Hay bodas que se convierten en mucho más que una simple celebración. Para Alice Campello y Álvaro Morata, asistir al enlace de unos amigos ha sido, además de una cita en su apretada agenda social, un reencuentro con la emoción del “sí, quiero” y un reflejo del dulce momento personal que atraviesan. Tan enamorados como el primer día, o quizás más, la empresaria italiana y el futbolista español han vuelto a deslumbrar, no solo por su elegancia, sino también por la evidente complicidad que comparten. En un precioso entorno rural, la pareja disfrutó del enlace acompañados por sus cuatro hijos, Alessandro, Leonardo, Edoardo y la pequeña Bella, que no quisieron perderse este día especial.
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Y, como ya es costumbre, se convirtieron en el centro de todas las miradas por su estilo impecable. Alice apostó por la sofisticación en su versión más serena, con un vestido rosa palo de corte asimétrico, drapeado y sujeto a uno de los hombros, donde la tela caía con delicadeza formando una capa etérea. Para completar el conjunto, optó por unas sandalias plateadas de tendencia, un bolso blanco de líneas puras y joyas de pedrería blanca que aportaban luz y delicadeza al look. Pendientes, collar y pulseras de plata, acompañaron a la perfección su recogido clásico en moño bajo.
Los más pequeños también irradiaron ternura y estilo con looks cuidadosamente coordinados con el de su madre. La pequeña Bella estaba encantadora con unos zapatitos rosa empolvado, una falda abotonada y una blusa blanca adornada con delicados detalles en beige y marrón, creando una armonía visual perfecta con el elegante conjunto de Alice. Por su parte, los tres hermanos iban conjuntados con camisas blancas y pantalones en un tono rosado que combinaba a la perfección con sus alpargatas del mismo color. Una estampa familiar llena de estilo, donde cada detalle reflejaba mimo, gusto y mucho amor.
Álvaro, por su parte, mostró una vez más que el estilo también puede estar en la sencillez. Con un traje azul oscuro impecable y gafas de sol imprescindibles
Un recuerdo que reaviva emociones
Asistir a una boda es, sin duda, revivir la suya propia. Y para Alice y Álvaro, pocas fechas están tan cargadas de significado como el 17 de junio de 2017, cuando sellaron su amor en una ceremonia mágica en Venecia. La historia de esta pareja nació en redes sociales y se consolidó en una boda de ensueño que aún hoy emociona por su belleza y simbolismo. Cinco años después, y convertidos ya en padres de tres —por entonces—, regresaban al mismo escenario para renovar sus votos. Con la ciudad de los canales como telón de fondo y rodeados de amigos y familia, celebraron su historia con una emotiva ceremonia en los jardines del hotel JW Marriott Venice Resort & Spa, decorados con cientos de velas y rosas blancas.
Alice deslumbró entonces con un vestido de Dimitrius Dalia de escote corazón y mangas en cascada, mientras que para la fiesta se cambió a un espectacular diseño color champán con pedrería y un escote de vértigo. La celebración fue tan elegante como íntima, con amigos y rostros conocidos, y también incluyó el bautizo de sus tres hijos en la iglesia donde se habían casado: “Hemos bautizado a nuestros hijos aquí porque es la iglesia donde nos casamos y nos parecía un bonito recuerdo. Creemos mucho en la familia y tradición”.
Una segunda oportunidad y una nueva vida en Turquía
Aunque en agosto sorprendieron al anunciar su separación tras ocho años de relación y cuatro hijos en común, el cariño nunca desapareció. Álvaro explicaba entonces con sinceridad: “Es una decisión dolorosa, por lo que pedimos respeto y empatía. Alice siempre tendrá un lugar especial en mi corazón”. Alice, por su parte, no dudó en mostrar afecto y respeto por el padre de sus hijos: “Álvaro es la mejor persona que existe. No nos hemos podido querer más”. Tras ese punto y aparte, y meses de distancia, la vida volvió a unirles.
Alice confesaba: “Hablo con Álvaro todos los días. No se ha ido con otra, nada de eso ha pasado. Álvaro me está respetando. No estábamos bien por nuestras cosas”. Y aunque en ese momento su prioridad era el bienestar emocional de ambos, no descartaba nada: “Es mi familia y siempre lo será. Si puedo ayudarle, lo haré”. A veces, las separaciones temporales sirven para redescubrir lo esencial. Después, la pareja anunciaba que se daban una nueva oportunidad: esta vez, “para toda la vida”, en palabras del futbolista. Y con esta nueva etapa, llegaba también una gran mudanza: Turquía.
Alice, toda una experta en cambios, se instaló junto a Álvaro y sus hijos en Estambul, donde él ha fichado por el Galatasaray. “¡No dejamos de sorprender a nadie! Era una oportunidad muy buena de trabajo. A Álvaro tampoco le quedan muchísimos años en el fútbol y era algo muy interesante a nivel de trabajo y también de familia porque creo que nos ha venido bien estar en un lugar donde volvemos a estar nosotros solos”, contaba en una entrevista reciente. El nuevo hogar les ha devuelto la calma y la normalidad que tanto buscaban: “Estamos en familia, damos muchos paseos… Ahí la gente no te para muchísimo por la calle y podemos hacer una vida muchísimo más normal y eso ahora nos viene bien”. Alice, como siempre, ha sido quien se ha encargado de organizarlo todo: casa, colegio, rutina. “Ya me he hecho una experta, puedo organizar mudanzas, buscar casas, agencias inmobiliarias… ¡puedo con cualquier cosa!”, aseguraba con una sonrisa.