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El vestidor más envidiado de la televisión está en casa de Sarah Jessica Parker. Y no es un decir: la actriz que dio vida a la inolvidable Carrie Bradshaw ha confirmado en una entrevista reciente que, desde hace más de dos décadas, guarda en su poder cada uno de los looks que marcaron un antes y un después en la historia de la moda televisiva. “He conservado su archivo desde el principio. Tengo todos los conjuntos de Carrie desde el piloto”, confesó en una entrevista para Wonderland Magazine.
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Un dato que ha dejado boquiabiertos a sus fans y que ha causado auténtica euforia entre los amantes de la serie y de la moda. Lo cierto es que no se trata de una afortunada casualidad, sino de una cláusula firmada en su contrato en 1998, cuando empezó a rodar la serie: todo lo que Carrie Bradshaw vistiera, pasaría a su propiedad personal. Así, al terminar Sexo en Nueva York, Sarah Jessica Parker se llevó consigo auténticas piezas de museo: bolsos de Fendi, zapatos de Manolo Blahnik, abrigos de alta costura, y hasta aquel icónico vestido de tul de Versace valorado en 80.000 euros. Pero más allá del valor económico, la actriz tiene claro lo que representa para ella este fondo de armario: “Es una forma de mantener viva una etapa importantísima de mi vida y de mi carrera”, explicó con emoción.
Un legado que sus hijas no quieren heredar
Con un vestidor digno del Met Gala, muchos imaginarían que sus hijas adolescentes habrían convertido sus perchas en un parque de juegos fashionista. Nada más lejos de la realidad. En una charla con W Magazine, la actriz ha explicado que Marion y Tabitha, sus hijas gemelas con el también actor Matthew Broderick, no han mostrado mucho interés por su valiosísima colección. “Hasta ahora no están invadiendo mi armario ni nada parecido”, contó entre risas.
Las jóvenes, que cumplirán 16 años este junio, tienen su propio criterio estilístico, aunque la moda no ocupa un lugar central en sus vidas. “Definitivamente tienen una idea de cómo quieren sentirse y verse cuando salen por la puerta, pero no parecen particularmente distraídas con todo esto”, aclaró. Y por si alguien pensaba que los Manolos podrían estar en peligro, Parker fue tajante: “La triste realidad es que ya no les sirven mis zapatos. Tienen otra talla, y eso no tiene vuelta atrás”.
Sin arrepentimientos, ni siquiera con su vestido de novia
A sus 60 años, Sarah Jessica Parker puede presumir de una carrera fulgurante, de una figura icónica en el universo fashion y de una vida familiar que mantiene con notable discreción. Sin embargo, también ha enfrentado momentos difíciles. En el pódcast Call Her Daddy, conducido por Alex Cooper, habló abiertamente sobre lo doloroso que resultó recibir comentarios crueles sobre su físico durante la emisión de la serie. “Las críticas más duras eran sobre mi persona física. Cosas que no podía cambiar, ni quería cambiar, ni había considerado cambiar nunca”, reveló. “No sentía que fuera una conversación real. Era como si alguien entrara en una sala, me mirara y dijera: ‘Eres realmente poco atractiva’, y no hubiera espacio para responder, para preguntar: ‘¿Por qué sientes la necesidad de decir eso?’”, añadió.
A pesar de todo, Parker no se arrepiente de ninguna de las decisiones estilísticas que ha tomado a lo largo de los años, ni siquiera de su famoso vestido negro de novia, con el que se casó en 1997. “No me arrepiento de nada, porque... ¿para qué?”, reflexionó. Y añadió con humor: “Todo ha sido un regalo, todo ha sido ridículo. Todo ha sido agotador y también emocionante. Ha sido como vivir en un mundo apenas conectado con la realidad. ¿Qué hay que lamentar?” Años atrás, reconocía que no se atrevió a buscar un vestido de novia tradicional. “Me daba demasiada vergüenza que nos prestaran tanta atención. Era ridículo, porque es justo cuando puedes disfrutarla con naturalidad”, explicó.
El regreso de Carrie y de sus estilismos más atrevidos
En plena emisión de la tercera temporada de And Just Like That, el spin-off que revive a los personajes de Sexo en Nueva York, Sarah Jessica Parker sigue deslumbrando con los looks más esperados. Uno de los más comentados ha sido el vestido transparente color nude firmado por Simone Rocha, que su personaje luce en una escena clave con Aidan, acompañado de una chaqueta a juego y bolsillos llenos de flores. El “sombrero nube”, tan viral como polémico, fue una elección personal de la actriz. “A veces, la lógica no es tan poderosa como un buen sombrero. Hace que la gente diga: ‘Lo amo. Lo odio. ¿En qué estaba pensando?’”, comentó Michael Patrick King, productor ejecutivo de la serie.