Solo tiene 22 años, pero Iago Jover Mariño despunta desde que era un chaval. Nieto del reconocido diseñador Roberto Verino y heredero en la tercera generación de la firma, ocupa desde hace medio año el puesto de director de Innovación dentro de la marca que creó su abuelo hace cuatro décadas, recuperando así el legado familiar tras la muerte de su madre, Cristina Mariño (fallecida en julio de 2022), y proyectándolo al futuro con proyectos relacionados con metaverso y la Inteligencia Artificial.
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"Nunca tuve en mis planes trabajar en Roberto Verino y siempre quise ser astronauta o científico. He estudiado ciencias y siempre he estado más vinculado a las estrellas del cielo y ahora me he pasado a las de la moda", declaraba a La Voz de Galicia. Fue su abuelo quien le dio la oportunidad de aportar su juventud y talento a la firma, uniendo elementos tecnológicos y una mirada generacional que conecta historia, innovación y una apuesta por la moda sostenible y duradera. Y a ese abuelo al que nunca había conocido como jefe empezó a verlo como "un mentor impresionante. Trabajar con él ha sido como hacer diez másters en tres meses. Me siento muy afortunado de poder aprender tanto de él y del resto del equipo".
Un proyecto digital inspirado por su madre
Cuando está a punto de cumplirse tres años del fallecimiento de su madre, su llegada a la empresa familiar marca un hito generacional. Con su proyecto “40 x 10”, la firma se convierte en pionera española en moda virtual, permitiendo recorridos inmersivos e interacción a través de “Roborto”, un avatar basado en IA. Con esto, la firma da el salto hacia la innovación, donde moda y tecnología se fusionan para ofrecer una experiencia única y memorable. "Es el primer proyecto que sacamos a la luz desde este departamento, aunque tenemos más entre manos. Sabemos que tenemos cuarenta años de historia y de legado, y no nos da miedo afrontarlo", contaba a La Voz de Galicia.
Con una energía arrolladora, Iago defiende el ADN de la marca, herencia de su abuelo y de su madre, enfatizando la moda con unos propósitos claros: la calidad, la sostenibilidad y la diversificación hacia nuevos mercados.
Hace unos días, Roberto Verino recibía el premio de honor de la Academia de la Moda Española por una carrera que "ha tejido con elegancia, coherencia y compromiso con la moda española", como señalaba la organización del evento. El diseñador acudió al acto acompañado por su nieto Iago, un gesto lleno de cariño pero también de simbolismo.
Cristina, la madre de Iago
Cristina creció entre telas y patrones y, aunque decidió estudiar Derecho, siempre tuvo claro que quería incorporarse a la compañía. "Yo empecé a trabajar en la tienda de Claudio Coello, en Madrid. Estudiaba y trabajaba los fines de semana. A mí, estar en tienda y el trato con el cliente me gustaban mucho".
Estaba llamada a continuar con el legado de la firma creada por su padre, pero la vida tenía otros planes. Cristina era directora de marca, aunque el diseñador continuaba liderando el proceso creativo, pero un cáncer feroz y fulminante la apartó de la primera línea dentro de la empresa, y al poco tiempo le arrebataba la vida.
"Hoy es un día triste. Mi hija Cristina ha luchado hasta el final contra una leucemia con valentía, tesón y una fuerza admirable. Muchísimas gracias por todo lo que la habéis querido y espero que por su memoria, sigamos haciendo lo que más le gustaba: hacer felices a todos", publicaba el diseñador en sus redes en julio de 2022 para anunciar el fallecimiento de su hija.
Padre e hija tenían una gran complicidad y un sólido vínculo, marcado por el profundo amor y admiración que se profesaban. No en vano, el de Cristina fue el único vestido de novia que el diseñador realizó a lo largo de su trayectoria profesional. Tras la pérdida de Cristina, Roberto Verino se vio obligado a tomar las riendas de la firma, mientras lidiaba con el duelo por la muerte de su hija. Ahora es su nieto Iago Jover quien aporta a la marca sus conocimientos en innovación y tecnología, aunque Verino no quiere oír hablar de retirada.
Heredero no solo de la firma sino de los profundos ojos azules que tenía su madre, Iago Jover honra el proyecto que Cristina no llegó a completar, con paso firme hacia la expansión internacional y proyectando el legado Verino hacia un futuro que promete durar otras cuatro décadas… o más.