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Vaya por delante que aún no se ha retirado de manera oficial, por lo que mientras él no diga lo contrario sigue siendo un jugador en activo. En el último mes, se ha hablado largo y tendido sobre su posible adiós definitivo al basket, máxime cuando él mismo compartió a principios de junio un vídeo de agradecimientos a los que le habían apoyado durante su dilatada y exitosa trayectoria. Pero no, Ricky Rubio no se ha jubilado, tal y como aclaró poco después tras el revuelo generado. "No sé todavía qué va a pasar con mi carrera", decía tras pasar un tiempo "de reflexión" durante el último año en el que ha permanecido alejado de las canchas.
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A sus 34 años, solo él sabe si volverá a vestirse de corto y deleitar a los aficionados con su enorme talento, por lo que todavía habrá que esperar para saber su decisión al respecto. "Está todo abierto. Puede que vuelva a jugar. ¿Por qué no? O puede que no lo haga más y tampoco estaría mal", decía sobre su futuro más inmediato el que fuera integrante de equipos como Joventut, Minnesota Timberwolves o Cleveland Cavaliers, entre otros. Su última casa ha sido el FC Barcelona y su último partido fue un 2 de junio de 2024, si bien su actividad profesional ha sido bastante intermitente desde 2023. Fue en aquel verano que dejó por sorpresa la Selección Española en plena concentración para disputar el Mundial, explicando entonces los motivos de peso que le habían llevado a hacerlo.
La salud mental, su mayor preocupación
"He decidido parar para cuidar mi salud mental", señaló el base catalán en un comunicado, lo que provocó un gran impacto a todos los niveles por la sinceridad de sus palabras y el tema tan delicado que le afectaba. "Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la Federación Española de Baloncesto (FEB) para entender mi decisión", añadía. "Pediría que se respetara mi privacidad para poder afrontar estos momentos y poder dar más información cuando sea preciso", solicitó por último el deportista, recibiendo al instante un sinfín de mensajes de apoyo, cariño, comprensión y solidaridad de compañeros como Pau Gasol o el entrenador del combinado nacional, Sergio Scariolo.
La dolorosa pérdida de su madre
Ya en 2019, nuestro campeón vivió una época complicada tras la muerte de su madre, Tona Vives, a causa de un cáncer de pulmón. Un golpe muy duro que, según confesó, le impedía seguir rindiendo al máximo nivel: "Mi mente estaba muy lejos y pensaba mucho en ella. Cuando alguien que amas muere, es como si una niebla te envolviera. Así fue para mí. La primera temporada tras su pérdida, me despertaba y pensaba en llamarla. Incluso le envié mensajes de texto a veces. Sentí que me estaba volviendo loco, como si estuviera hablando conmigo mismo", relató en The Players Tribune sobre el estado de ansiedad y tristeza que le invadía. "Culpaba a las personas que tenía a mi alrededor por cómo me sentía y pasé por una depresión", reconocía con el corazón en la mano.
Padrazo de su hijo Liam, de 5 años
Tiempo después, tras poner fin a su larga etapa en la NBA, volvió a su tierra natal y desde entonces reside en Tiana, localidad a 15 kilómetros de Barcelona con poco más de 8.000 habitantes. Allí continúa con su recuperación al lado de su novia Sara Colomé, que tiene un restaurante en Badalona. La pareja lleva una vida muy tranquila con su hijo Liam, de cinco años, quien es su razón de ser ya que el laureado jugador y estrella de la canasta es un verdadero padrazo. Además, otra de las personas más importantes de su vida es su padre Esteve Rubio, así como su hermano Marc (36) y su hermana Laia (28 años). Los cuatro forman un gran equipo y siguen adelante con el recuerdo de Tona más vivo que nunca, como se puede ver en su fundación.
Contaba su progenitor en la Cadena Ser que dicha iniciativa social de Ricky es algo que este le prometió a su madre antes de fallecer, lo que le ha llevado a impulsar numerosos proyectos. Entre ellos, produjo un documental sobre un niño enfermo de cáncer que era jugador del Mataró; y colaboró en la creación un espacio para que pacientes oncológicos y familiares puedan distraerse, leer y hablar con otras personas en el Hospital Universitario Dexeus (Barcelona). "Mi madre estaría más orgullosa de verme inaugurar esta sala que de haber ganado un Mundial", dijo el crack de El Masnou en el acto de presentación.