Míchel Salgado y Malula Sanz jamás olvidarán el 5 de julio del año 2000, el día en el que se dieron el 'sí, quiero' en Los Jerónimos, en Madrid, cuando apenas llevaban nueve meses de noviazgo. Ella era la hija del entonces presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz —que falleció hace cinco años—. Él, un jugador del equipo de fútbol que había llegado a la capital tras una brillante carrera en el Celta de Vigo. "Nadie daba un duro por nosotros", asegura el exfutbolista a ¡HOLA! "Recuerdo una anécdota del día que decidimos casarnos y se lo dijimos a la madre de Malu. Por la mañana, estábamos desayunando (yo, contra la pared para no ver a Lorenzo) y, después de dar los buenos días, solo dice: 'Vosotros estáis locos, ¿no?'. Imagínate que el presidente del Madrid te dice eso… La verdad es que era una locura pensarlo".
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Quizá, sí, estaban locos… pero no se equivocaron. "Hemos roto todas las apuestas", reflexiona Míchel, tras más de dos décadas junto a Malula, con la que ha formado una preciosa familia —son padres de tres hijos: Malu, Miguel y Alan—, de la que están muy orgullosos.
Acaban de alcanzar una cifra redonda —veinticinco años de matrimonio—, así que, en esta ocasión, al deportista le tocaba jugar en casa, en Galicia, y en un sitio con mucho significado para ambos.
Con vistas al Atlántico
"La idea de celebrarlo surgió porque nos dimos cuenta de que hacíamos 25 años el mismo año que cumplimos 50 (yo ya los he cumplido), y fue como un flashback”, nos explica Malula, que sorprendía con un vestido de pedrería cosida a mano, de la casa dubaití M&M. "Aunque, de toda la organización", matiza, "se encargó mi hija Malu, que es una crack, con la ayuda de la wedding planner Mónica Vázquez, de Adoro las bodas".
El marco de excepción para la cita no podía ser otro que la centenaria fortaleza de Baiona, hoy convertida en parador. "Justo cuando decidimos casarnos, yo me lesiono y el Real Madrid juega en Vigo. Me traje a Malu para que conociese a mis padres… este lugar tiene una historia especial. Además, los veranos los pasamos en Vigo, con lo cual era justo hacer estos 25 años de casados aquí", añade Míchel, que llevaba un traje hecho a medida por Do Rego.
Con la Bahía de Baiona a sus pies y el sol del atardecer cayendo, poco a poco, sobre el Atlántico, a las 8 de la tarde del pasado sábado, 5 de julio, daba comienzo la gran fiesta de sus bodas de plata. Sus invitados —que viajaron desde diferentes lugares del mundo, como Madrid y Dubai, donde vive la familia—, recorrieron el precioso camino empedrado, rodeado de hortensias, que conducía a La huerta, el espacio dispuesto para la ocasión.
A la cita no faltaron excompañeros como Íker Casillas, que jugó con Míchel en el Real Madrid, o amigos como Jaime Martínez-Bordiú y su mujer, Marta
Entre ellos, había muchos amigos de su familia del fútbol. De los galácticos, estaban citados algunos como Raúl González, Fernando Hierro, Roberto Carlos, David Beckham, Luís Figo, Fernando Morientes, Alessandro Del Piero o Cambiasso, que no pudieron acudir por el Mundial de Clubes de la FIFA, que tenía lugar ese mismo fin de semana. Tampoco Fernando Alonso, que debía correr en el GP de Gran Bretaña. Quien sí pudo estar fue Íker Casillas, y del Real Club Celta de Vigo —donde Míchel también es considerado una leyenda—, su actual presidenta, Marián Mouriño; el expresidente, Horacio Gómez; Vicente Álvarez, el que fuera gran capitán del equipo, el exfutbolista Vlado Gudelj —que también jugó con Míchel— y el jugador Carlos Domínguez.
La madre de Malula, María Luz Durán, emocionada, nos confesaba que, en un momento así, se acordaba de su marido, Lorenzo Sanz, pero estaba feliz de estar junto a sus nietos y sus hijos, Lorenzo, Paco y Diana. Solo faltaba Fernando, que tenía un "viaje programado", como nos comentaba Lorenzo.
Amor merengue
"Conozco a Míchel desde pequeña. Yo soy de Vigo y él era una estrella en el Celta", nos desvelaba la empresaria Marta Fernández, mujer de Jaime Martínez-Bordiú. Juan Peña, que fue acompañado de Sonia González, nos contaba que sigue con atención la carrera de Malu, que ha roto la tradición familiar, dedicándose a la música; mientras que la piloto Ana López acudió a la celebración con su hijo, José Reyes, el pequeño que tuvo con el recordado jugador de fútbol José Antonio Reyes. "Coincidimos con el Mundial de Alemania, cuando estaban convocados los dos (José Antonio y Míchel) con la Selección Española, y les tengo muchísimo cariño", nos cuenta. "He querido estar en este día tan especial porque es bonito celebrar con ellos el amor y la vida, que se nos va en un instante, cada minuto vale, y la amistad que tenemos con ellos merecía que estuviéramos aquí. Los quiero mucho".
José Antonio Jr. también tiene un sueño, triunfar en el fútbol, como su padre -"siempre ha querido serlo, le ha dejado la mejor herencia- y a sus 17 años, forma parte de la cantera del Real Madrid.
Instantes después, llegaba la primera sorpresa de la noche: un divertido cuadro de Míchel y Malula, luciendo la camiseta del Real Madrid, que ponía 'Amor merengue'.
Malu, la artista de la familia
La llegada de una tarta nupcial, de cinco pisos, elaborada por Los dulces de Albita, marcó uno de los puntos álgidos de la fiesta, mientras los invitados no paraban de vitorear a los novios, pidiendo el esperado beso —aunque este tardaría unos minutos más en llegar—.
El exfutbolista, en un emotivo discurso, aseguraba que el secreto de su matrimonio es "no pensar que estamos casados"
Míchel hizo entonces un emocionado discurso, ante la atenta mirada de Malu, que arrancó con una especial mención al futbolista portugués Diogo Jota, fallecido el pasado tres de julio. "Son 25 años de vida, ahora es difícil, nadie logra eso", pero de lo que no tiene duda es de cuál es el secreto de su matrimonio: "No pensar que estamos casados".
Tras el gracioso aviso del exfutbolista —al que se vaya antes de las seis de la mañana, no le hablo más—, el DJ gallego Robert Carril ponía música al evento, con un guiño especial al Celta —A Oliveira dos cen anos, el himno del centenario del Celta de Vigo, de C. Tangana—.
La actuación más especial fue la de su hija, Malu, que continúa abriéndose paso en el mundo de la música, y que le dedicó una canción, Proud Mary, a su padre, que la miraba con orgullo
Sin embargo, la actuación más especial era la de Malu. La artista cambió su vestido azul vibrante, de pedrería, por un conjunto dos piezas, del mismo color, diseñado por su estilista Isabella Possente y confeccionado por Daniel Peinado. Arrancó con su tema La vida —además de cantar otros como Mi lugar o Chuli Chuli— y, después, le dedicaba una versión de Proud Mary a su padre, bajándose del escenario y poniéndole el micrófono para que entonase con ella alguno de los Rolling de la canción. Al acabar, Míchel, lleno de orgullo, le daba un beso y un abrazo a su hija.
Las DJ de la fiesta Bresh, Melisa y Mónica, ponían el broche final a su gran fiesta gallega, en la que todo llevaba acento local, como las flores de Merchyfloristas, —a excepción del jamón de Nifal—. El "celtiña" había regresado a casa.