Cuando se trata de defender los colores de tu país, no hay relaciones de amistad que valgan por muy estrechas que sean estas. Eso es lo que precisamente ocurrió el pasado viernes durante el transcurso del vibrante partido que jugaba España contra las anfitrionas en el estadio Wankdorf de la ciudad de Berna, correspondiente a los cuartos de final de la Eurocopa femenina de fútbol 2025 y que las nuestras ganaron por dos goles a cero.
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Corría el minuto 64 del encuentro que disputaba el combinado nacional contra Suiza, buscando ambos equipos el pase a las 'semis' del torneo y con una tensión que se palpaba en el ambiente. El resultado era todavía de empate a cero, por lo que saltaban chispas ante cualquier fricción entre las futbolistas. Uno de esos enganchones tuvo como protagonista a la capitana de la selección, Irene Paredes, con alguien a quien le une un vínculo muy especial que va más allá del deporte.
Se trata de la helvética Ana-Maria Crnogorcevic, quien fuera compañera de la guipuzcoana durante varias temporadas en el FC Barcelona, además de ser íntimas fuera de los terrenos de juego. El rifirrafe en cuestión vino por una supuesta falta que la española había cometido sobre otra rival, a lo que la suiza fue a quejarse efusivamente a la árbitra del choque. Tras ver esa escena, Paredes le hizo un gesto de desdén con la mano a su oponente y gran amiga, discutiendo ambas brevemente aunque de forma acalorada tras ese lance del juego.
Las imágenes del encontronazo rápidamente se viralizaron entre los aficionados, conocedores de la excelente sintonía que ha habido siempre entre ambas. De hecho, muchos se preguntaban (y bromeaban) si a partir de esto dejarían de hablarse, pero nada más lejos de la realidad. Tras el pitido final, aquí paz y después gloria ya que las dos se fundieron en un cariñoso abrazo y se las vio charlar de forma cómplice, dejando completamente atrás ese pequeño incidente que había sido fruto del ímpetu por ganar que tenía cada una de ellas.
Cabe recordar que, hace dos años cuando ya se midieron en octavos de final durante el Mundial 2013 que acabó conquistando La Roja, la propia Irene habló en rueda de prensa de lo bien que se lleva con Ana-Maria. "Ella es alguien que no baja los brazos en ningún momento", la elogió. Mientras, sobre sus entrenamientos formando pareja cuando compartían vestuario en el club catalán, desvelaba con una sonrisa que "nos picamos bastante y nos exigimos mucho la una a la otra, por eso la conozco tan bien".
El hecho de que entonces fueran como uña y carne quedó de manifiesto en un detalle muy relevante, como es el hecho de que la jugadora suiza ayudó incluso en ocasiones a la española en el cuidado y atención de su hijo. Es decir, que ejercía de canguro cuando esta se lo pedía con el pequeño Mateo, que ahora mismo tiene 3 años y cumplirá 4 en septiembre. Se sabe, además, que tomaban café juntas antes de ir a recogerlo a la guardería, un niño nacido del romance entre Irene Paredes y la jugadora de hockey sobre hierba Lucía Ybarra.