Pronunciar el nombre de Carolina Yuste es hablar de talento en mayúsculas, de pasión y de trabajo incansable. Nacida en Badajoz hace prácticamente 34 años, quería ser bailarina, pero la interpretación se cruzó en su camino y fue dirigiéndose hacia esa dirección paulatinamente. Lo ha hecho paso a paso, con la tranquilidad del trabajo bien hecho y el aprendizaje como única ambición. Con esos ingredientes debutó sobre las tablas y de ahí dio el paso a la gran pantalla, donde ha protagonizado títulos que la han convertido en una de las actrices más admiradas de nuestro país. La ganadora de dos premios Goya se siente afortunada de vivir de su pasión, pero no niega que también le preocupa la presión por el físico que existe en el mundo actual.
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La protagonista de La infiltrada ha participado en una charla acerca de cómo la presión social impulsa cada vez más a los jóvenes a recurrir a cirugías estéticas para cumplir con los estándares de belleza establecidos. En el programa Hoy por hoy, de la Cadena Ser, Carolina ha mostrado su preocupación con esta realidad y ha compartido un valioso mensaje que ha leído y que promueve el amor propio, sin importar los cánones que nos rodean: "Si las mujeres estuviéramos tranquilas, en calma y amor con nosotras mismas, habría muchísimas empresas que estarían en la ruina absoluta de la cantidad de beneficios que sacan de seguir intentando con mucho ahínco que nos odiemos".
La actriz, que ha confesado que le encantaría meterse en la piel de Isabel Pantoja en alguna producción, ha comentado uno de los puntos que más le preocupan de la presión estética. Una situación que ella misma se autoimpone muchas veces, posiblemente alimentada por esas expectativas sobre el físico que se han instalado en la sociedad actual: "Pensar que me haré grande, que echaré la vista atrás, y pensar que a lo que más tiempo y energía le he dedicado en mi vida es a detestar lo que soy y a lo que es mi cuerpo". Reconoce que se enfada cuando piensa en las veces que ha sido cruel consigo misma por cuestiones relativas a su físico e invita a hacer un ejercicio "extremo de amor propio".
También ha reconocido que muchas veces en injusta consigo misma en cuestiones de trabajo, porque se autoimpone una altísima exigencia y piensa que tras esta etapa en la que ha encadenado éxitos, el teléfono va a dejar de sonar. Le da miedo que esa situación se convierta en realidad porque aún no ha llegado a ser la actriz que quiere ser. Es consciente de que lograrlo es una carrera de fondo y aún es joven, pero tiene la certeza de que va por buen camino porque le han marcado para siempre muchos de los personajes que ha interpretado.
Además, Carolina Yuste es una mujer inquieta que dirige, interpreta y también escribe. Esta primavera ha debutado en la narrativa con Toda mi violencia es tuya, que ella misma define como "una novela filosófica-choni". Empezó a escribir este relato de supervivencia y resistencia que nos traslada a su Badajoz natal en la década de los 2000 con la idea de que fuera un guion, pero durante el proceso decidió reconvertir esas páginas.
Su estilo personal
Carolina Yuste impone su sello personal en cada uno de los looks que defiende públicamente. Apuesta por prendas con carácter, piezas originales, modernas y atrevidas. También versiona clásicos como los trajes para adaptarlos a la comodidad y a ese estilo urbano que la caracteriza.