Rodeados de amor y flores silvestres. Así fue la romántica boda de Lía, la hija mayor del periodista Goyo González, y Moritz, el atractivo sumiller de origen alemán con el que lleva siete años de relación. La pareja se dio el “sí, quiero” en una ceremonia al aire libre en una espectacular finca de Formentera a la que asistieron únicamente sus familiares y amigos más cercanos.
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Para este día tan especial, la novia confió en la diseñadora Alejandra Valero, reconocida por sus creaciones únicas, elaboradas artesanalmente a mano con tejidos de alta calidad y patrones a medida. Su vestido, delicado y lleno de detalles, reflejaba a la perfección la esencia exquisita y artesanal de la firma.
Lía completó su look con un ramo de anémonas blancas, unas flores que, como ella misma explicó en Vanitatis, simbolizan “la belleza efímera, la esperanza y además cuentan con varios orígenes mitológicos". Y, fiel a la tradición de llevar algo azul, incorporó un detalle muy emotivo: una liga azul que perteneció a Sara, la mujer de su padre, la misma que ella lució el día de su boda. "Fue un regalo muy especial", confesó la novia.
Como era de esperar, Goyo González ejerció de padrino y Mateo, hermano pequeño de la novia, fue uno de los testigos. El periodista, muy emocionado, publicó un divertido vídeo horas antes de la celebración en el que decía: "Ya vamos en el barco que nos lleva de Ibiza a Formentera para celebrar la boda de mi hija. Soy el padre de la novia y como sabéis, tengo un grito de guerra. Aquí los invitados, mi hijo haciendo el vídeo. A la de una, a la de dos, a la de tres: 'Hola, marinero'".
Una vez convertidos en marido y mujer, los recién casados disfrutaron de una animada celebración en la misma finca antes de poner rumbo a México, el destino elegido para su luna de miel. "Qué felicidad", escribió la novia en sus redes sociales, acompañando sus palabras con una tierna imagen besando a su ya marido.
Lía, fruto del primer matrimonio de Goyo González, creció entre Sevilla y Madrid tras la separación de sus padres. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense, pero pronto descubrió su verdadera vocación: el arte. Hoy, a sus 30 años, se dedica de lleno a la cerámica, exponiendo sus piezas en importantes ferias y soñando con tener su propio taller. Una sensibilidad creativa que, sin duda, ha heredado de su padre, uno de los comunicadores más reconocidos de España y gran aficionado a la pintura.
Para Lía, uno de los recuerdos más especiales de su infancia fue el nacimiento de su hermano Mateo, cuando ella tenía solo ocho años. El joven, fruto del segundo matrimonio del periodista con Sara García, representante de artistas, ha heredado la pasión de su padre por la comunicación y colabora actualmente con Nieves Herrero en Onda Madrid.