La actriz estadounidense Loni Anderson, icono televisivo de los años setenta y ochenta y exesposa de Burt Reynolds, ha fallecido a los 79 años tras una larga enfermedad. La intérprete murió este domingo al mediodía en un hospital de Los Ángeles, según ha confirmado su publicista de toda la vida, Cheryl J. Kagan. Su fallecimiento ha tenido lugar apenas unos días antes de que celebrara su 80 cumpleaños, el próximo 5 de agosto.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
“Estamos desconsolados al anunciar la pérdida de nuestra querida esposa, madre y abuela”, expresó su familia en un comunicado. Junto a ellos, la industria del entretenimiento llora hoy la partida de una estrella, cuya elegancia, humor y determinación dejaron huella en la pequeña pantalla y más allá.
Jennifer Marlowe: la rubia que desafió los estereotipos
Loni Anderson alcanzó la fama mundial gracias a su papel de Jennifer Marlowe, la recepcionista más sofisticada, astuta y segura de sí misma en la historia de las comedias televisivas, en la serie WKRP in Cincinnati (CBS, 1978-1982). Con su melena rubio platino, tacones de vértigo y un impecable sentido del estilo, su personaje desafió el estereotipo de la “rubia tonta” que predominaba en la televisión de la época. “Tenía la belleza, la inteligencia y siempre la sartén por el mango”, escribió el publicista Danny Deraney al recordarla.
Aunque en un inicio rechazó el papel por parecerle demasiado superficial, Loni propuso una versión más interesante del personaje. “Le dije al creador de la serie, Hugh Wilson, que no quería hacer de florero, y él me respondió: ‘Entonces hagamos que sea como Lana Turner, pero la persona más lista de la sala’”, recordó en una entrevista en 2020.
Gracias a su interpretación, la actriz recibió dos nominaciones a los premios Emmy y tres candidaturas a los Globos de Oro, consolidándose como una de las grandes estrellas de la televisión estadounidense.
Más allá de ‘WKRP’: una carrera y una vida personal mediática
Nacida como Loni Kaye Anderson el 5 de agosto de 1945 en Saint Paul, Minnesota, era hija de un químico ambiental y una modelo. De joven fue finalista en el certamen de Miss Minnesota y estudió arte en la Universidad del Estado. Aunque comenzó como actriz de teatro en Minneapolis, en 1975 se trasladó a Los Ángeles, donde comenzó a aparecer en series como S.W.A.T., Police Woman y The Bob Newhart Show.
En los años ochenta y noventa, Loni protagonizó telefilmes como The Jayne Mansfield Story (1980) —junto a un joven Arnold Schwarzenegger— y White Hot: The Mysterious Murder of Thelma Todd (1991). También encabezó nuevas versiones televisivas de clásicos como Leave Her to Heaven o Three Coins in the Fountain. A finales de su carrera, participó en producciones como Melrose Place, Sabrina, cosas de brujas, Clueless o A Night at the Roxbury.
En 2023, participó en la película navideña de Lifetime Ladies of the ’80s: A Divas Christmas, junto a otras estrellas de su generación como Morgan Fairchild, Linda Gray o Nicollette Sheridan.
Una historia de amor (y desencuentros) con Burt Reynolds
La vida sentimental de Anderson también ocupó muchos titulares. Estuvo casada en cuatro ocasiones, pero su relación más mediática fue con Burt Reynolds, con quien contrajo matrimonio en 1988 tras coincidir en Stroker Ace y compartir plató en varios proyectos. Se casaron en el rancho del actor en Florida, donde él le entregó un anillo de siete quilates con un diamante amarillo diseñado por él mismo.
Lo que comenzó como un romance de película terminó convertido en uno de los divorcios más amargos y públicos de Hollywood. La separación, oficializada en 1994, estuvo marcada por acusaciones cruzadas, disputas por la custodia de su hijo adoptivo Quinton y una batalla económica que no se cerró hasta 2015. A pesar de ello, Loni asistió al funeral de Reynolds tras su muerte en 2018 y conservó sus cenizas como homenaje.
En sus memorias, My Life in High Heels (1995), la actriz abordó con sinceridad su infancia, la pérdida de sus padres, su carrera, su matrimonio con Reynolds y su experiencia como madre. “Si vas a escribir sobre ti misma, tienes que hacerlo con todo, incluso lo que no es bonito. La verdad ante todo”, confesó entonces a Associated Press.
Loni Anderson deja tras de sí no solo una carrera brillante, sino una familia que la adoraba. Le sobreviven su marido desde 2008, el cantante Bob Flick (con quien se reencontró décadas después de conocerse), su hija Deidra, su hijo Quinton Anderson Reynolds, ocho nietos y sus hijastros Adam, Felix y Maximilian.
Steve Sauer, su representante durante tres décadas, resumió su esencia con palabras: “Siempre fue una clase aparte. Bella, divertida, generosa. Una madre trabajadora ejemplar y una compañera de aventuras inigualable. Extrañaré especialmente su risa contagiosa”.
La familia ha anunciado que el funeral se celebrará en la intimidad en el cementerio Hollywood Forever de Los Ángeles. Aquellos que lo deseen pueden hacer donaciones en su memoria a la National Lung Health Education Program o a la American Cancer Society.
Con su partida, el mundo pierde a una de las grandes damas de la televisión estadounidense. Pero su legado, su carisma y su papel inolvidable como Jennifer Marlowe permanecerán vivos en el recuerdo de generaciones de espectadores.