sobre todo, la respuesta siempre de los andaluces es positiva. También es donde tengo muchos amigos.
"El ego no existe en mí"
¿Qué consejo te darías a ti misma, si pudieras hablar con la Cristina de hace 10 o 20 años?
El ego no existe en mí, pero forma parte del mundo y está ahí. No forma parte de tu esencia, pero está ahí y te vas a tropezar con él a diario. Aprende a vivir con eso, pero no dejes que te defina ni te bloquee.
"Me han pasado cosas muy gordas y he callado por educación, por respeto, por proteger a los demás… Pero cada vez me pesa menos ese silencio"
¿Te han intentado apagar?
Siempre tengo presente esta frase: "No te enfades cuando la gente hable mal de ti". Creo que hay personas que tienen que hablar mal de ti, porque cuando hablan de sí mismos nadie los escucha… Hay gente que le incomoda tu brillo y criticarte es su forma de sentirse importantes, de robarte atención porque no pueden conseguirla por mérito propio. Pero yo nunca me lo tomo de manera personal, porque estoy enfocada en mi vida.
Al mirar tu vida, un hijo de casi 21, una carrera longeva y un matrimonio sólido… ¿Te sientes privilegiada?
Soy una afortunada. Tengo un hijo maravilloso, unos padres que están aquí, una hermana encantadora, buenos amigos y a Carlos Herrera, al que considero un hermano mayor. Tengo gente que me quiere y me respeta, sobre todo en las grandes empresas. Y los que no… no me preocupan, no están en mi entorno. Esa tranquilidad significa mucho.
Eres una mujer fuerte, pero también te han criticado y atacado en el último año. ¿Cómo llevas la presión mediática? ¿Te has roto alguna vez?
Claro, por supuesto que me he roto. Pero lloro en casa. Lo que pasa es que a mí me han educado con unos valores muy firmes, mis padres me enseñaron a tener una contención, a no buscar el conflicto. Por eso digo que no me busquen… porque no me van a encontrar. Pero es verdad que estoy más cerca de los 60, y cada vez siento más que, un día, escribiré lo que siento sin filtros. Porque han pasado muchas cosas y algún día las tendré que verbalizar, escribiré lo que siento. Y estoy en ese punto en el que ya no tengo miedo de mostrar la verdad.
¿Lo contarías todo con nombres y apellidos?
No. Yo nunca daría nombres y apellidos a nadie, porque soy una caja fuerte blindada. No tengo necesidad de hacer daño. Porque me han pasado cosas muy gordas y he callado por educación, por respeto, por proteger a los demás… Pero cada vez me pesa menos ese silencio. Estoy donde estoy por mi discreción. Mis amigos saben que soy una caja cerrada.
"Tengo que pasar por quirófano"
Hace un año, fuiste a una revisión médica rutinaria de pecho… pero lo que parecía algo sin importancia se convirtió en un gran susto. ¿Qué ocurrió exactamente?
Fui a hacerme una revisión de pecho. Pero lo que debía ser un control médico, sin más, se convirtió en una pesadilla. El médico fue muy brusco al hablarme y, antes de tener resultados claros, me dijo directamente que podía ser un cáncer.
¿Sin haberte hecho ni una biopsia?
Sí… Mal hecho.
¿Crees que el médico fue imprudente al hablarte de un posible cáncer, sin haber esperado primero a tener los resultados de una biopsia?
Sí, yo también pregunté de más y mal hecho por ambas partes, porque sin una biopsia no te pueden decir eso… Fueron días de auténtico pánico, de pensar en mi hijo, en mi marido… Al final, el diagnóstico es una mastitis. Pero agradecida, agradecida a los médicos que están muy pendientes de mí.
Esto se puede denunciar.
Sí, es denunciable, pero no estamos para denuncias, estamos para las soluciones físicas y mentales. Tuvo un ataque de sinceridad y hay que tener mucha delicadeza. Es muy importante la prevención, pero hay que tener mucha delicadeza con el paciente siempre.
¿En qué punto estás ahora?
Tengo que pasar por quirófano, pero ahora lo miro con otra perspectiva. Sigo viviendo con incertidumbre, pero también con gratitud. Esa experiencia me removió por dentro y me ayudó a priorizar. La operación me da pánico, porque tengo muchas alergias a muchos antibióticos, entonces que encuentren la "fórmula" exacta en mí es más complicado que en otra persona. Yo ya me sometí a una operación de pecho hace años y lo pasé fatal en el postoperatorio, por eso tengo miedo.
Después de ese susto médico, ¿sientes que has cambiado tu forma de ver la vida y de priorizar lo que realmente importa?
Sí, completamente. Esa experiencia me removió por dentro. Ha sido un año muy complicado y el susto se te queda en el cuerpo.
¿Qué fue lo primero que hiciste al salir de esa consulta médica, cuando aún no sabías que era una mastitis?
Salí de la consulta en shock. Los pasillos del hospital se me hacían pequeños, estrechos, como si me ahogara. Solo pensaba en llegar a casa. Y cuando lo hice, lo primero fue contárselo a mi marido. Él ha sido mi pilar, mi calma. En ese momento, no tenía un diagnóstico claro, solo la sospecha más temida… y necesitaba su abrazo, su fuerza. Nunca me ha soltado la mano. Estamos más enamorados que nunca, incluso más que el primer día que nos conocimos.
"Hemos renovado nuestros votos"
Acabáis de celebrar bodas de plata, 25 años juntos. ¿Cómo habéis conseguido mantener ese amor y estar más enamorados que nunca, después de tanto tiempo?
Celebrar 25 años juntos es un verdadero regalo y puedo decir que estamos más enamorados que el primer día. Nos volvió a casar nuestro sacerdote, que es José Luis Sánchez, el mismo de Tamara Falcó. Acabamos con la familia y el sacerdote en el restaurante Ricardo Camarena, que nos hizo una fiesta… Es un tres estrellas Michelin.
¿Cuál ha sido la clave de vuestro matrimonio?
La clave ha sido el respeto, la complicidad y el apoyo mutuo en cada momento, bueno o difícil. De hecho, el año pasado renovamos nuestros votos en Valencia, un momento muy especial que simbolizó ese reencuentro y compromiso renovado.
"Sigo vinculada a Mediaset, aunque en libertad. Me interesa volver a entrevistar, hacer testimonios desde el corazón. Me siento muy creativa y este año pienso cambiar, reinventarme"
Y mira que os sacan crisis…
(Risas). Sí, siempre salen esas noticias, pero nosotros sabemos lo que tenemos y lo que hemos construido juntos. Las crisis son parte de cualquier relación, de hecho, yo confesé hace años que atravesábamos una, como cualquier relación, pero la superamos.
Entonces, ni crisis, ni nada, ¿no?
Lo siento por quien nos quiera ver separados, pero va a ser que no. Lo importante es cómo las afrontas y si estás dispuesto a luchar por lo que realmente importa. Mami y yo hemos pasado por momentos complicados, pero siempre hemos salido más fuertes y unidos. Nos adoramos; si es que no hay más que vernos…
Su hijo, su mayor orgullo
Además, de tu supermarido, tienes un hijo maravilloso.
Estoy superorgullosa de mi hijo, es un chico maravilloso, con los pies en la tierra y un futuro brillante por delante y que espero sepa aprovechar. Marco quiere ser invisible. No le gustan la fama ni las redes. Ni siquiera tiene foto en "WhatsApp". Quiere ser totalmente anónimo. Además, en mi casa siempre decimos que es el niño emperador, porque es el único nieto, así que ¡imagínate!
¿Tienes ganas de que te haga abuela?
¡Todavía no, que él no tiene prisa! (Risas). Me lo tomo con calma, disfruto cada etapa y cuando llegue, será bienvenido, pero de momento voy a seguir siendo la mejor madre y confidente para él.
Cristina, has vivido tantas fiestas, platós y encuentros con famosos… ¿Cuál es la anécdota más surrealista que has vivido con un personaje conocido?
En China, viajé con Georgina. Íbamos listas para un evento, preparadas, y me fui al baño. Al pisar el botón del water, el chorro me disparó todo el pelo. ¡Un desastre total! Tuve que recomponerme en tiempo récord. Ella solo se reía; yo… una risa nerviosa que aún me gusta recordar.
Mirada al futuro
Después de todo lo vivido… ¿Cómo te definirías hoy?
Soy una persona feliz, agradecida y consciente. Los golpes duros te hacen más fuerte si los aceptas. Vivo con certeza, con fuerza y con serenidad. Y tengo claro que esto, lo que falta por venir… es motivo de ilusión.
¿Te sientes querida?
Sí, sin duda, pero más allá de eso, me siento profundamente respetada por los grandes, y eso para mí es aún más importante. El cariño se siente en el día a día, en los gestos pequeños, pero el respeto es la base sólida que sostiene cualquier relación verdadera, sea personal o profesional.
¿Cómo se refleja ese respeto y cariño en tu día a día?
Sin duda, esos gestos pequeños son los que más cuentan. Un mensaje inesperado, una llamada de alguien que sabe cómo estoy, o simplemente una mirada cómplice en medio del caos. Mi familia y mis amigos son mi refugio, y en el trabajo también noto ese respeto que me impulsa a dar lo mejor de mí. Además, el público es supercariñoso conmigo; por la calle me paran mucho, me abrazan y me hacen sentir realmente querida.
¿Y después del susto médico?
La gente que lo sabía ha estado aún más pendiente de mí, y ese cariño se nota y me llena de fuerza. Me siento muy afortunada.
¿Qué es lo que más le pides a la vida en este momento?
Pues, sinceramente, lo único que le pido a la vida, ahora mismo, es que la operación salga bien. Soy alérgica a muchos antibióticos, y eso complica bastante encontrar la fórmula adecuada, por eso me da miedo el postoperatorio. Después de todo lo que he vivido, eso es lo más importante para mí ahora mismo. Quiero recuperarme, seguir adelante con fuerza y poder mirar el futuro con esperanza y tranquilidad. El resto ya vendrá.