Sofía Vergara estaba enrolladísima con las cremas de Cantabria Labs. Siempre que venía a España, se volvía con la maleta llena a Los Ángeles. Porque, como la cosmética española, dice que "no hay nada igual" y porque, cuando las descubrió, ninguna en el mercado tenía factor de protección y ella había nacido "en el sol. En Barranquilla. En la playa... Con todo el mundo bronceado todo el tiempo con aceite de coco... Como un pollo frito". Por eso, un día, comentándolo, se le encendió la bombilla: "Oye ¿y si les copiamos la fórmula?". Y la respuesta fue contundente: "Sofía, darling, ¿y si dejas de ser tan colombiana? ¿Por qué no buscamos mejor a quienes hacen esta maravilla? Quizás, de pronto, les interesa hacer algo con una actriz de Hollywood...". Y así fue como nació la historia de amor de la latina más sexy de la televisión con el mundo de la Beautycéutica, que es como llaman a sus tratamientos en Toty, la compañía en la que el laboratorio farmacéutico español y la diva del spanglish caribeño han unido fuerzas para, tras el éxito en USA, abordar Europa con productos de "lujo accesible". Toty, porque así es como la llaman, en su tierra, la gente que la quiere y la conoce desde mucho antes de saltar a Miami y convertirse en una estrella mundial. "Si en Tokyo alguien grita Toty, sé que es a mí y que me conoce desde los 90, en mi tierra". Porque el resto de la Humanidad la (archi)conocemos como Sofía Vergara, la despampanante e hiperproducida Gloria Pritchett de Modern Family y, también, la Griselda Blanco de Griselda donde, como Charlize Theron en Monster, dejó medidas perfectas y rasgos felinos, para abandonarse solo a la interpretación.
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La actriz volvía a Madrid, después de que el histórico apagón del 28 de abril le impidiera mostrar, en sociedad, el fruto de su trabajo con fórmulas magistrales para que mujeres —y hombres— luzcan tan radiantes como ella. Y entre rutinas de belleza, must have, makeup favs y recuerdos de cómo todo ese universo estético lo lleva impreso en el ADN —"mi madre me llevaba al colegio a las 7 de la mañana y ya le había dado tiempo a ponerse los rollos (rulos) en el pelo..."—, tuvimos la oportunidad de hablar con ella, tête-à-tête, sin artificios ni imposturas porque, de hecho, en ese afán por hacer las cosas sencillas y naturales, Sofía también ha creado su línea cosmética para "simplificar la rutina de las mujeres". Y todo en ella es fácil. Se ríe a carcajadas de sí misma, tildándose de "viejita" ¡cuando va a cumplir 53 años!, o baila con quien se lo pide, ya sea un paso de salsa o un merengue a golpe de clic de selfi. Porque ahora se siente bien, nos cuenta la actriz, y solo quiere celebrarlo por todo lo alto. Celebrar su debut empresarial; celebrar que no le faltan amigas (Vicky Martín Berrocal y su hija Alba, Veva Longoria, Begoña Trapote... Y también Natalia Ortiz, directora general de Toty Europe, o Susana Rodríguez Navarro, CEO de Cantabria Labs); celebrar que le siguen llegando papeles, pese a la invisibilidad a la que se ven sometidas las actrices con solera, y celebrar que, después de dos años de su divorcio, su corazón vuelve a latir con brío.
—Sofía, ya sé cuál es tu gran secreto: tu CC Cream Compact. Sin embargo, desconozco cómo eres cuando se apagan los focos...
—Soy... una mujer cansada (risas). Soy una mujer normal. Me gusta estar con mis amigos, con mi familia, viajar, pasear, comprar... Estar siempre rodeada de gente que quiero y me cae bien. Me gusta una vida normal.
—Sofía ¿te han exigido más que a las demás, por aquello de ser guapa?
—No me puedo quejar, porque me ha ido muy bien. Realmente, solo he hecho dos cosas importantes de verdad: Modern Family, y hacer de Gloria era algo muy muy orgánico para mí... Y después, Griselda. Ahí sí que me tocó un poquito cambiar. Ya no era la latina alegre. Y me costó ese papel. Y me costó que me vieran en ese papel.
Soy una mujer normal. Como lo somos todos. Me gusta estar con mis amigos, con mi familia, viajar, pasear, comprar... Estar siempre rodeada de gente que me cae bien
—Vas a cumplir 53 años la semana que viene y te he oído decir que te sientes viejita. No se lo cree nadie...
—Créetelo (risas).
—Pero ¿por qué? Porque ¿es difícil cumplir años en Hollywood? ¿Ya no llegan papeles, si te haces mayor?
—Porque una tiene sus achaques, sus dolores en las rodillas... (risas). Y eso pasa, pero es normal. Es ilógico pensar que uno va a poder conseguir los mismos papeles con 50 que cuando tenías 20 años. Tienes que evolucionar, tienes que encontrar cuáles son los papeles que puedes hacer y no pretender salir de universitaria. Pero sí que hay menos oportunidades, aunque también hay cosas que sí que han cambiado. Este año, en los Oscar, había una cantidad enorme de mujeres nominadas con más de 20... Ese es un buen signo, ¿no te parece?
Es ilógico pensar que vas a conseguir los mismos papeles con 50 que con 20. Tienes que encontrar cuáles son los que puedes hacer y no pretender salir de universitaria
—Hemos hablado de tu imagen, de tu carrera... Pero ¿y tu corazón?
—Mi corazón está bien. Estoy divorciada desde hace casi dos años. Y ahora estoy supercontenta. El comienzo es difícil. Lógicamente, está una muy triste, pero ya, después, eso se va. Como todo en la vida. Una se va acostumbrando y ahora me lo estoy pasando muy bien. Tengo un grupo de amigos superfun. Muy divertidos, que salen, que viajan... El corazón estaría... contento después de la tristeza.